Regulación y comunicación: claves de un buen sistema de mecenazgo

El Foro Valenciano de Mecenazgo Científico analiza el acceso a la financiación privada

El mecenazgo se define como la participación privada en actividades de interés general, como un complemento a la inversión pública, que surge desde la participación de la sociedad civil. El pasado 27 de octubre, en el Palau de Cerveró (Universitat de València), se celebró el Foro Valenciano de Mecenazgo Científico para debatir la situación del mecenazgo en España y recoger ideas sobre su futuro de cara a la aprobación de una Ley de Mecenazgo Cultural, Científico y Deportivo en la Comunidad Valenciana y la creación de la Oficina de Mecenazgo.

La jornada, que contó con la colaboración del Instituto López Piñero, se inició con la apertura realizada por Albert Girona, secretario autonómico de Cultura de la Conselleria de Educación. Ambos dieron las primeras pistas sobre los temas que se tratarían durante la mañana, como la ausencia de una tradición en inversión en ciencia y tecnología y la necesidad de mejorar su percepción social.

Primero, las definiciones

Montserrat Casanellas, profesora de Derecho Financiero y Tributario de la Universidad de Barcelona, durante su ponencia sobre el marco jurídico del mecenazgo. Foto: Concha Molina.

Montserrat Casanelles, profesora de Derecho Financiero y Tributario en la Universidad de Barcelona, ​​expuso las definiciones y el marco jurídico y fiscal de la situación del mecenazgo en el Estado. Destacó la necesidad de la existencia de los incentivos fiscales a las donaciones y de controles que aseguren la naturaleza de interés general de los destinatarios. Además, señaló «el excesivo detalle» de la norma estatal —que especifica el nombre de las organizaciones que pueden ser beneficiarias— y la falta de coordinación entre la norma estatal y autonómica a la hora de establecer estos beneficiarios. Hizo una comparación con los marcos jurídicos extranjeros para proponer formas como el voluntariado, el préstamo de uso o la condonación de deudas, que no quedan contempladas como beneficiarias de los incentivos fiscales por ninguna de las leyes estatales y en algunos casos tampoco por las autonómicas.

Después de las definiciones, Carmen Llácer y María José Rodrigo, técnicas de la futura Oficina de Mecenazgo, expusieron los objetivos de esta institución que se creará junto al anteproyecto de ley que aún está por aprobar. Destacaron que su función será la de una plataforma de contacto entre mecenas y proyectos para publicitar aquellos que buscan financiación, actividad que pretenden complementar con la incentivación social de la cultura de las donaciones para hacer frente al actual desconocimiento de las posibilidades tanto por parte de la ciudadanía como de los propios investigadores. Además, destacaron la ciencia como la materia más castigada por un doble desconocimiento tanto de las vías de financiación como de la difusión de los proyectos de investigación.

Comunicar para crear una sociedad comprometida con la ciencia

Intervención de una participante durante el Foro Valenciano de Mecenazgo Científico. Foto: Concha Molina.

«Aunque las leyes no están en nuestras manos, sí tenemos el poder de generar una cultura del mecenazgo», destacó Pilar Campins, vicerrectora de Investigación y Política Científica de la Universitat de València, durante su intervención. En la misma línea, Mónica Pont, responsable del área económico-administrativa de la Fundación para el Fomento de la Investigación Sanitaria y Biomédica (FISABIO), reiteró la necesidad de trasladar la ciencia «a pie de calle» porque «la sociedad formada será quien exija mayor inversión en ciencia».

A continuación, Pont destacó la exigencia creciente de la formación en comunicación que permita conocer y utilizar los canales de difusión para acceder a la sociedad, crear una cultura que valore más la investigación y así acceder vías alternativas de financiación como resultado de esa mayor conciencia social y cultural.

La jornada contó también con la participación de Juan Carlos González, representante en la Comunidad Valenciana de FEDER, que expuso el trabajo de la Federación en el tratamiento de enfermedades raras. Igualmente, destacó el trabajo en la comunicación y sensibilización de la población para crear conciencia en la necesidad de financiación en investigación para seguir avanzando en la mejora del diagnóstico y tratamiento de estas enfermedades.

Todos ellos llegaron a unos puntos comunes, convertidos en objetivos de futuro, que se discutieron junto con el público presente durante la mesa redonda moderada por Cristóbal Suria, director de la Fundación General de la Universitat de València, y donde participaron Ana Lluch, oncóloga y catedrática de Medicina de la Universitat de València, Consuelo Guerri, investigadora en el Centro de Investigación Príncipe Felipe y Martí Domínguez, profesor de Periodismo en la Universidad de Valencia y director de Métode.

De izquierda a derecha, Ana Lluch, oncóloga y catedrática de Medicina de la Universitat de València, Cristóbal Suria, director de la Fundación General de la Universitat de València, Martí Domínguez, director de Métode, y Consuelo Guerri, del Centro de Investigación Príncipe Felipe, durante la mesa redonda. Foto: Concha Molina.

Por su parte, durante la mesa redonda Ana Lluch presentó un escenario donde la financiación pública es insuficiente y donde la búsqueda de canales de privados es necesaria y exige que los científicos se muevan para encontrarlos. Consuelo Guerri expuso la necesidad de extender la filantropía a la sociedad para que el mecenazgo sea conocido por el conjunto de la población y la ciencia se acerque a la gente. En esta tarea de divulgación, Martí Domínguez puso el acento en la necesidad de visibilizar la ciencia, especialmente de aquella protagonizada por las mujeres ya que una mayor presencia puede incidir en la búsqueda de financiación para sus proyectos.

© Mètode 2017

Estudiante de periodismo de la Universitat de València.