Las barreras de la diabetes
La enfermedad afecta cada año a un número mayor de personas
La diabetes es una de las grandes emergencias del siglo XXI. Según la Federación Internacional de Diabetes, más de 400 millones de personas padecen esta enfermedad en todo el mundo. De ellas, 199 millones son mujeres. Cada 14 de noviembre se celebra el Día Mundial de la Diabetes, este año bajo el lema: «Las mujeres y la diabetes: nuestro derecho a un futuro saludable».
Las alarmantes cifras de la diabetes
La diabetes es una enfermedad crónica que resulta de un fallo en la producción o en la acción de la hormona de la insulina. Esta hormona, producida en el páncreas, es la encargada de transportar la glucosa desde la sangre al interior de las células del cuerpo donde se emplea como energía. La ineficiencia de dicha hormona significa que la glucosa continúa circulando en la sangre, y puede alcanzar altos niveles que, a largo plazo, sin una detección y tratamiento eficaz, pueden producir peligrosas complicaciones y daños en el organismo.
«La Organización Mundial de la Salud advierte que desde 1980 los pacientes con diabetes casi se han cuadruplicado»
Existen dos tipos principales de diabetes: la diabetes tipo 1, causada por una reacción autoinmune donde el sistema ataca las células productoras de insulina en el páncreas e impide que generen la cantidad necesaria de insulina que el organismo necesita; y la diabetes tipo 2, la más común, donde el cuerpo sí es capaz de producir insulina pero se vuelve resistente a ella. El número de personas afectadas por esta enfermedad se incrementa cada año y el crecimiento parece no tocar techo. Así, la Organización Mundial de la Salud advierte que desde 1980 los pacientes con diabetes casi se han cuadruplicado y las peores expectativas se ven desbordadas una y otra vez. Se estima que para 2035 aproximadamente 590 millones de personas padecerán diabetes.
«El tabaquismo, el aumento en el consumo de alcohol, el sedentarismo, la inactividad física y la mala alimentación favorecen la predisposición a padecer diabetes»
Jorge Navarro, director médico del Hospital Clínico de Valencia y especialista en diabetes, señala el estilo de vida, envejecimiento y ritmo frenético impuesto en la sociedad como principales factores de este aumento de pacientes, especialmente la de tipo 2, la más extendida en España con cinco millones de pacientes como enuncia la Federación Española de Diabetes. La normalización del tabaquismo, el aumento en el consumo de alcohol, el sedentarismo, la inactividad física y la mala alimentación favorecen estas alarmantes cifras.
Derecho a un futuro saludable
Ana es una mujer de espíritu incansable. De las que no se rinden ante los escalones y dificultades que ha ido encontrando por el camino. Bastan unos segundos para darse cuenta de esta característica. La fuerza y pasión que muestra cuando relata cómo ha cambiado su vida en los últimos años denotan este carácter combativo. Hace cinco años, con 46, le diagnosticaron diabetes. Desde entonces, dice, su día a día ha dado un giro de 180 grados. Se siente condicionada, expuesta a los síntomas e inestabilidad de la enfermedad que padece, dependiente de unidades externas de insulina. Reconoce que todavía no se ha adaptado y piensa que nunca será capaz de hacerlo. Se encuentra inmersa en un proceso continuo de educación y asimilación, aprendiendo a enfrentarse y superando las zancadillas que la enfermedad le pone en el camino. Como Ana, más de 199 millones de mujeres en el mundo conviven con la diabetes. Hoy, la mujer sufre, de forma generalizada, discriminaciones en diversos ámbitos de la vida contemporánea. El sistema sanitario es uno de ellos. Los roles de género afectan el acceso a los servicios y atención sanitaria de las mujeres en todo el mundo. Este hecho las convierte en pacientes más vulnerables frente a la diabetes.«Este año el Día Mundial de la Diabetes centra sus esfuerzos en mostrar las barreras que se encuentran las mujeres con esta enfermedad crónica»
Concienciados y alarmados por la situación, este año, la Federación Internacional de Diabetes ha decidido dedicar el Día Mundial de la Diabetes, que se celebra cada 14 de noviembre, a las dificultades y barreras que las mujeres con esta enfermedad encuentran para desarrollar su vida en las mejores condiciones posibles. Bajo el lema: «Las mujeres y la diabetes: nuestro derecho a un futuro saludable» se pretende concienciar de este sesgo. Las mujeres encuentran restricciones en los accesos a una prevención, detección y diagnóstico efectivo y temprano. Según Jorge Navarro, se debe a factores muy diversos entre los que destacan, la marginación en la atención sanitaria y la discriminación socioeconómica a la que están sujetas, circunstancias mucho más evidentes en los países en vías de desarrollo. Jorge Navarro cita estudios como el realizado por la profesora María Teresa Ruiz Cantero, que corroboran su afirmación. Cantero ha analizado el sistema sanitario desde la perspectiva de género y ha verificado la existencia de sesgos en el entorno asistencial y de diagnóstico. Una discriminación hacia las mujeres respecto al esfuerzo terapéutico que se hace evidente al atribuir distintos significados a los mismos síntomas según por quién, hombres o mujeres, sean presentados.
