Entrevista a Mª Vicenta Mestre
«Si hacemos ciencia y no sabemos divulgarla nos quedamos a medio camino»
Rectora de la Universitat de València
Ma Vicenta Mestre (Oliva, 1956) visita la redacción de Mètode un día frío de enero, en el que un paseo por el Jardín Botánico de la Universitat de València, sede de la revista, no parece la opción más apetecible. No obstante, poniendo de manifiesto su talante amable y próximo, se presta a pasear por este espacio centenario de la Universitat para la sesión de fotos de esta entrevista, mientras conversamos sobre sus primeros meses al frente del rectorado de la Universitat de València. A la pregunta sobre cuáles son los retos a los que se ha de enfrentar la ciencia en los próximos años, la primera cosa que le viene a la mente es la igualdad. Esta catedrática de Psicología Básica es la primera mujer que ocupa el cargo de rectora en los 520 años de historia de la Universitat de València. Un cargo que actualmente solo ocupan seis mujeres más en las universidades públicas españolas. Quizás por eso, Mavi Mestre, como se la conoce en la comunidad universitaria, es más consciente de la menor representación de mujeres en las posiciones superiores del sistema universitario español. «No es un problema específico de la universidad, es un problema social», asegura. Pero lo cierto es que las mujeres continúan siendo mayoría en los estudios de grado, máster y doctorado –«y presentan un mayor rendimiento», puntualiza la profesora Mestre– y en los primeros niveles del profesorado. «Pero esta tendencia se invierte cuando llegas al profesorado titular», concluye.
«Nos encontramos en un momento en el que empieza a hacerse efectivo el trabajo realizado por el movimiento feminista a lo largo de muchas décadas»
La profesora Mestre, que recientemente recibió el premio José Luis Pinillos a la Psicóloga del año 2018 por su trayectoria, conoce a fondo tanto las facetas de docencia e investigación como la de la gestión universitaria. Entre 2002 y 2006 fue decana de la Facultad de Psicología, y posteriormente ha sido vicerrectora de Estudios y vicerrectora de Ordenación Académica, Profesorado y Sostenibilidad de la Universitat de València. Por tanto, ha vivido de cerca la situación a la que se ha tenido que enfrentar la universidad durante los últimos años de crisis económica. Durante el discurso de apertura del presente curso académico, el primero que ofrecía como rectora de la Universitat, la profesora Mestre puso el énfasis en la «necesidad de recuperar la autonomía universitaria», limitada durante estos años de crisis. Otro de los retos primordiales al que, considera, se enfrentan las universidades públicas durante los próximos años.
Se acerca el aniversario de su elección como rectora de la Universitat de València, ¿cómo valora este primer año al frente de la institución?
En un adjetivo: intenso. Hemos trabajado mucho para llevar adelante consensos que permitan hacer frente a los principales retos inmediatos y hemos puesto las bases para aplicar los compromisos que contaron con el apoyo de la comunidad universitaria.
¿Cuáles considera que son los retos a los que ha de hacer frente la Universitat de València en los próximos años?
Desde la perspectiva externa, la estabilidad de las convocatorias científicas y el impulso a las actividades de transferencia de conocimiento. Desde una perspectiva interna, debemos hacer frente a la internacionalización de la investigación y al envejecimiento de las plantillas, con la incorporación de nuevas y nuevos investigadores, teniendo en cuenta la recuperación del talento emigrado.
Y ante los retos de la sociedad, ¿cuál es la responsabilidad social de la Universitat ante problemas urgentes, complejos y multidisiciplinares como el cambio climático?
En primer lugar, tenemos una responsabilidad científica: debemos generar conocimiento para afrontar este reto. Y además, una responsabilidad de divulgación científica, para que la sociedad esté concienciada. Finalmente, tenemos también una responsabilidad política: estar al servicio de las demandas de los gobiernos para apoyar las acciones pertinentes. Todo esto sin olvidar nuestra responsabilidad como organización.
«Tenemos que hacer todos los esfuerzos posibles para que la maternidad no suponga una reducción de oportunidades futuras de progreso académico»
Con usted hay actualmente siete rectoras al frente de universidades públicas, frente a 43 rectores. Es todavía un porcentaje bajo, pero significa un cambio importante, ya que desde 1982 solo ha habido siete rectoras más. ¿Cómo valora este hecho?
