Memento y la replicación del ADN

Fotograma de la película Memento

En el «Fotogramas de ciencia» del número anterior, hablábamos de Tenet, de Christopher Nolan, uno de los directores que más debates suscita en el cine actual. O te gusta mucho o no lo soportas. Si tengo que tomar partido, yo lo tengo claro: soy de Nolan. Pocos directores han podido conjugar el cine de acción más comercial con historias retorcidas, sorprendentes giros de guion y tramas con mucha carga de ciencia (no siempre correcta, todo sea dicho). De hecho, premios Nobel como el físico Kip Thorne le han asesorado en algunos de sus guiones. A todo esto, debemos añadir que la música de muchas de sus películas la firma otro de los compositores más reverenciados y a la vez cuestionados como es Hans Zimmer. También lo tengo claro, en ese caso.

En una de sus primeras películas, Memento, la trama gira en torno a un hombre, Leonard, que a causa de un accidente sufre una amnesia anterógrada, que es la incapacidad de crear nuevos recuerdos. La forma de guiarse es ir tomando fotografías instantáneas y tatuarse las cosas importantes. Con esta estrategia, trata de encontrar a la persona que asesinó a su esposa y que le provocó su condición, para vengarse de ella. La originalidad narrativa radica en que la historia está contada al revés. Parte del final y se van desgranando los hechos hasta llegar al principio, cuando el espectador conoce por fin las circunstancias del asalto a Leonard. Que la historia esté narrada de forma inversa al orden temporal no quiere decir que los personajes caminan al revés o que cuando hablan no se les entienda. El recurso que utiliza el director es ir haciendo pequeños sketches de la trama, pero cada nuevo sketch tiene lugar en el momento inmediatamente anterior al que acabamos de ver, y así la historia se va contando de diez en diez minutos. Es el problema de vivir en un universo donde el tiempo solo fluye en una dirección. Si quieres hacer una ficción que no se atienda a esta regla, debes inventar algún artificio narrativo.

En la naturaleza tenemos otros ejemplos de fenómenos que solo fluyen en una dirección. Por ejemplo, el ADN está formado por dos cadenas complementarias y enfrentadas entre sí, con la peculiaridad de que la unión es antiparalela. Una cadena tiene la orientación 5’-3’ y la otra, la contraria, 3’-5’. Esta nomenclatura hace referencia al átomo de carbono unido al grupo fosfato en cada caso. Y ahí viene el problema. Gracias a un experimento clásico que hicieron en 1957 Matthew Meselson y Franklin Stahl, sabemos que el ADN se replica de forma semiconservativa. Esto significa que las dos cadenas se separan y cada una hace de molde para una cadena nueva, de forma que en las dos nuevas dobles hélices formadas, una cadena será antigua y otra será nueva. El ADN se replica mediante una compleja maquinaria molecular que solo es capaz de sintetizar una nueva cadena en un sentido, 5’-3’. Tenemos entonces un problema: podemos copiar una cadena, pero no la otra. Aquí tenemos un problema topológico similar al que tenía Cristopher Nolan para contar la historia de Memento al revés. En principio, la maquinaria molecular de replicación no encajaría en una de las dos cadenas; sería como tratar de meterse un zapato del pie izquierdo en el pie derecho.

Sin embargo, la vida existe. Algo ha tenido que inventar la naturaleza para poder duplicar el ADN. Y la solución que descubrió fue exactamente la misma que millones de años después eligió Cristopher Nolan. La replicación se realiza en las dos cadenas a la vez. Una se crea de forma continua y la otra va copiándose de forma discontinua en pequeños fragmentos para poder respetar el sentido de la copia. Estos fragmentos se llaman fragmentos de Okazaki, que una vez sintetizados de forma fragmentaria simplemente se unen y dan lugar a una cadena completa. La naturaleza es mucho más asombrosa que la ficción. 

© Mètode 2023 - 117. El legado de los dinosaurios - Volumen 2 (2023)
POST TAGS:
Catedrático de Biotecnología de la Universidad Politécnica de Valencia e investigador en el Instituto de Biología Molecular y Celular de Plantas (CSIC-UPV).