Cuando estudiaba para ser biólogo, aprendí enseguida la distinción entre la bata y la bota. La bata tiene que ver con los laboratorios: la planificación, la experimentación, la recogida de datos y el análisis. Yo fui un biólogo de bata. Ahora soy un biólogo de corbata, una opción de la que nadie me habló, y este silencio es un defecto que la universidad arrastra como un ala perdigonada.
«Cualquier gran explicación sobre la naturaleza ha tenido en algún momento el aspecto desastrado y frágil de una nota en una libreta de campo»
La mayoría de mis amigos fueron biólogos de bota. La bota es la metáfora de andar por el campo y recoger los datos directamente de la naturaleza, con una intervención mínima o nula. El utensilio inseparable de la bota es la libreta de campo. Estas libretas son el primer punto donde la naturaleza se detiene antes de entrar en el engranaje del método científico. Del ojo a la mano sin pasar por el cerebro –o, podríamos decir, por las partes del cerebro que procesan los datos.
La libreta de campo es diferente de la libreta de laboratorio en un punto muy importante. La libreta de laboratorio es un registro de la planificación y la ejecución, mientras que la libreta de campo es un registro de la observación. Como se crea en un entorno no controlado, está sujeta a todo tipo de imprevistos. Da igual que sea una salida por las marismas del Ampurdán o una expedición polar: la libreta es ciencia en crudo.
En la libreta de campo puede haber dibujos, anotaciones, esquemas, hojas o flores pegadas. En realidad, cualquier cosa: la libreta refleja la vivencia del observador. No hay observación «agnóstica», y cualquier registro incluye unas cosas y excluye otras. Pero la ciencia no está nunca tan cerca de la inmediatez como en el momento en que alguien dibuja lo que acaba de ver, quizá incluso antes de saber qué es.
Para convertirse en ciencia, el contenido de la libreta tendrá que pasar por el mismo proceso que cualquier otro dato. Las libretas de campo de Darwin dan pistas sobre lo que pasaba por su cabeza, pero no sustituyen las versiones trabajadas y argumentadas de sus libros. Desde el punto de vista de la filosofía de la ciencia, para la comunidad científica, la libreta de campo es un borrador íntimo que no aporta ni quita validez a las explicaciones que se derivan de ella. Y sin embargo, cualquier gran explicación sobre la naturaleza ha tenido en algún momento el aspecto desastrado y frágil de una nota en una libreta de campo.
Referencias
Canfield, M. R. (ed) (2011). Field Notes on Science & Nature. Cambridge, MA: Harvard University Press, Cambridge.
Natural History Museum. The Antarctic Collection. Consultado en http://www.nhm.ac.uk/our-science/departments-and-staff/library-and-archives/collections/antarctic-collection.html