La socialidad proporciona a los primates beneficios como una mayor red de apoyo y más oportunidades de aprendizaje, pero también plantea retos relacionados con la competitividad y la coordinación.
La especie humana nace con un desarrollo cognitivo muy atrasado, el cual favorece una mayor comprensión del lenguaje y el comportamiento en sociedad, pese a que la musicalidad que utilizamos cambia dependiendo con quién nos relacionamos.
En el libro aparecen ideas muy interesantes para el aprendizaje, como que con la repetición no basta para memorizar. Hay que comprender, relacionando con los conocimientos previos, y evocar.
Todo lo que aprendemos queda guardado en el cerebro con conexiones entre las neuronas, lo que se llama «plasticidad neuronal». Esta plasticidad es máxima durante la infancia y poco a poco va disminuyendo con la edad.