Creo que nos encontramos en una encrucijada social en la que comienza a hacerse efectivo, por una parte, el trabajo realizado por el movimiento feminista a lo largo de muchas décadas y, por otra, un cambio generacional de mujeres que reivindican la igualdad efectiva y un paso adelante de la sociedad. Pero cuando hablo de encrucijada es porque la sociedad también se enfrenta a la situación contraria: al hecho de aquellas personas que rechazan la igualdad efectiva en términos reales y utilizan subterfugios verbales que esconden realmente una posición patriarcal que parecía que había desaparecido de la esfera pública.
Es cierto que en el último año, desde las movilizaciones del 8 de marzo de 2018, algo parece haber cambiado, y la sociedad es más receptiva a las reivindicaciones feministas. ¿Cuáles son los retos en igualdad que debe afrontar la ciencia?
Por una parte, entre las y los estudiantes, la igualdad efectiva en las ramas de conocimiento, sin prejuicios. Por otra, el progreso académico de más mujeres, reduciendo las diferencias en las posiciones jerárquicas.
¿Cómo podemos hacer frente a los estereotipos de género en las diferentes ramas del conocimiento? Aún hay disciplinas como la física o las ingenierías donde continúa habiendo mayoría de hombres.
Con mucha pedagogía, con esfuerzo y diálogo social. Tenemos que romperlos y desmentirlos.
Este verano se puso en marcha la campaña #oCientíficaoMadre, en la que participó una profesora de la Universitat de València, para denunciar las dificultades que encuentran las investigadoras después de ser madres. ¿En qué grado piensa que afecta la maternidad a la carrera científica?
Cuando hablo del progreso académico de las mujeres esta cuestión es clave: hay un parón en el progreso científico, como también en el profesional fuera de la esfera académica, de muchas mujeres que toman la decisión de la maternidad. Debemos hacer todos los esfuerzos posibles para que la maternidad no suponga una reducción de oportunidades futuras de progreso académico, ni tenga efectos negativos en su trayectoria científica.
«No no podemos permitir la emigración científica ni socialmente ni tampoco económicamente»
Durante la campaña al rectorado, usted destacó que había vivido los años más difíciles de las universidades públicas por la crisis económica y los recortes en el sector público. ¿Cuáles son las consecuencias para la Universitat y la ciencia de este periodo de crisis?
Yo aún no me atrevería a decir que hemos superado los años más difíciles, porque hay medidas aplicadas que aún no han sido retiradas, por ejemplo la tasa de reposición de efectivos. Por tanto, estamos comenzando a salir de esta etapa oscura, pero aún no estamos en posición de decir que hemos recuperado la normalidad y hacer un balance real de los efectos. Algunas de las consecuencias han sido las trabas a carreras profesionales y líneas de investigación, y también que hemos alejado toda una generación –o más bien dos– del acceso a la carrera académica, de manera que se ha condenado a generaciones a la emigración científica o, directamente, a no desarrollar carrera académica. Por otra parte, los efectos sobre la autonomía universitaria aún son devastadores: no tenemos capacidad para poder hacer planes a largo plazo porque no estamos en condiciones de saber con qué recursos podremos contar en el futuro, de manera que todo lo que estamos haciendo está basado en la prudencia y en las restricciones que aún están activas. Pero querría acabar con un mensaje positivo: estamos avanzando posiciones, hemos recuperado el diálogo con los gobiernos estatal, autonómico y local, que también se encuentran muy limitados.
Uno de los principales problemas a los que se deben enfrentar aquellas personas que inician su carrera científica es la precariedad laboral: temporalidad, falta de contratos, sueldos bajos… ¿Cómo repercute esto en la investigación?
Como he dicho, de una manera muy negativa: es difícil no poder dar oportunidades, o que estas no permitan llevar adelante un proyecto vital. Se debe reconocer el compromiso de las personas que inician la carrera científica en el contexto actual en el que no se puede saber si podrás progresar en un sistema que, además, ofrece unas bajas retribuciones mientras el precio del alquiler se incrementa. Todo esto limita mucho no solo la autonomía, sino la confianza y las esperanzas personales.
Esta precariedad hace que muchos investigadores e investigadoras hayan tenido que buscar alternativas en el extranjero. ¿Nuestro sistema público se puede permitir formar buen personal investigador para después perderlo?
No nos lo podemos permitir socialmente ni tampoco económicamente. Incluso quien defiende posiciones más neoliberales debería ser consciente de la ineficiencia que supone tener un sistema universitario de calidad como es el nuestro de acuerdo con los parámetros internacionales, considerando los recursos escasos en términos comparativos con otros sistemas universitarios, que es altamente eficiente, y que el resultado de este esfuerzo de tantas personas no repercuta en las estructuras del propio territorio sino de otros países que rentabilizan una inversión de nuestro modelo social.
