Editorial número 105

La ciencia como respuesta. Este tendría que ser el mensaje que impregnara la sociedad después de esta crisis por la COVID-19. Y, aun así, es dudoso que, en cuanto se pueda, no se vuelva al mismo punto de donde partimos, es decir, a una ciencia subsidiaria de la economía y donde todo se mida en función de un supuesto progreso y estado del bienestar. Las noticias que nos llegan de la Comunidad de Madrid (con la presidenta Díaz Ayuso reclamando la liberación de territorio para activar la construcción) o del parlamento andaluz (proclamando la necesidad de ser más receptivos a la construcción de campos de golf y otras estructuras de ocio para acelerar el regreso del turismo) inclinan a ser negativos en esta cuestión. Más bien parece que, en cuanto sea posible, se volverá a un modelo productivo que a la larga es profundamente contraproducente para el equilibrio terrestre, y que causa más pérdidas que ganancias. Ciertamente, el cortoplacismo lo impregna todo, pero es del todo necesario que tras la crisis se busque un modelo productivo mucho más sostenible, con un consumo de proximidad, y que evite los macroproyectos urbanísticos (como por ejemplo la propia ampliación del puerto de Valencia, que se tendría que reconsiderar muy seriamente). Hay que volver al estado de emergencia climática, y entender que precisamente la pandemia también es consecuencia del cambio climático y del mundo hiperglobalizado en que vivimos. Desde Mètode hemos intentado divulgar una visión de la pandemia lo más ajustada a los hechos científicos posible, tanto desde nuestra web como en el especial que abre este número, con numerosas contribuciones de especialistas de nuestro país y del extranjero. Ahora más que nunca necesitamos vuestro apoyo, para continuar manteniendo sus contenidos con la calidad que siempre nos ha caracterizado. Ahora más que nunca necesitamos que apostéis por la ciencia como respuesta.

© Mètode 2020 - 105. Estándares - Volumen 2 (2020)