¿Es machista la ciencia?

Carmen Calvo
Fragment de l’obra Es diria que una fada per ací ja ha passat!, de l’artista valenciana Carmen Calvo, que obria el monogràfic «Dones i ciència» del número 76 de Mètode.

«¿Es más difícil para las mujeres dedicarse a la ciencia?», preguntaba la Comisión Europea en un sondeo el pasado abril. Y la respuesta nos puede venir en forma de titulares: «La ciencia discrimina a las mujeres» (La Vanguardia, 12/12/13). «Las científicas y técnicas cobran un 30% de salario menos que sus compañeros» (El País, 17/02/14). Solo dos ejemplos de todos los que encontramos sobre la situación de la mujer dentro del mundo de la ciencia y la investigación. Ambos nos hablan de desigualdades, y ambos han sido publicados en los últimos meses, entre diciembre y febrero. Así, más de cien años después de la declaración del 8 de marzo como Día Internacional de la Mujer, siguen vigentes las reivindicaciones de aquellas obreras que ya en 1857 tomaron las calles de Nueva York pidiendo la igualdad.

A estas alturas nadie puede negar la presencia de mujeres en la ciencia e investigación, pero su camino profesional no llega tan lejos como el de los hombres. El año pasado el Consejo Superior de Investigaciones Científicas publicó el informe Mujeres Investigadoras 2013, elaborado por la Comisión Asesora de Presidencia «Mujeres y Ciencia» con datos del propio CSIC al cierre de 2012. En él destacaban fenómenos como el siguiente: en las etapas de formación, un 41,68% del personal son hombres y un 58,32% mujeres. En cambio, tras pasar el doctorado el porcentaje de varones asciende a un 76,67%, mientras que solo un 23,33% son científicas. Se observa pues una gráfica en forma de tijera que refleja la pérdida de mujeres a lo largo de la carrera científica. Pero no estamos ante un problema particular de la ciencia española. Bibliometrics: Global Gender Disparities in Science, un análisis bibliométrico publicado por la revista Nature en diciembre de 2013, confirmaba que también persisten las desigualdades de género en los resultados de la investigación en todo el mundo. El estudio de 5,4 millones de documentos y artículos de revisión reveló que las mujeres representan menos del 30% de las autorías compartidas. Además, por cada dos trabajos en que el primer autor es masculino, solo se encuentra uno con firma principal femenina.

El informe Mujer y Ciencia. La situación de las mujeres investigadoras en el sistema español de ciencia y tecnología, editado por la Fundación Española para la Ciencia y la Tecnología (FECYT) y coordinado por Paloma Alcalá, pone un claro ejemplo del mantenimiento de sesgos discriminatorios por sexo en el sistema científico: las parejas científicas y sentimentales. Su estudio muestra que pese a compartir familia y trabajo, las mujeres se rebajaban a un segundo plano público como profesionales. «Se trata de hombres y mujeres con la misma formación, pero el sistema parece disuadir a las mujeres a la hora de rescatar para sí un protagonismo y reconocimiento similar al de su pareja», se afirma en el documento.

Con motivo del 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer, y para hablarnos concretamente de la situación de las científicas e investigadoras, entrevistamos a Eulalia Pérez e Isabelle Vernos. La primera es profesora de Investigación en Ciencia, Tecnología y Género en el Departamento de Ciencia, Tecnología y Sociedad del Instituto de Filosofía del CSIC. La segunda, investigadora en la Institució Catalana de Recerca i Estudis Avançats (ICREA) y presidenta del grupo de trabajo en igualdad de género en el Consejo Europeo de Investigación (ERC).