La elegancia de las moléculas, de Jean-Pierre Sauvage

La elegancia de las moléculas
Jean-Pierre Sauvage
Plataforma Editorial, 2022. 184 páginas.

Esta no es la primera obra de un Premio Nobel que llega a mis manos; de hecho, cuando se combina con un toque autobiográfico, se trata de un tipo de lectura que me atrae bastante. Sin embargo, diría que es la primera que ha generado en mí un efecto de terapia psicológica, como investigadora predoctoral que soy ahora mismo. Y esto en gran parte se debe a su carácter cercano y generoso en detalles sobre la vida científica académica.

Jean-Pierre Sauvage, Premio Nobel de Química en 2016 junto a Fraser Stoddart y Ben Feringa, narra en su libro La elegancia de las moléculas su vida como científico, utilizando como hilo conductor, y de forma cronológica, los proyectos científicos que ha llevado a cabo a lo largo de su trayectoria. Lo hace desde que era pequeño y ocupaba su tiempo libre experimentando con fermentaciones en un laboratorio casero, pasando por los años de estudio de la carrera de química, los años en activo al frente de un laboratorio de investigación, hasta que se retira y pasa a ser profesor emérito de la Universidad de Estrasburgo y finalmente nobelizado.

En esta autobiografía científica, Sauvage combina la divulgación de conceptos propios de la química orgánica y la bioquímica con una descripción muy personal de lo que viven los investigadores que consagran su vida a la investigación científica en el mundo universitario. Lo hace a través de doce capítulos, algunos de ellos dedicados a conceptos químicos que han vehiculado su carrera, y otros a reflexionar sobre tendencias sociales como la quimiofobia o la pandemia de la desinformación en la época de internet. En ellos transmite su fascinación por procesos bioquímicos como la fotosíntesis o el movimiento de la ATP sintasa, entre otros. Además, muestra abiertamente su posición respecto a temas como la combinación de religión y ciencia o los organismos modificados genéticamente.

Es un relato cercano y humano, que nos permite vivir de primera mano cómo son los minutos anteriores y posteriores, así como los pensamientos y emociones que pasan por la mente de un científico al recibir un galardón como el Nobel. Nos explica también cómo ha compaginado su vida familiar y personal con una actividad de investigación exigente y cada vez más puntera.

Este libro es, sin duda, una oda a la ciencia básica o fundamental, al gusto por descubrir y descifrar procesos químicos y biológicos que no se han estudiado antes. Para Sauvage, muchas veces la libertad de la investigación científica se ve coartada por el afán de encontrar aplicaciones directas de lo que se estudia. Pero, como dice él, las aplicaciones ya irán surgiendo a raíz de este nuevo conocimiento generado a partir del gusto del saber por saber.

En palabras del propio autor, «este libro no pretende ofrecer la receta de una carrera feliz, ya sea científica o no». Este libro plasma el día a día, año tras año, de la dedicación a la investigación académica, desde una perspectiva muy humana, donde las decepciones, dudas y altibajos que acompañan a la vida científica se encuentran muy presentes. Es por eso un espejo, al menos de carácter psicológico, para las almas científicas que, en los tiempos que corren y con el sistema de ciencia actual, estamos pensando si dedicarnos a ello, o bien, no continuar por el camino de la investigación académica.