«100 qüestions per identificar la pseudociència» de Jordi de Manuel y Jesús Purroy
Libro convincente para convencidos
Jordi de Manuel y Jesús Purroy escriben este libro con un objetivo que expresan muy claramente: «Más que convencer a nadie de la falsedad de la pseudociencia, [el objetivo] es proporcionar ideas, información y criterios para desarrollar el sentido crítico que permita distinguir lo que es ciencia de lo que no lo es». Y es que a veces cuestan de distinguir. La tercera ley de Arthur C. Clarke, que ya tiene sesenta años, afirma que «cualquier tecnología lo bastante avanzada es indistinguible de la magia», y este es el problema: muchas de las propuestas de las pseudociencias de ayer y de hoy se expresan en términos casi mágicos, como las -mancias de predicción del futuro, o los procedimientos de sanación fuera de toda lógica. El libro pretende precisamente ayudar a distinguir qué es pseudociencia y qué no lo es. Algunas técnicas lo son claramente, pero otras no tanto. ¿Qué decir del feng shui? ¿O del psicoanálisis?
Para poder hablar con precisión, hacen falta algunas definiciones. Es una pseudociencia toda técnica, procedimiento o creencia que no es validada por el método científico. Desde los capítulos iniciales, sistemáticamente y paso a paso, los autores aportan la terminología básica: qué es una teoría científica y qué es el escepticismo, qué es un placebo, cómo funciona un ensayo clínico, qué es la investigación a doble ciego, y otros conceptos metodológicos.
Y, con este bagaje conceptual y terminológico, se abordan en más de cincuenta capítulos las diferentes técnicas, terapias o creencias más o menos vinculadas al mundo de las pseudociencias. De cada una se nos dice en qué consiste, su historia, y la opinión de la ciencia para juzgar su validez. Iridiología, reiki, alimentación macrobiótica, quiromància, superalimentos, cromoterapia, apipuntura, numerología, homeopatía, chakras… Pero no todo son terapias o dietas. También existen creencias como la reencarnación, la cienciología, la antroposofía, la llegada –o no– del hombre a la Luna, el terraplanismo o el diseño inteligente.
El libro se posiciona ante cuestiones no fáciles de responder, porque son opinables: ¿es bueno que las medicinas no científicas tengan su lugar en los colegios profesionales? ¿Interfiere en la libertad de expresión la regulación de las pseudociencias? ¿Por qué algunos países integran la homeopatía en sus sistemas públicos de salud? Y acaban con algunos capítulos de tipo general sobre los intereses comerciales en las pseudociencias, el papel de los medios y la divulgación científica en estos, entre otras.
Personalmente soy más pesimista que los autores. Pienso que el libro servirá para los lectores convencidos, que buscarán y encontrarán ejemplos variados para profundizar y reforzar más sus opiniones, ya de entrada críticas con las pseudociencias. Pero ojalá que hubiera un montón de lectores con espíritu abierto y limpio de prejuicios que compraran el libro, para cuestionar las propias creencias y así introducirse en campos que no conocen lo suficiente o en los que tienen dudas. Ojalá…