El futuro de lo que queda de la huerta de Valencia es muy incierto por la falta de protección institucional ante la especulación urbanística y de relevo generacional entre los labradores. Uno de los elementos patrimoniales mejor preservados de L’Horta de Valencia es la toponimia, a causa del carácter arcaizante propio del lenguaje de los nombres de lugar.
Igual que los que defendemos la huerta creemos que es una muestra irrenunciable de nuestro ser como valencianos en el imaginario colectivo, también creemos que el litoral es una parte de nuestra geografía y de nuestro referente común.