© A. M. Orts Adolf Tobeña, catedrático de Psicología Médica y Psiquiatría de la Universitat Autònoma de Barcelona, en un momento durante su intervención. |
«Aunque parezca mentira, se recetan y se venden más antidepresivos que ibuprofenos» |
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¿Hasta qué punto es necesaria la medicación cuando nos enfrentamos a un trastorno psiquiátrico? ¿Puede una terapia basada en la conversación solucionar la mayoría de las dolencias de este tipo? Este era el punto de partida de la conferencia que ofreció en Valencia Adolf Tobeña, catedrático de Psicología Médica y Psiquiatría de la Universitat Autònoma de Barcelona. En la segunda de las cuatro conferencias dedicadas a la química organizadas por el Centre Octubre de Cultura Contemporània y la Cátedra de Divulgación de la Ciencia de la Universitat de València, el científico y divulgador Adolf Tobeña explicó a los asistentes un breve resumen de lo que postula en su último libro, Píndoles o Freud? Remeis per als neguits de l’ànima (Columna, 2011). Ante un auditorio prácticamente lleno, el especialista en psiquiatría centró su discurso en responder a la disyuntiva planteada como título de la charla. El profesor de la Universitat de València Juli Peretó, encargado de moderar la ponencia, presentó a Adolf Tobeña como un «hombre que se dedica a pensar y a escribir». No hay ninguna duda de que la tarea como divulgador desarrollada por el investigador catalán ha sido constante a lo largo de los últimos años. La última muestra de su afán por divulgar el conocimiento se centra, como él mismo afirmó, en «responder la pregunta que todo el mundo se hace». Y esta no es otra que saber «qué ayuda más a superar los trastornos mentales, la química o la conversación». La respuesta a la pregunta no se hizo esperar. Al menos en la conferencia que Tobeña ofreció a los presentes entre las cuatro paredes (algunas de ellas de vidrio) de una de las aulas del primer piso del Centre Octubre. De hecho, llegó a los dos minutos de iniciar el discurso y en un mensaje contundente: «la respuesta a la pregunta es la química, sin ninguna duda». Como él mismo declaró, «cuando las cosas van mal la conversación no es suficiente, hacen falta fármacos». Esta es la hipótesis que defendió a lo largo de su cuidadosa intervención, a través de una argumentación consistente, fundamentada en datos extraídos de múltiples investigaciones. La realidad es que, más allá de lo que se piense, los fármacos psiquiátricos son los más recetados y consumidos en el mundo. De entre todos los trastornos de esta índole, el origen de los cuales todavía no se conoce con certeza, las depresiones son uno de los casos más frecuentes. Posiblemente esta es la razón por la que Adolf Tobeña eligió esta dolencia para ejemplificar, con pruebas, su tesis. Cuando menos, las depresiones afectan a un gran porcentaje de la población y una prueba es que, en las farmacias, «se venden más antidepresivos que ibuprofenos, aunque parezca mentira». Los tratamientos con antidepresivos han aumentado en los últimos años y las terapias basadas en la conversación han ido disminuyendo. «Ya prácticamente no hay consultorías psiquiátricas donde no se receten medicamentos», añadió. Este hecho evidencia que los medicamentos antidepresivos, dentro de los fármacos elaborados para combatir las dolencias psiquiátricas, son muy efectivos en la cura de estas enfermedades. Las depresiones, calificadas por Tobeña como un «fracaso hipotalámico» (en alusión a la región del cerebro), están causadas en muchos casos por los niveles bajos de serotonina (amina que actúa como neurotransmisor). Muchos de estos medicamentos antidepresivos actúan para que haya más serotonina disponible y este es un hecho, un proceso, que no puede conseguirse a través de la psicoterapia. A pesar de todo, un 30% de los pacientes no responde bien a la medicación. Los psiquiatras tienen las armas para combatir las enfermedades pero no conocen bien el origen de estas. Quizás, una vez se asuma al cien por cien que las píldoras le han ganado la partida a Freud, la investigación se centre en cubrir las necesidades de la totalidad de pacientes que sufren estas enfermedades. Unas necesidades que para Tobeña pasan, sin ninguna duda, por la química. Àlex M. Orts. Estudiante de Periodismo, Universitat de València. |
© A. M. Orts Cuando acabó su exposición, Adolf Tobeña dio inicio al turno de palabra para que los asistentes formularan sus preguntas. La gran participación evidencia el interés que la conferencia despertó entre el público.
«Cuando las cosas van mal la conversación no es suficiente, hacen falta fármacos» |
© Mètode 2011