Mirando de frente al espejo

Jo Spence y Hannah Wilke

doi: 10.7203/metode.77.2477

RESUMEN
El cáncer ha sido durante mucho tiempo una enfermedad tabú cercada por la ocultación y el silenciamiento a nivel social y por la consecuente exclusión del marco de la representación visual y artística. Este texto pretende poner de relieve el papel pionero de dos artistas mujeres –Hannah Wilke y Jo Spence– que en la década de los ochenta rompieron con el miedo y el pudor a representar esta enfermedad e introdujeron en su obra sus experiencias, vividas en primera persona, del cáncer. El autorretrato fotográfico, aplicando diversas estrategias que van de la fototerapia a la labor deconstructiva de estereotipos y tabúes o la militancia crítica, sirve a estas autoras para enfrentarse personalmente a esta patología e intentar desentrañar las metáforas y estigmas que la rodean social y culturalmente. 

Palabras clave: cáncer, visibilización, autorretrato, fototerapia, deconstrucción crítica, articulación del género femenino, Hannah Wilke, Jo Spence, Marie Mandy.

Pero no solamente se ha dado esta relación benefactora, también la presencia de cuerpos enfermos en la historia de la representación ha servido para dar forma a lo abyecto y a aquello que hay que denigrar y estigmatizar socialmente. Otra vuelta de tuerca, incluso más radical, de este enfoque es la generación de un tabú silenciador en torno a determinadas afecciones que se enquistan en la ocultación y la consiguiente exclusión del marco de la representación. Por otro lado, determinados enfoques y teorías estéticas han visto la enfermedad como un acicate para la creatividad. La toma de conciencia del propio cuerpo, el dolor o la reflexión sobre la mortalidad asociadas a las dolencias y enfermedades generan un estado depresivo que propiciaría la conocida melancolía creativa a la que Albrecht Dürer dedicó su célebre grabado Melancholia I y de la que las teorías románticas del arte han sacado tanto provecho (baste recordar que se creía que las fases finales de la tuberculosis propiciaban la creación o la importancia que otorgaron a la locura).

86-77

Hannah Wilke. S.O.S. Starification Object Series, 1974-82. Copias en gelatina de plata con esculturas de chicle, dimensiones variables. / Cortesía de Ronald Feldman Fine Arts, Nueva York

«Dos enfermedades como el cáncer y el sida han reactivado la creación contemporánea en torno a la enfermedad en el último cuarto del siglo pasado»

Sin embargo acercándonos a nuestro presente –y ya lejos de enfoques románticos– dos enfermedades como el cáncer y el sida han reactivado la creación contemporánea en torno a la enfermedad en el último cuarto del siglo pasado. Dos afecciones malditas y sin cura definitiva, que, como Susan Sontag analiza en sus conocidos análisis culturales sobre estas enfermedades, están plagadas a nivel social de tabúes y metáforas estigmatizadoras. Un buen número de artistas y literatos que vivieron en primera persona, o muy de cerca, estas enfermedades se lanzaron a diseccionar dicha experiencia a través de la autobiografía, del diario personal y del autorretrato fotográfico. Este es el caso tanto de la obra de la artista americana Hannah Wilke (1940-93) como la de la fotógrafa inglesa Jo Spence (1934-92), cuyas producciones se centraron en la representación fotográfica de la enfermedad del cáncer una vez que ellas mismas fueron diagnosticadas de dicha afección, aunque Wilke ya había hecho una incursión en el tema cuando su madre tuvo que luchar contra un cáncer de mama. Ambas son pioneras en dar visibilidad a una enfermedad silenciada y enmascarada durante mucho tiempo y no solo en el campo del arte sino también –y de forma más sangrante– en el ámbito social. Mediante diversas estrategias, que van desde la fototerapia hasta la militancia crítica, estas artistas utilizan el autorretrato para confrontar tanto el silencio y la ocultación como la denigración y conmiseración que la sociedad occidental ejerce sobre los cuerpos enfermos y en especial sobre el de las mujeres con cáncer.

87ab-77

Hannah Wilke. Intra-Venus Series #4, 26 de julio y 19 de febrero de 1992, 1992. Fotografía cromogénica en papel Supergloss (díptico), 122,61 x 183,61 cm. / Helsinky City Art Museum, Finlandia

