Cada vez más, la robótica y la inteligencia artificial están presentes en nuestras vidas. Avances que hace unos años solo podíamos encontrar en la ciencia ficción (un género que siempre nos ayuda a intuir y a pensar sobre los caminos que abre la ciencia real), ahora ya se han incorporado a nuestro día a día. El uso de drones en diferentes ámbitos, el análisis de gran cantidad de datos o la presencia de la robótica en medicina son algunas de las aplicaciones que ya podemos ver. Incluso la creación artística es un terreno donde ya participan los robots, como muestra The Painting Fool. Algunas de las obras resultantes de este proyecto de inteligencia artificial son las que han sido utilizadas para la portada y las páginas interiores de este monográfico.
Pero tal como señalan los coordinadores del monográfico, Carme Torras y Ramon López de Mántaras, aún existen aspectos que se escapan a los robots, como nuestra propia y genuina comprensión del mundo. A pesar de esto, lo que es cierto es que todas estas cuestiones abren debates éticos que hay que plantear urgentemente, y uno de los objetivos de este número es precisamente abrir una ventana de reflexión sobre las posibilidades de la inteligencia artificial y los dilemas éticos y morales que deberemos afrontar.
Sobre ética precisamente, en este caso de la comunidad científica en general, nos habla Martín Aluja en una entrevista muy pertinente. «Los científicos somos parte de la sociedad y en una sociedad enferma de corrupción, acabas viviendo rodeado de malos ejemplos», nos advierte el profesor Aluja. Un número que se completa con artículos que analizan cuestiones de actualidad como el uso de datos masivos, o big data, o la protección de la posidonia en las islas Baleares, junto a otros en los que descubrimos cuestiones históricas y culturales sobre el tejón y sobre una planta americana que tuvo un gran impacto en la cirugía del siglo XX.