Blade Runner Una escena de la película Blade Runner, una mirada interesante a un futuro no tan lejano. |
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El año 1964, el escritor de ciencia ficción Isaac Asimov (1920-1992) publicó, con motivo de la Feria Mundial de Nueva York, un interesante texto sobre cómo sería el mundo en cincuenta años, es decir, el 2014. Sorprendentemente, el paso del tiempo ha demostrado que muchas de las predicciones de Asimov eran acertadas, a veces con bastante precisión. El escritor contaba con una fórmula ganadora: unos conocimientos científicos sólidos y una imaginación desbordante. Inspirados por este suceso, hemos pedido al presidente del Institut d’Estudis Catalans, Joandomènec Ros, y a otras personalidades de la ciencia, que realicen un ejercicio similar para predecir cómo será el mundo en 2064, dentro de cincuenta años. |
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Cuando se hacen predicciones hay muchas probabilidades de equivocarse… ¡especialmente cuando se pretende predecir el futuro! No solo se equivocan los que hacen apuestas y los astrólogos; también los científicos, que se supone que hacen predicciones sobre bases más sólidas, la pifian a menudo. A riesgo de pifiarla, sin embargo, me atreveré a hacer algunas predicciones. Hay dos maneras de enfocar las previsiones: 1) mirar por el retrovisor, es decir, creerse las tendencias y extrapolarlas: si la población mundial ha crecido los últimos decenios de esta manera, si el petróleo se está agotando de esta otra, si los muertos de hambre (o guerra, o enfermedades, etc.) aumentan anualmente así, si la esperanza de vida ha crecido muchísimo, en el futuro lo que puede pasar es más de lo mismo; 2) acudir al deus ex machina, es decir, hacer intervenir aspectos contingentes, aleatorios, con los que se no contaba: de la misma forma que los ordenadores personales, los móviles, internet, etc. han abierto áreas de comunicación, cálculo, información, enseñanza, investigación, etc. impensables hace pocos años, quién sabe si la invención de un nuevo artefacto, el descubrimiento de un elemento (molécula, mineral, etc.) o de una forma de energía desconocidos nos abrirá un mundo nuevo impensable hasta ahora. |
«El crecimiento demográfico no irá acompañado del crecimiento de los recursos necesarios, lo cual quiere decir más hambre, guerras por recursos básicos, epidemias y migraciones» |
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Está claro que si no podemos predecir los aspectos del segundo apartado solo nos quedan los del primero. Aquí las predicciones primarias son sencillas (en realidad, ya hay quien las ha hecho): la población crecerá hasta tantos miles de millones, no más (?); la China adelantará a los Estados Unidos como potencia mundial; la temperatura global aumentará tantos grados, y con ella el nivel del mar, la desertificación, la acidificación de los océanos, etc.; tal o cual minerales escasos se harán carísimos, etc. Las predicciones secundarias (consecuencia de las primarias) ya son un poco más comprometidas: el crecimiento demográfico no irá acompañado del crecimiento de los recursos (de todo tipo) necesarios para mantener la población, ni con cultivos transgénicos ni cultivando más áreas naturales, lo cual quiere decir más hambre, guerras por recursos básicos (como el agua), epidemias, migraciones económicas, bélicas, etc.; los centros industriales de hoy serán mañana como hoy son las colonias industriales: se inspirarán en Detroit; los mejores vinos serán los suecos, canadienses y groenlandeses; las estaciones de esquí de los Pirineos y los Alpes se trasladarán al Himalaya y la Antártida, etc. Las predicciones terciarias, resultado de las secundarias, están todavía más difuminadas: qué países, regiones, ciudades crecerán y cuáles se hundirán como consecuencia de las nuevas situaciones. ¿El canal de Suez, el Mediterráneo (y Barcelona, Tarragona y Valencia) se quedarán sin el tráfico marítimo de mercancías desde Asia a Europa, que será más rápido y barato atravesando el océano Ártico sin hielo? ¿Los actuales litorales turísticos del mundo cederán su posición a las costas de países ahora demasiado fríos, o políticamente inestables, que se calentarán o se estabilizarán políticamente? ¿Los sistemas políticos y económicos diferentes del capitalista, que han fracasado o están a punto de hacerlo, dependerán cada vez más de dictaduras militares y religiosas, de multinacionales, de un sistema financiero alejado de la economía real? ¿Qué papel tendrá la verdadera democracia en un mundo que la está pervirtiendo de manera generalizada? Chi lo sà! |
«¿Qué papel tendrá la verdadera democracia en un mundo que lo está pervirtiendo de manera generalizada?» |
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En cambio, algunas predicciones son más fáciles de hacer, ahora que ya tenemos bastantes indicaciones (sin olvidar, sin embargo, la contingencia). Los avances de la medicina quizá permitirán alargar mucho la vida (para unos pocos poderosos, está claro); el proyecto Gilgamesh va más allá: producirá prácticamente personas inmortales. Los viajes interplanetarios, en cambio, no serán tan fáciles como nos los cantaban: la radiación, la ingravidez, la falta de ejercicio dejarán el cuerpo de los astronautas maltrecho y exánime, incapaz de recuperarse. ¡Adiós para siempre, Marte, Venus, Europa, Titán…! El espacio Schengen desaparecerá, asediado por cientos de millares y millones de refugiados de todo tipo que llegarán a las costas europeas desde el sur, el este y de todas partes, y que obligarán a los gobiernos europeos a «cerrar» el continente como los Estados Unidos ha cerrado sus fronteras. Conviene recordar que el resultado de algunos procesos de lenta acumulación es un estallido destructivo rapidísimo (e imprevisible); de igual forma que un bosque que ha tardado siglos en llegar a un estado de madurez puede quemarse de repente en unas horas, un aumento lento pero uniforme (de la concentración de gases de efecto invernadero en la atmósfera, del número de personas empobrecidas y desheredadas por las desigualdades económicas, del hundimiento de las pesqueras mundiales, etc.) puede acabar con el estallido climático, social o de biodiversidad correspondiente. Siempre nos quedará, sin embargo, la esperanza de que se produzca un acontecimiento casual, imprevisto, que resolverá todos estos y otros problemas (o casi) de una manera serendípica que nadie habrá previsto. Un científico no debería creer en milagros, pero haber llegado como especie hasta el 2014, tras muchas extinciones, cuellos de botella genéticos, guerras y epidemias globales o casi, es uno de los milagros más grandes e inexplicables (e impredecibles) que se han producido en este mundo. Joandomènec Ros. Profesor del Departamento de Ecología de la Universidad de Barcelona y presidente del Institut d’Estudis Catalans. |
«Los viajes interplanetarios no serán tan fáciles como nos los cantaban: la radiación, la ingravidez, la falta de ejercicio dejarán el cuerpo de los astronautas maltrecho y exánime» |
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© Mètode 2014. |
© Mètode 2014