En este sentido, el caso de la obra de Wilke es paradigmático ya que desvela la importancia de los parámetros de género en la vivencia física y psicológica de esta enfermedad. Su trabajo desde mediados de los años sesenta se centró en la celebración de la fisicidad del cuerpo de la mujer (obras de látex y arcilla con formas vulvares que se adelantaron al arte vaginal de los años setenta) y utilizó el suyo propio para un buen número de piezas fotográficas y de performances. Piezas como la emblemática S.O.S. Starification Objects Series (1974) jugaban de forma ambivalente entre la glorificación de la mujer en la cultura popular y la crítica del peso opresor que la sociedad patriarcal ejerce sobre las mujeres simplemente por haber nacido con una determinada marca de diferencia sexual. La artista aparece imitando un repertorio de las posturas sexys y coquetas de las modelos publicitarias y cubierta con una serie de cicatrices en forma vaginal hechas con chicle. Los marcadores sexuales situarían de forma predeterminada a los individuos en la sociedad con un estatus u otro de poder. A los ojos del feminismo más ortodoxo su atractivo físico fue un impedimento para una lectura seria de su trabajo de tipo crítico, por el contrario se le acusó de narcisista y de reforzar las estrategias de objetualización del cuerpo femenino imperantes en la cultura occidental. Esta reacción contra su trabajo cambió radicalmente en los noventa, cuando se presentó de forma póstuma su serie Intra-Venus Series en Nueva York en 1994. Este conjunto de trabajos que realizo después de que se le diagnosticara un linfoma en 1987 consiste en una serie de dibujos y de fotografías en las que la propia artista sigue siendo el foco de atención pero ahora con su cuerpo devastado por la enfermedad. El título (Intra-Venus) hace alusión por un lado a Venus, diosa de la belleza y del amor en la mitología y el arte occidental y por otro a la medicación y la alimentación intravenosa a la que se sometió en el hospital.

«El caso de la obra de Wilke es paradigmático ya que desvela la importancia de los parámetros de género en la vivencia física y psicológica del cáncer»

En las fotos la autora hace una citación paródica de las convenciones estéticas y arquetipos femeninos de mujer bella, en los que a ella misma se la había encasillado, pero prescindiendo de todos los aditamentos de la mascarada femenina. Sin ningún pudor y rompiendo tabúes aparece sin maquillar, con el cuerpo hinchado y sobre todo (en gran parte de ellas) sin pelo, poniendo en escena actos, poses y gestos de una feminidad exagerada. Así la vemos posando como una femme fatale, figura con la que tradicionalmente la habían vinculado en el mundo del arte tanto hombres como mujeres, pero calva y con vías en sus manos apoyadas sobre el rostro; mirando a la cámara con la boca abierta, que alude a Gestures, una pieza de 1974 en la que con sus manos crea sugestivos orificios en su cara convirtiéndola en un cuerpo penetrable, pero que aquí simplemente está abierta para ser penetrada para una auscultación médica; cubierta con una manta color azul de hospital como una virgen María; desnuda con un florero en la cabeza al modo de una Venus; o retozando sensualmente en una cama de sábanas blancas como en un cuadro de Françoise Boucher, pero con apósitos en las nalgas. La mirada objetualizadora es doblemente negada ante su cuerpo enfermo, contaminado, debilitado y abotargado por los tratamientos. La enfermedad la obligó a distanciarse de su propia belleza y de las normas estéticas de la feminidad; esta distancia le permite deconstruir la idea de la imposición de una identidad de género normativa y a la vez de un cuerpo sano, joven y vigoroso. Las mujeres con cáncer han de enfrentarse no solamente al deterioro físico sino también a la presión de la pérdida de dos significantes fundamentales de la feminidad normativa como son los pechos y el pelo. El uso de pelucas y de prótesis mamarias evidencia de forma dramática el carácter performativo del género que señalara Judith Butler y también el del cuerpo sano. El género, la sexualidad y el cuerpo sano son construcciones culturales ideales a las que hemos de responder constantemente y que generan grandes dosis de ansiedad, y en el caso de las pacientes de cáncer de forma redoblada. Wilke de modo sincero exhibe la degeneración de su cuerpo –antes hermoso– deshaciendo a la vez toda una serie de clichés de género y de tabúes representacionales en torno al cáncer, mostrándose como una mujer valiente que se ríe ante la enfermedad y la muerte.

87-77

Hannah Wilke. Intra-Venus Series #6, 19 de febrero de 1992, 1992. Fotografía en papel cibachrome. / Helsinky City Art Museum, Finlandia

El trabajo de Jo Spence también afrontó con arrojo la representación del cáncer a través de la fotografía entendida en su caso como una herramienta con poder terapéutico y con grandes posibilidades educativas y pedagógicas. La autora, vinculada desde los inicios de su carrera a un feminismo militante de raíz marxista, participó en diversos proyectos colectivos educativos basados en la fotografía y generó algunas exposiciones como Women, Work and Wages (1973-75) o Who’s Still Holding the Baby? (1978) en las que se abordaba la situación de las mujeres con respecto al trabajo, los salarios o el cuidado de los niños. En estos proyectos se combinaba la tradicional fotografía documental con entrevistas, información extraída de periódicos y material educativo para informar y despertar la conciencia crítica del espectador sobre el problema abordado. En 1982, cuando supo que tenía un cáncer de mama, su trabajo dio un vuelco y pasó de lo social y de los problemas de clase a cuestiones relacionadas con su subjetividad y su salud, aunque nunca abandonó su visión y los modos de hacer de una práctica artística comprometida políticamente. Tras someterse a una lumpectomía (cirugía en la que solamente se extrae el tumor mamario y la parte circundante en vez de extirpar todo el seno) y tras rechazar la mastectomía que le recomendaban lo médicos, realizó The Picture of Health? (1982-91).

