Entrevista a Josep Lluís Barona

«Las crisis sanitarias siempre se han producido en momentos de cambio social»

Historiador de la ciencia

Josep Lluís Barona, historiador de la ciència - Foto: Lautaro Iglesias

La búsqueda de soluciones en la reciente pandemia de covid-19 nos ha hecho mirar hacia el pasado. Revisar qué otras pandemias hemos sufrido a lo largo del tiempo y cómo las hemos afrontado. La crisis del coronavirus ha suscitado un renovado interés para entender cómo la salud y la enfermedad han formado parte de nuestra historia. Josep Lluís Barona, catedrático de Historia de la Ciencia de la Universitat de València, acaba de coordinar el libro Manual de Historia de la Medicina (Tirant, 2023) een el que participan una veintena de especialistas en varios ámbitos como la historia, pero también la antropología, la geografía o la economía. Además de la actividad docente e investigadora, Josep Lluís Barona colabora en varios medios y revistas como Mètode, donde mantiene la sección «Historias de ciencia».

¿Cómo surge la idea del libro?

Vivimos en un periodo donde la medicina está en la opinión pública, particularmente por la influencia mediática que ha tenido la pandemia de coronavirus, las enfermedades y la salud mental. Todo esto, nos ha hecho pensar que era muy conveniente hacer una reflexión general desde diversos puntos de vista.

¿Cuál es la aproximación que se hace a la historia de la medicina?

El libro quiere romper una visión clásica de la evolución de los saberes y las prácticas médicas para incorporar conceptos. Se habla de enfermedades, de enfermos, se habla de espacios de curación… Por lo tanto, es un libro que trata de romper la mirada europea, eurocéntrica, occidental, e incorporar tradiciones como las culturas asiáticas, la india, la china, las culturas indígenas, hablar del colonialismo y la medicina…

Manual Historia Medicina

Portada del Manual de Historia de la Medicina (Tirant, 2023)

¿A qué públicos se dirige?

No está concebido como un libro de texto académico para universitarios, para profesionales, sino como una obra de consulta, una obra de referencia, en la que participan una veintena de especialistas que hablan de los períodos o de los temas en los que ellos y ellas han aportado cosas. Por lo tanto, es una obra colectiva que ofrece perspectivas plurales y, al mismo tiempo, va dirigida a públicos muy diferentes. Por ejemplo, igual que se habla de médicos se habla de pacientes, de asociaciones de pacientes, y de la función social que tienen en una sociedad democrática: ser la voz de quien sufre la enfermedad. En este sentido, pienso que la obra aporta una mirada absolutamente novedosa.

¿Por qué es importante mirar al pasado en una pandemia como la del coronavirus?

La historia es esencial para comprender la dimensión destacada que tiene la enfermedad, las relaciones entre enfermedades, los comportamientos humanos y, también, la interacción con el medio ambiente. Nos hace comprender que lo que ahora hemos vivido tiene mucho que ver con la sociedad tecnológica postindustrial y con nuestras relaciones con el planeta y con el medio ambiente. Cada enfermedad, y cada infección y epidemia, tiene un contexto social en el que se produce y solo es comprensible en este contexto. Es diferente cómo las sociedades medievales vivieron la peste, o las sociedades del siglo XVIII la viruela, o en el siglo XIX la tuberculosis o el cólera… Por eso la historia de las enfermedades, mirada desde este punto de vista –no interno de los microbios que causan la enfermedad, sino desde las relaciones entre los humanos, las sociedades y el medio–, nos permite entender que la manera de luchar contra el coronavirus o contra las futuras pandemias que vendrán tiene mucho que ver con la forma en que vivimos.

«La historia de las enfermedades nos permite entender que la manera de luchar contra el coronavirus o las futuras pandemias que vendrán tiene mucho que ver con la forma en que vivimos»

En el libro también se habla de los espacios y de los instrumentos médicos. ¿Qué importancia tienen en la práctica médica?

Evidentemente la práctica médica está muy vinculada al lugar específico en el que el acto clínico se produce: desde la consulta tradicional del médico de cabecera hasta la visita domiciliaria. Por cierto, la portada del libro justo reproduce un cuadro [Retrato de Jacob Franszn y familia, de Egbert van Heemskerck] de cómo sería la consulta de un cirujano en el siglo XVII: con su familia, el hijo que le ayuda a sangrar a un paciente, la mujer, el resto de los pacientes que esperan… El hospital tradicional era un lugar sanitario más bien de acogida de gente pobre que no podía tener acceso a una praxis individual en su casa o en la consulta del médico, pero, con el paso del tiempo, este hospital se ha convertido en el principal núcleo de atención puntera, tecnológica, donde se tienen todos los recursos exploratorios, diagnósticos y terapéuticos. Esta transformación del espacio de la praxis médica es muy importante y ha incidido mucho en la relación entre el paciente y el personal sanitario. Y otra dimensión que también está presente en el manual es la de cómo los instrumentos científicos permiten generar una narrativa alrededor de las prácticas médicas: los instrumentos urológicos, o las prácticas quirúrgicas, o los instrumentos de ginecología y obstetricia que se usaban tradicionalmente… El libro también tiene un capítulo dedicado a las profesiones y a la pluralidad de profesionales de la salud que desde la Edad Media eran, al menos, una decena: el médico, el boticario, el farmacéutico, la enfermera, el enfermero… El libro trata de abrir temas, de abrir elementos de reflexión.

¿Qué podemos aprender de la historia de las anteriores crisis sanitarias?

Las crisis sanitarias casi siempre se han producido en momentos de cambio social y de transformación. Pasó en el periodo neolítico, cuando las primeras sociedades pasaron al sedentarismo, la agricultura, y aparecieron las primeras epidemias. La segunda fue en la llamada primera globalización, que coincide con el periodo de expansión colonial de las potencias europeas, de los imperios que se expandieron por América, por África, y esto implica el resurgir de la peste, la difusión de la viruela, de la sífilis y de toda una serie de enfermedades. Y ahora estamos en la tercera globalización. Y esta etapa nos tiene que hacer pensar, además de la relación con el medio ambiente y la importancia que esto tiene, que la salud no es algo que afecta la sociedad valenciana o europea, sino que es un problema de carácter planetario. Por lo tanto, es muy importante desarrollar estrategias de prevención y de intervención que no afecten solo a los países, sino que hace falta una concepción global, mundial, de la salud. Desde una perspectiva social, política e histórica veríamos mejor el problema que tenemos y la manera de tratar de pararlo. Porque evitarlo no es posible. Seguro que habrá nuevas pandemias.

© Mètode 2023
Periodista. Revista Mètode.