El descubrimiento de la estructura en doble hélice del ADN fue cosa de cuatro, y el papel de Franklin está a l’altura de la contribución de Wilkins, Watson y Crick.
En Memento, Christopher Nolan usó la misma solución que la naturaleza había utilizado a la hora de duplicar el ADN millones de años antes: contar la historia de Leonard con sketches, de diez en diez minutos y al revés.
Los seres humanos, al contrario que algunos animales, no nos basamos en la genética para encontrar la pareja perfecta. Inervienen muchos condicionantes socioculturales.
Hasta hace poco el ADN se ha asociado con la estructura de doble hélice. Se han descrito otras estructuras y conformaciones diferentes que puede adoptar, como los G-cuádruples.
A través del ADN podemos extraer mucha información e inferir un retrato detallado del rostro a quien pertenece.
Sin ningún tipo de duda, nos encontramos en una etapa alentadora para la biología evolutiva. La paleoproteómica tiene el potencial para explorar intervalos de tiempo que eran completamente inaccesibles hasta ahora.
El rol de víctima atribuido dentro de la leyenda de la doble hélice no tendría que eclipsar las brillantes aportaciones de Rosalind Franklin, a menudo ninguneadas en las narraciones esquemáticas de su trayectoria científica.
Me planteo escenas de mundos casi apocalípticos y distópicos, basadas en el imaginario colectivo creado por libros y películas de ciencia ficción. ¿Cuál es el límite?
El concepto de estandarización está vinculado con la revolución industrial y la producción masiva de bienes en cadenas de montaje. La pregunta que trataremos de responder en el presente documento es hasta qué punto se pueden alcanzar estándares e implementar un proceso de estandarización en el ámbito biológico.
Regalando nuestro ADN y nuestros datos genéticos, regalamos el ADN y los datos genéticos de toda nuestra familia biológica. Hay que pensar si el objetivo vale la pena.