Félix y la Albufera

El Festival Amfibi recupera un programa de Félix Rodríguez de la Fuente de 1970 donde denuciaba el estado de la Albufera de Valencia

Félix Rodríguez de la Fuente

«En la Albufera se están vertiendo desechos de fábricas, se están vertiendo infiltraciones del DDT de los arrozales, se están vertiendo sustancias que no solamente acaban con la pureza de las aguas sino que matan a la fauna ictiológica de la Albufera.» Con su peculiar estilo, Félix Rodríguez de la Fuente denunciaba así el estado en que se encontraba la Albufera de Valencia en los años setenta en un episodio de su programa Vida salvaje en TVE.

«¿Serían igualmente efectivas hoy en día las palabras de un naturalista en televisión o la campaña mediática de un diario local para poder salvar la Albufera?»

Era el 28 de junio de 1970, y lo que el naturalista decía por primera vez en televisión era lo que le habían trasladado científicos y naturalistas valencianos como Ignacio Docavo o Miquel Gil Corell: el pésimo estado de conservación de la Albufera. Una denuncia que se venía haciendo desde hace años desde el ámbito científico, pero que hasta ese momento prácticamente no había tenido eco en los medios de comunicación.

El programa, que no se había podido volver a ver después de aquella primera emisión, ha sido recuperado ahora por la Fundación Global Nature y la Fundación Félix Rodríguez de la Fuente, junto a otros fragmentos audiovisuales donde el conocido naturalista hace referencia a la Albufera, y se pudo ver durante la última edición del Festival Amfibi, organizado por la Fundación Assut en la Trilladora del Tocaio en El Palmar.

Pero, en los años setenta, la contaminación no era el único problema al que se enfrentaba la Albufera, uno de los humedales más importantes de la península Ibérica por su biodiversidad y riqueza ecológica. En el contexto del boom turístico y de la construcción, en los años sesenta se había aprobado un plan para urbanizar la Dehesa de El Saler, la franja boscosa que separa la Albufera del mar Mediterráneo.

«La Dehesa de El Saler, el pinar de Pinus halepensis, ese bosque, esa comunidad de plantas mediterráneas verdaderamente única en la península Ibérica, también debe conservarse en toda su integridad porque en sí forma parte del enclave de la Albufera de Valencia.» Así explicaba Rodríguez de la Fuente la importancia ecológica del bosque de El Saler, para terminar advirtiendo: «Sería tremendamente peligroso alterar lo que resta ya de esta hermosa Dehesa de El Saler.»

Según Odile Rodríguez de la Fuente, hija del conocido divulgador de la naturaleza, este programa muestra «un factor fundamental del cambio de pensamiento que se estaba produciendo». La vicepresidenta de la Fundación Félix Rodríguez de la Fuente opina que «el fenómeno Félix Rodríguez de la Fuente dice mucho más de los españoles que del propio Félix, ya que buscaban una ventana para dar voz a estas inquietudes, como demuestra el caso de El Saler».

assut2El inicio de la atención mediática a El Saler

Las palabras de Félix Rodríguez de la Fuente no fueron bien recibidas por las autoridades locales y por los diarios valencianos, que criticaron duramente al naturalista a través de diversos editoriales en prensa. Una de las cuestiones en las que los medios pusieron más el foco fue la propuesta del presentador de ubicar un reserva de animales africanos en el bosque de la Dehesa, para evitar su destrucción al tiempo que se compaginaba con los fines turísticos.

Así, Rodríguez de la Fuente proponía la introducción de «especies africanas como las jirafas, los rinocerontes negros, los órix, las grullas coronadas, otras clases de antílopes, los flamencos, los patos que ya viven, los marabús… porque en el llamado safari fotográfico, en ese enclave incomparable, pudiera haber un complemento maravilloso de lo que es la Albufera de Valencia y de lo que es la costa del Mediterráneo español en cuanto a auténtica mina, auténtico faro que llama a los turistas de todo el mundo». Una propuesta que difícilmente se entiende desde la perspectiva actual, pero que quizás entroncaba con la línea que había defendido el propio Ignacio Docavo, que buscaba una nueva ubicación para el zoo de Valencia que dirigía.

En todo caso, esta emisión fue la primera vez que la urbanización se cuestionaba públicamente en los medios de comunicación, ya que hasta ese momento el plan era ampliamente aceptado por grandes sectores de la sociedad, que lo entendían como un sinónimo de progreso y de beneficios económicos. La emisión de Vida salvaje sirvió para subrayar la importancia ecológica del espacio y su íntima relación con la Albufera de Valencia.

Pocos años después, entre 1973 y 1974, el diario Las Provincias emprendió una campaña contra la urbanización, dando voz a los científicos y al movimiento ciudadano y ecologista que había ido creciendo para defender El Saler, y que finalmente consiguió que la urbanización no se realizara. Sus huellas aún están presentes en el paisaje de la Dehesa, pero la movilización creó el clima necesario para que, ya en democracia, la Albufera y la Dehesa fueran declaradas Parque Natural y protegidas definitivamente en 1986. Pero a pesar de esto, tal y como recordó el arquitecto Carles Dolç durante el Festival Amfibi, «las presiones urbanísticas han continuado y continuarán sobre la Albufera». ¿Serían igualmente efectivas hoy en día las palabras de un naturalista en televisión o la campaña mediática de un diario local para poder salvar este espacio natural de sus retos actuales y futuros?

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