Descifrando olores

Como de una brújula que las guía, las serpientes se sirven del baile cautivador de sus lenguas para recolectar un cóctel de sustancias químicas con las que descifrar su entorno. Estos lengüetazos quimiosensoriales son empleados por los escamosos –serpientes y lagartos del orden Squamata– en multitud de interacciones ecológicas y sociales. Por ejemplo, para percibir presas y depredadores, así como para reconocer el sexo, edad o identidad de individuos de su especie. Las partículas químicas recogidas son liberadas en un órgano especializado que se localiza en el techo de la boca: el órgano vomeronasal. Curiosamente, la especialización de dicho órgano y el comportamiento ligado a los lengüetazos quimiosensoriales varían entre especies y parecen estar profundamente determinados por su ecología, dieta y el tipo de comunicación que utilizan. Aquellas especies más activas en la búsqueda de comida, con una dieta más generalista y con un tipo de comunicación basada principalmente en señales químicas, presentan, en términos generales, un órgano vomeronasal más especializado y/o una mayor tasa de protrusiones linguales. Jugar con la luz cuando se fotografían especies tan llamativas como esta hembra de víbora Popeia fucata de Malasia puede dotar a la escena de un contexto dramático e impactante. Aún más cuando la luz incidente en el sujeto fotografiado consigue aislarlo del fondo irregular de la vegetación. El uso de un flash externo situado en posición cenital, acompañado de una alta velocidad de disparo, me permitió congelar uno de los lengüetazos quimiosensoriales con los que la serpiente trataba de descifrar el entorno que la rodeaba.

© Mètode 2020 - 104. Las plantas del futuro - Volumen 1 (2020)
Investigador en Biología Evolutiva en la Universidad de Lund (Suecia). Fotógrafo de naturaleza y conservación. Entre otros galardones, su trabajo fotográfico ha ganado en tres ocasiones el Premio Capturing Ecology, organizado por la British Ecological Society.