Discursos

Tengo un sueño

Martin Luther King Jr.

Arnold Schwarzenegger se metió en un lío al decir que admiraba el talento de Hitler como orador. Independientemente de cuál sea el contenido de un discurso, si consigue su objetivo de movilizar a la audiencia, es indiscutible que quien lo ha escrito –y quien lo ha leído– tiene talento. Quizá no sea buena idea alabar a Hitler cuando se está haciendo campaña electoral, como era el caso de Schwarzenegger en 2003, pero es justo dar al César lo que es del César.

La editorial Penguin publicó una antología de discursos del siglo xx (inicialmente en 1992, algo antes de tiempo, y la actualizaron en 1999, en una muestra de impaciencia impropia de una editorial seria). Entre más de 150 discursos, los hay de líderes políticos y sociales, y sí, hay uno de Hitler. Hay un par de personas «no políticas», como Salman Rushdie hablando sobre la libertad de expresión, y por lo general todos los discursos tratan problemas sociales desde diversos puntos de vista. No hay ninguno que hable de ciencia.

¿Puede ser que durante el siglo xx no hubiera ningún discurso memorable sobre ningún aspecto de la ciencia? No será porque no ocurrieran cosas, desde los inicios de la genética y la relatividad hasta la carrera para completar el genoma humano y el reconocimiento de nuestro impacto sobre el clima, pasando por la revolución verde y la demostración de la relación del tabaco con el cáncer.

Y, discursos, se hicieron: al menos, cada año los premiados con el Nobel hablaron en un foro no especializado y con una gran difusión. Todo tipo de academias y organizaciones científicas marcan fechas señaladas invitando a personas relevantes a hablar sobre algún tema. A menudo estos discursos recogen un arco vital: por ejemplo, el de Jaume Bertranpetit en la sesión inaugural del curso 2021-2022 de la Real Academia de Ciencias y Artes de Barcelona evoca su visión metodológica e histórica del estudio de la vida y la evolución. El discurso de ingreso de Mercè Durfort en la Real Academia de Doctores de España en 2007 glosó el paso de Ramón y Cajal por Barcelona desde un punto de vista histórico, y terminaba con el poema «Carrer del Notariat, 1888», un homenaje de David Jou a Ramón y Cajal dedicado a Durfort.

La ausencia de discursos científicos de referencia es una carencia que agrava la separación entre ciencia y cultura general, y abre la puerta a discursos pseudocientíficos que, con un innegable talento comunicativo, empujan a la sociedad en direcciones contrarias al bien común. Si no hay equivalentes científicos de «I have a dream» o «Ich bin ein Berliner» quizá habría que ir escribiéndolos, que temas no faltan.

Referencias

Bertranpetit, J. (2021). El genoma en el transcurs del temps i l’evolució com a estratègia per a la perdurabilitat de la vida. Memòries de la Reial Acadèmia de Ciències i Arts de Barcelona, 68(6), 3–31.

Durfort Coll, M. (2007). La etapa barcelonesa de Santiago Ramón y Cajal. Quark, 40, 66–74.

MacArthur, B. (Ed.). (1999). The Penguin book of twentieth-century speeches. Penguin.

© Mètode 2023 - 116. Instantes de ciencia - Volumen 1 (2023)
Biólogo y escritor (Barcelona).