Responde BEGOÑA DOMENECH AMIGOT:
La esclera o esclerótica, conocida por su color como «la parte blanca del ojo», es una membrana opaca, resistente y fibrosa que recubre parte del globo ocular dándole forma y protegiendo el interior del mismo. Se extiende desde el nervio óptico, en la parte posterior del globo ocular, hasta la córnea, que es la membrana transparente que observamos en el polo anterior, delante del iris del ojo, y a través de la cual entra la luz al ojo. Estas dos membranas, que se unen en el limbo (o unión) esclerocorneal, conforman la capa más externa del globo ocular, una unidad con buena resistencia a la tracción y a la distensión a modo de esqueleto del ojo. La esclera está cubierta por la conjuntiva, la mucosa transparente de color rosa pálido.
La córnea es el elemento óptico del ojo que más contribuye a la calidad de la imagen final, por lo que debe permanecer transparente. La luz entra en el ojo a través de la córnea y llega a la retina después de refractarse en el cristalino, que es el otro elemento fundamental en la óptica del proceso visual.
La esclera, sin embargo, no participa en el proceso de formación de la imagen, por lo que su principal función es esquelética y protectora de los tejidos, estructuras y humores oculares que sí contribuyen al proceso visual.
Begoña Domenech Amigot es profesora del Departamento de Óptica, Farmacología y Anatomía de la Universidad de Alicante.