La comunidad científica ha recibidio con optimismo la creación de un nuevo Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades y el hecho de que al frente haya una persona como Pedro Duque, conocedor desde dentro del sistema científico, ¿cuál es su percepción de este cambio? ¿Qué espera del nuevo ministerio?
Yo creo que el nuevo ministerio tiene mucha ilusión y su articulación responde a unas necesidades específicas de la sociedad española actual. En este sentido, soy muy positiva, pero debemos ser conscientes de la debilidad parlamentaria del actual gobierno, que puede limitar mucho su capacidad de actuación, comenzando por la dificultad de aprobar un presupuesto. Esperamos que el nuevo ministerio inicie una senda de diálogo, que ha sido imposible hasta el momento, y que coordine la acción gubernamental con otros ministerios para poder hacer frente a la eliminación de la tasa de reposición, a la creación de nuevas figuras contractuales en el sistema universitario y al establecimiento de estándares salariales de comparabilidad internacional –incluyendo la flexibilidad en la capacidad de contratación para recuperar talento–, a la racionalización de las convocatorias de las ayudas públicas de investigación, a la regulación de las divergencias de tasas universitarias, a la recuperación del nivel de becas ministeriales y a la internacionalización de la universidad para todos los colectivos.
«Es peligroso verse con que algunas posiciones extremas en la sociedad de sitúan en contra del paradigma científico»
Pedro Duque se ha mostrado muy contundente en contra de las pseudociencias. Es cierto que en los últimos años parece que estamos asistiendo a un cierto auge de la homeopatía o del movimiento antivacunas, ¿qué opina de estas posturas anticientíficas? ¿Pueden significar un obstáculo al avance científico?
A lo largo de la historia siempre ha habido tendencias contrarias al progreso científico. Ahora bien, creo que desde la comunidad universitaria dábamos por superados estos comportamientos en el marco de una sociedad como la actual, que es la del conocimiento. Es peligroso ver no solo la polarización que afecta a las sociedades, sino que algunas de estas posiciones extremas se sitúan en contra del paradigma científico, en la medida en que estas corrientes de pensamiento se instalan en posiciones políticas y tienen capacidad de gobierno y, por tanto, de desplegar políticas, por supuesto. También si extienden su mensaje de manera masiva y contribuyen así al descrédito de la actividad científica.
¿Cree que en este sentido desde la universidad se debe jugar un papel activo en la divulgación de la ciencia como respuesta a estas posturas?
Por supuesto. Por eso la divulgación científica no solo debe centrarse en el conocimiento generado, sino en la propia divulgación de la metodología científica y, también, en el rigor en la recepción y procesamiento de la información. Si hacemos ciencia y no sabemos divulgarla nos quedamos a mitad camino. Es fundamental trasladar a la sociedad los avances científicos y saber llegar a los diferentes tipos de público. No es lo mismo la información que podemos dar de un resultado científico a un grupo de investigadores e investigadoras, que la divulgación que se pueda hacer a niños y niñas que están en la escuela. La divulgación es clave para formar a las personas y para informarlas. Lo peor es tener personas desinformadas, porque serán muy fácilmente manipulables y no sabrán tomar decisiones de manera autónoma. La libertad solo se puede ejercer plenamente cuando se dispone de la información necesaria, y se puede contrastar para tomar decisiones a partir de ella. Y en este sentido, la divulgación, que yo la entiendo como información y formación, tiene que llegar a todos los públicos.
«La divulgación científica no solo tiene que centrarse en el conocimiento generado, sino en la divulgación de la metodología científica»
Estamos celebrando los 100 números Mètode. ¿Qué papel cree que juega esta revista en la difusión del conocimiento?
Mètode es una revista de referencia, por sus contenidos y por su diseño. Y esto hace que sea muy atractiva, porque capta tu atención desde los titulares hasta los contenidos, el diseño, las fotografías… Por tanto, es una revista que puede llegar a diferentes públicos. Me siento muy satisfecha como investigadora de la Universitat de València, y en estos momentos como rectora, de tener una revista como esta para divulgar lo que hacemos y lo que se hace en todo el mundo. Siempre digo que tenemos una universidad muy diversa, y podemos hacer transferencia de todo, pero tenemos que dar a conocer lo que somos capaces de hacer. Y Mètode contribuye a ello directamente.