Luchar contra los sesgos de género a la velocidad de la luz
Pas García es catedrática en Física de la Universitat de València
Mi nombre es Pascuala García Martínez, pero todo el mundo me llama Pas. Soy catedrática en la Facultad de Física y formo parte de la Unidad Docente de Óptica Física del Departamento de Óptica y Optometría y Ciencias de la Visión. Muchas veces se piensa que la óptica solo consiste en gafas, pero en realidad es la parte de la física que estudia las leyes y los fenómenos de la luz a través de láseres, óptica cuántica, visión, optoelectrónica, etc. Yo, concretamente, estudio la difracción y la polarización de la luz. Durante algunos años, he trabajado en implementar sistemas ópticos para hacer diferentes operaciones. El utilizar la luz hace que los procesos se obtengan a la velocidad de esta, de manera que todo va mucho más rápido que cuando se hace uso de la electrónica. Después, a lo largo de los años, he ido cambiando al estudio de las pantallas de cristal líquido y su aplicación en difracción y polarización. Estos dispositivos los vemos todos los días, ya que los tenemos en los monitores, móviles, tabletas, etc.
Pienso que somos responsables de intentar que nuestra investigación sirva para el bienestar de la sociedad. En este sentido, hemos encontrado aplicación de lo que investigamos en la dermatología porque se ha observado que, en función de la polarización de la luz que se usa para examinar la piel en pacientes, pueden detectarse mejor melanomas y otras patologías dermatológicas. Es decir, pueden verse cosas que, de otra forma, no se verían. Y eso es muy importante para hacer un correcto diagnóstico.
Otro aspecto que me ocupa mucho tiempo es trabajar para que haya más mujeres en ciencia y tecnología. Siempre he sido la única mujer en mi grupo de investigación y muchas veces me he sentido muy aislada, hasta el punto de plantearme si no encajaba en el mundo de la investigación. Después me di cuenta de que no era un problema mío, era un problema de cómo hemos socializado la investigación. Me uní a la Asociación de Mujeres Investigadoras y Tecnólogas (AMIT) en 2002, me encantó y entendí la necesidad de dedicar parte de mi tiempo a esto si queremos cambiar las cifras. En física, las mujeres que investigamos representamos alrededor de un 20-22 %. Desde hace veinte años, he participado y me he formado en cuestiones de género, he conocido a gente y he ido creciendo y cogiendo responsabilidades en ese sentido. Y he conocido a muchas mujeres que han sido referentes en mi vida: Capitolina Díaz, Pilar López Sancho o María Josefa Yzuel, entre muchas otras.
También he formado siempre parte de la Comisión de Políticas de Igualdad en la Universitat de València, he dirigido la Comisión de Igualdad en la Facultad de Física hasta 2022 y desde 2018 soy la presidenta del Grupo Especializado en Mujeres en Física de la Real Sociedad Española de Física. En nuestra disciplina, tenemos mucho trabajo porque somos muy pocas mujeres. Visibilizar estas cifras es perspectiva de género, pero también es necesario estudiar el impacto de género en la investigación. En física, hay mucho que decir con respecto a esto. Por ejemplo, ahora que estoy trabajando en colaboración con profesionales de la medicina, he visto que no es lo mismo cuando una mujer va a tratarse la piel que cuando lo hace un hombre. Eso se ha de tener en cuenta: es importantísima la perspectiva de género en la investigación.