Desde que se comenzó a elaborar la nueva Licenciatura de Periodismo en la Universitat de València, tuvimos muy claro –entre otras cuestiones importantes– que la ciencia y la tecnología no son sólo cultura, sino que, además, no pueden desvincularse de las ciencias sociales y las humanidades. En consecuencia, la nueva licenciatura –iniciada en octubre de 2000– debía incluir este planteamiento de una manera explícita, lo que significó que, como responsable del plan de estudios, propusiera un itinerario de especialización, justamente, de ciencia y tecnología, al lado de otro de sociedad, política y economía.
«Dentro de poco saldrá de una universidad pública la primera generación de periodistas especializados en ciencia y tecnología»
Este enfoque suponía una propuesta innovadora, la única entre todas las carreras de periodismo en el Estado español (y hay una treintena reconocidas), que iba mucho más allá de lo que existía hasta ahora. No se trataba solamente de incluir alguna asignatura sobre periodismo científico o sobre comunicación de la ciencia, como desde los años noventa han ido introduciendo algunas facultades de Ciencias de la Información, o de ofrecer un máster una vez acabada la carrera, sino de encarar seriamente, y en igualdad de condiciones, la necesidad de que el titulado en periodismo del siglo XXI debe tener conocimientos suficientes de ciencia y tecnología.
Por un lado, porque cada vez más –y, particularmente en la sociedad de la información y del conocimiento– un periodista universitario debe informar de muchos temas en los que los aspectos científicos y tecnológicos están presentes (cuando no son el núcleo de importantes noticias). Y dado que éstos tienen repercusiones sobre la vida cotidiana de los ciudadanos, el informador debe tener conocimientos fundamentales y rigor en el tratamiento visto el impacto social que a veces puede tener. Y, por otro lado, porque la alta divulgación cientificotécnica, tanto en los medios tradicionales (prensa, radio, televisión) como en los nuevos (Internet), necesita no sólo de simples gestores de la información (aquellos que tratan datos), sino de auténticos divulgadores que sepan procesar datos complejos, interpretarlos con ayuda de expertos y traducirlos (no trivializarlos) a los lenguajes multimediáticos de manera adecuada (correcta), inteligible (comprensible) y atractiva (interesante). Sólo así el periodismo científico y/o la divulgación de la ciencia y de la tecnología serán socialmente útiles.<
Algunas de las cuestiones y razonamientos mencionados se pusieron de relieve en el II Congreso sobre Comunicación Social de la Ciencia, celebrado a finales de noviembre de 2001, en el Museo de las Ciencias de Valencia. El debate habitual se volvió a producir: ¿los comunicadores de la ciencia deben ser, al menos en lo relativo a la información general, licenciados en ciencias o tecnologías con una cierta formación periodística o periodistas universitarios especializados en ciencia y tecnología, como ahora algunos lo son en economía, política, sociedad, cultura, con bastantes conocimientos y consideración, en la prensa de calidad o especializada?
Para la Licenciatura de Periodismo de la Universitat de València la respuesta no es evidente tan sólo porque ha puesto en funcionamiento un itinerario de especialización en ciencia y tecnología, sino porque no se debe confundir la colaboración regular de los expertos en todas las áreas del saber en los grandes medios de comunicación (como una condición sine qua non para responder a la sociedad compleja con una información complicada, pero comprensible) con el tratamiento de muchas de las noticias y temas cotidianos, la interdisciplinariedad en la que se dan en realidad y una comunicabilidad profesional que todavía es más difícil de ejercer en ciencia y técnica que cuando se informa de los campos más familiares a los buenos periodistas.
De acuerdo con esta lógica –y dado que ningún medio de comunicación puede tener tantas especialidades como carreras–, al itinerario de ciencia y tecnología de periodismo de nuestra universidad, que se ha desplegado en el segundo ciclo de la licenciatura (dos últimos años), se accede después de un primer ciclo de Periodismo. Es decir, después de tres años de una formación básica y generalista en ciencias sociales, humanidades, tecnología, con saberes y habilidades comunicativas (algunas muy actuales en Internet, multimedia o hipertexto), y donde ya hay asignaturas cientificotécnicas: “Introducción a la ciencia y la tecnología actuales”; “Corrientes del pensamiento contemporáneo”; “Divulgación de información científica” y “Comprensión y utilización de datos y estadísticas”. En cuanto a la especialización en el segundo ciclo, éstas son las materias: “Biotecnología”, “Filosofía de las ciencias y tecnologías ambientales”; “Cosmología y exploración del espacio”; “Medicamentos y sociedad / Medicina y salud”, y “El tratamiento informativo científico”.
Por todo ello, nos complace informar que dentro de poco saldrá de una universidad pública la primera generación de periodistas especializados en ciencia y tecnología, que tendrá una competencia y reconocimiento singular dentro de la Unión Europea. Modestamente, ésta es una apuesta internacional y de futuro desde una ciudad como València, con una universidad que ya ha cumplido cinco siglos.