Avances químicos para la investigación arqueológica
Gianni Gallello es investigador distinguido del departamento de Prehistoria, Arqueología e Historia Antigua de la Universitat de València
Soy Gianni Gallello y soy investigador distinguido de la Universitat de València en el departamento de Prehistoria, Arqueología e Historia antigua. Estoy especializado en el análisis químico de restos antiguos.
La actividad de mi equipo se centra en el desarrollo de herramientas que ofrecemos a la arqueología. Trabajamos en nuevas tecnologías y aplicaciones que sirven para complementar la información existente de registros arqueológicos o del patrimonio cultural. Para hacer esto, nuestra aliada es la química.
Utilizando la química hemos podido empezar a incorporar nuevos marcadores que hasta ahora no se habían utilizado en arqueología, como por ejemplo las tierras raras (una serie de elementos químicos que se encuentran en el medio natural). Las tierras raras han favorecido un desarrollo muy rápido de nuevas herramientas; gracias a ellas podemos encontrar información muy valiosa sobre los restos que estudiamos: nos dan información sobre qué tipo de actividad se hizo hecho en la zona del hallazgo y nos permiten saber cómo el ser humano contribuyó a la formación de los estratos arqueológicos.
Hoy en día, la importancia de nuestras investigaciones está reconocida a nivel internacional, y este reconocimiento empezó cuando trabajamos en yacimientos arqueológicos tan relevantes como Pompeya. Allí, dentro de un marco colaborativo de arqueólogos valencianos, se ha trabajado por primera vez con los calcos. Se trata de materiales, como huesos, que se encuentran durante las excavaciones del yacimiento. El vacío que dejan esos huesos una vez extraídos se llena con cal, y así se representa el momento de la muerte de los habitantes por la erupción del Vesubio.
Una de las preguntas más importantes que se ha hecho sobre Pompeya era si se podía identificar la temperatura a la que estuvieron expuestas las personas para así determinar con más exactitud la causa de la causa de la muerte, porque no todas murieron por altas temperaturas, algunas murieron asfixiadas. Para investigar esto, fuimos con un equipo, entre el cual se encontraba nuestro aparato de rayos X portátil, con el que medimos los huesos y la cal. Creamos un modelo con los resultados obtenidos y cruzándolos con datos vulcanológicos y antropológicos nos dio información novedosa sobre la causa de la muerte. Hasta ese momento, no se había utilizado nunca este aparato para hacer una determinación de temperatura.
Hemos trabajado en más lugares del mundo, como la India, Tanzania, Etiopía o la Amazonia, y también a nivel local, en proyectos en la Comunidad Valenciana.
Cada año puede cambiar, depende del proyecto, pero siempre combinamos trabajo de campo, que suelen ser de 2 a 4 campañas en el año, con trabajo en el laboratorio y trabajo en museos con nuestro equipo portátil. También dedicamos una buena parte de nuestro tiempo al trabajo académico, formación de investigadores, y a actividades de difusión y divulgación como congresos, seminarios, talleres con institutos en València.
Realización de la entrevista: Marta Gutiérrez y Anna Mateu. Edición: Marta Gutiérrez.