¿Cómo es la nueva cepa del coronavirus del Reino Unido?
La nueva cepa VUI-202012/01 (VUI por Variant Under Investigation del mes de diciembre de 2020) se diferencia de otras en las mutaciones que presenta. Acumular diferencias al genoma es un hecho que entra dentro de la normalidad de los seres vivos y su estrategia evolutiva. La nueva cepa del Reino Unido, de linaje B.1.1.7, concretamente presenta trece mutaciones que implican cambio de aminoácido a sus proteínas, tres deleciones (pérdida de nucleótidos), siete mutaciones sin cambio de aminoácido y una mutación que interrumpe una proteína.
En lo referente a la transmisibilidad, se ha detectado que en un breve período de tiempo esta cepa se ha hecho más abundante, aunque aquí hay que tener en cuenta varios factores: por un lado, las características propias del virus, y por otro lado, podrían haber actuado factores no virales relacionados con los humanos que se han contagiado, la capacidad de detección de cepas mutantes o también el azar. Hay indicios de que el virus podría presentar una mayor transmisibilidad porque se ha observado un aumento de la prevalencia o de la abundancia de la cepa. Ante la posibilidad de que estemos ante un virus con una capacidad de transmisión superior, lo que se aplica es el principio de precaución. Se está haciendo un seguimiento de su circulación, mientras que no se pueda demostrar experimentalmente la posible mayor transmisibilidad.
No obstante, una mayor transmisibilidad, per se, no provocaría de nuevo saturaciones en el sistema sanitario. Si esta supuesta mayor transmisibilidad de la nueva cepa va acompañada de una mayor incidencia (casos nuevos por 100.000 habitantes), entonces sí que podría saturar los servicios de atención sanitaria.
Afortunadamente, hasta el momento no hay indicios de que se trate de una cepa que provoque una sintomatología diferente o más grave. Todas las actuaciones no farmacológicas encaminadas a frenar la situación del SARS-CoV-2 funcionarán también con esta cepa. En el caso de las vacunas, por ahora tampoco hay ningún indicio que apunte a una menor eficacia.
Ante la posible aparición de nuevas cepas, tenemos que actuar haciendo uso de los recursos científicos y tecnológicos a nuestro alcance, como hemos hecho también hasta ahora con otros microorganismos.
Responde María Alma Bracho, epidemióloga molecular de virus e investigadora del área de Genómica y Salud de la Fundación para el Fomento de la Investigación Sanitaria y Biomédica de la Comunidad Valenciana (FISABIO).
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