No hacen falta demasiadas presentaciones de Darwin, del personaje y el científico que marcó una época, con una influencia vigente en el pensamiento contemporáneo. Gracias a él sabemos que las causas ordinarias explican hechos extraordinarios, como la diversidad y la complejidad de los seres vivientes. Desde entonces, las fuerzas no naturales, las veleidades de divinidades imaginarias, han sido desterradas para siempre de nuestra concepción del mundo biológico.
La trayectoria vital de Darwin está marcada por el viaje iniciático a bordo del Beagle. Desde que se establece en Down House para formar una familia con su prima Emma Wedgwood, su vida es la de un señorito inglés, rural y discreto, que desde su casa pone en marcha una revolución intelectual colosal. El autor de un exitoso libro de viajes, basado en las vivencias del Beagle, empezará con El origen de las especies la publicación de una serie de textos que, con un estilo tan diplomático como alejado del aforismo, destrozarán la concepción del mundo vigente hasta entonces. Fue también un prolífico escritor de cartas que dirigía no solo a la élite científica de la época, sino a cualquiera que le pudiera servir como informador, fuera un colombicultor o una dama cultivadora de orquídeas. En el inmenso epistolario, leemos un Darwin con un estilo más suelto y directo, a veces corrosivo, que planifica la difusión de sus ideas y delega su defensa en un círculo reducido de amistades que expresa sentimientos, el dolor por las pérdidas familiares –tres hijos de diez murieron muy jóvenes–, o que plasma su perpetua mala salud. Se conservan también los cuadernos de notas donde registraba flashes mentales, destilados telegráficos de lecturas, esbozos de conceptos revolucionarios… Y aún nos dejó una autobiografía que es el documento más valioso para todos los interesados en quién fue y qué pensaba Darwin.
Todos estos textos configuran un corpus literario fabuloso de ciencia y un testimonio excepcional de la época victoriana. Si hay alguien en el mundo que lo conoce bien es, sin duda, la historiadora de la ciencia en Harvard Janet Browne. Autora de la biografía más completa de Darwin, ella era la candidata perfecta para confeccionar un volumen de citas dentro de la colección de Princeton University Press. The Quotable Darwin es una obra recomendable incluso para los que creen que ya saben bastante, de él y de su pensamiento. Por medio de fragmentos de escritos privados o publicados, Browne nos guía por la odisea intelectual y la trayectoria vital de Darwin. El libro se estructura en seis partes: etapa de juventud y viaje del Beagle, casamiento y trabajo científico, El origen de las especies, la humanidad, opiniones propias y opiniones de familiares y amigos. También contiene un magnífico índice que nos permite registrar las citas en múltiples direcciones. Browne nos ofrece una herramienta valiosa para conocer mejor aquel hombre admirable que, preguntado por sus «talentos especiales», respondió: «Ninguno, excepto para los negocios, como demuestra llevar la contabilidad, responder la correspondencia e invertir dinero muy bien. Muy metódico en todos mis actos». Hay que decir que Browne sobresale en una tarea de alto riesgo.