«Jo Spence afrontó con arrojo la representación del cáncer a través de la fotografía entendida como una herramienta con poder terapéutico y con grandes posibilidades pedagógicas»

En este proyecto, al igual que en su trayectoria anterior, pretendía educar al espectador sobre un tema poco tratado, por no decir silenciado, realizando una dura crítica tanto de la representación social de la enfermedad como de las visiones del cuerpo sano y deseable de la mujer, así como de la institución médica. En primer lugar realizó una amplia investigación sobre los diversos tratamientos del cáncer y descubrió la utilización por parte de la institución médica de los enfermos para experimentar con diversos tratamientos. Se vio a sí misma, con gran sorpresa, incluida en un listado secreto de personas para realizar ensayos clínicos. Por otro lado encontró que existían toda una serie de tratamientos alternativos menos agresivos que daría a conocer a través de charlas y artículos para informar, educar y propiciar el empoderamiento del paciente. Este proyecto surgió de su propia experiencia como paciente y de los sentimientos que experimentó al ser tratada por el sistema médico y sus protocolos. Antes de ser operada se sintió como un objeto, al que se impersonaliza, se marca, se le priva de cualquier voz y al que se infantiliza. En uno de los paneles fotográficos aparece la propia artista con la bata para entrar al quirófano con un gorro y un chupete o chupándose el dedo, como si de un bebé se tratara. Otro de los paneles está dedicado a la actitud de la paciente como heroína o víctima y parodia, también con humor, los reductores estereotipos del imaginario social en torno a los enfermos, en el que de forma maniquea se es ganador o perdedor, moralmente fuerte o débil.

88ok-77

A la izquierda, Jo Spence y Terry Dennett. The Property of Jo Spence, 1982-86. Perteneciente a The Picture of Health?Arriba, Jo Spence y Terry Dennett. 15th October, 1984, 1984. Perteneciente a The Cancer Project.A la derecha, Jo Spence y Terry Dennett, Crash Helmet Portrait, 1983. Perteneciente a The Picture of Health? / The Jo Spence Memorial Archive, Londres

Para la presentación de su lampectomía se hizo un conjunto de fotos reminiscentes de la fotografía policial que diseñara Alphonso Bertillon en el siglo XIX. En 15th October, 1984, la autora aparece de frente y de perfil con la cabeza cortada para señalar la pérdida de humanización en su tratamiento y el anonimato de los pacientes en el sistema médico. Muestra ostensiblemente la cicatriz en el pecho y con una cartela en la mano indica la fecha en la que se hizo la toma y el estado de su cuerpo en ese momento. La fotografía de enfermos y de criminales tiene concomitancias para la autora. El cuerpo del enfermo es medido y archivado como el de un criminal. En algunos trabajos últimos como The Final Project (1991-92) trabajó con la superposición de imágenes. Por ejemplo en Decay Project I, 1984, (1991-92), retoma fotografías antiguas de su cuerpo de los años ochenta sobre las que desliza una superficie agrietada, en descomposición, que nos habla de forma melancólica de la fuga del tiempo y de la preparación para la muerte. En esta misma línea estaría Looking Death in the Eye (1991-92), en la que hace coincidir una calavera, imagen de la muerte, con los ojos de la autora.

Los trabajos de estas dos pioneras en la representación del cáncer nos pueden incomodar, hacer que desviemos nuestra mirada para evitarlos porque nos acercan al sufrimiento y al dolor, pero en cualquier caso son trabajos ejemplares de cómo afrontar y vivir la enfermedad de forma crítica, destapando tabúes y rehuyendo el victimismo.

Bibliografía

Dennett, T. et al., 2005. Jo Spence. Más allá de la imagen perfecta. Fotografía, subjetividad, antagonismo. Macba. Barcelona.

Hannah Wilke Collection & Archive. <www.hannahwilke.com>.

Le Breton, D., 1999. Antropología del dolor. Seix Barral. Barcelona.

Sander, G., 1988. Disease and representation; Images of Illness from Madness to AIDS. Cornell University Press. Ithaca.

Sontag, S., 1996. La enfermedad y sus metáforas i El sida y sus metáforas. Taurus, Madrid.

Sontag, S., 2007. Bajo el signo de Saturno. Debolsillo Ediciones. Madrid.

Spence, J., 1995. Cultural Sniping: The Art of Transgression. Routledge. Londres.

Wilke, H., 1995. Intra-Venus. Ronald Feldman Fine Arts. Nova York. Wilke, H., (1940-1993), 2006. Hannah Wilke: exchange values. Artium. Vitoria.

© Mètode 2013 - 77. La línea roja - Primavera 2013

Profesor titular del departamento de Filología Francesa e Italiana. Universitat de València.

Profesor del departamento de Bellas Artes, Área escultura, Universidad de Murcia.