«Los roles de género afectan el acceso a los servicios y atención sanitaria de las mujeres en todo el mundo»
Por otra parte, Jorge Navarro apunta que las desigualdades socioeconómicas exponen a las mujeres a los principales factores de riesgo de la diabetes:«las mujeres que desarrollan esta enfermedad tienen, normalmente, un patrón económico más deprimido que los hombres. Este hecho influye negativamente en su estilo de vida: la nutrición pobre, falta de actividad física… Además, el rol de cuidadora que la sociedad les ha impuesto también ha favorecido su abandono». De hecho, según la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición, la prevalencia de enfermedades como la obesidad causa más del 40 % de los casos diagnosticados en diabetes de tipo 2 en nuestro país. Este tipo es significativamente más elevado en las mujeres que en los hombres a partir de los 45 años, según los datos recopilados por el estudio de prevalencia de diabetes, [email protected].
Las barreras de la diabetes
Sin embargo, la barrera económica convierte la diabetes en una enfermedad que discrimina más allá del género. Arancha Cervera vive con diabetes tipo 1 desde hace 24 años y es responsable del área social de la Asociación Valenciana de Diabetes. Su trabajo en la organización y su experiencia como paciente le han permitido observar de primera mano las desigualdades sociales a las que están expuestas las personas que, como ella, padecen diabetes: «una enfermedad en la que, por desgracia, el poder adquisitivo del paciente determina mucho su calidad de vida».
Una nutrición adecuada y sana es imprescindible para el control de la diabetes. La mente del paciente funciona como una calculadora encargada de controlar las ingestas de alimentos y cómo éstas pueden repercutir en su organismo. Por este motivo la adecuación de la alimentación es una variable imprescindible en las personas diabéticas. Sin embargo, acceder a una dieta equilibrada resulta caro. La implantación y publicidad de la comida «basura», así como el asequible precio de los alimentos ricos en grasas saturadas, azúcares y sales favorecen una alimentación pobre e insalubre. Abaratar el coste de los productos frescos y sanos, sería un buen punto de partida en políticas preventivas para la diabetes y otras enfermedades asociadas con una inadecuada nutrición, según apunta Andrea López, nutricionista y especialista en diabetes.«Abaratar el coste de los productos frescos y sanos, sería un buen punto de partida en políticas preventivas para la diabetes»
El acceso a profesionales especializados en esta materia también está restringido a la capacidad económica del paciente. López recuerda que España es el único país de la Unión Europea sin nutricionistas en la sanidad pública. Tampoco los podólogos, esenciales para el tratamiento de las complicaciones que se generan a partir de la diabetes –el 70 % de las amputaciones no traumáticas de la extremidad inferior se deben a esta enfermedad–, forman parte del sistema de sanidad público. La atención a la diabetes, además, es limitada. Los educadores en esta materia, esenciales para ofrecer información y apoyo a los pacientes, son muy escasos y las cifras sitúan a nuestro país en el penúltimo puesto en el uso de bombas de insulina para el tratamiento, con tan solo un 4 %, según el Grupo de Tecnología en Diabetes Fenin. Por esta razón, las personas diabéticas, en muchas ocasiones, se ven obligadas a buscar ayuda profesional privada y pagar por sus servicios. Arancha Cervera reitera que la administración está fallando en las políticas de prevención y estrategias que vayan hacia lo más económico y sostenible. «El sistema es cortoplazista, toma medidas cuyos resultados son visibles en un breve espacio de tiempo pero que, a la larga, no dan una solución definitiva al problema, por eso las cifras siguen creciendo», asegura. La diabetes y sus complicaciones también son una carga pesada para los sistemas sanitarios y economías de los países. En 2013, un estudio sobre el coste y la gestión de la diabetes de la London School of Economics reveló que en España los gastos en el tratamiento y hospitalización de pacientes diabéticos ascendían a más de 5.000 millones de euros, y los costes indirectos relacionados con esta enfermedad sumaban más de 17.000 millones de euros. Invertir en medidas preventivas, como la divulgación en salud y hábitos saludables, podría reducir estos costes. Sin embargo, la diabetes convive con la desinformación. La Federación Española de Diabetes afirma que, de los cinco millones de personas con esta enfermedad en España, el 43 % desconoce que la padece. Además, la falta de profesionales especializados que eduquen y transmitan la información hace que quien sí que es consciente de que la tiene posea, generalmente, un ínfimo conocimiento sobre la misma. Andrea y Arancha explican que son muchos los pacientes que acuden a la asociación donde colaboran con infinidad de interrogantes y preguntas sin resolver en busca de ayuda. Los tópicos y mitos que rodean la diabetes impiden vivir con plenitud.
«La diabetes convive con la desinformación»
Ana recuerda que cuando le detectaron diabetes evitaba las salidas a bares y restaurantes. Durante un tiempo decidió recluirse en casa. Pensaba que era lo más correcto para tratar la dolencia que padece. Este es un comportamiento generalizado entre los recién diagnosticados en la enfermedad pero equivocado, según afirma la nutricionista Andrea López: «Con diabetes no hay alimentos prohibidos, es un mito». Hay alimentos desaconsejables que no benefician a los pacientes, pero que tampoco son recomendables para el conjunto de la población. Este tipo de malentendidos causan temores en las personas diabéticas y les lleva a actuar, en ocasiones, con comportamientos restrictivos que nos les dejan disfrutar con plenitud cuando no están exentos de poder hacerlo. Andrea y Arancha opinan que «la verdadera barrera para las personas con diabetes» es la falta de información y de herramientas (bien sean económicas o materiales) para conocer y tratar la enfermedad. «Los gobiernos deben tomar un papel más activo en la lucha contra esta enfermedad crónica, algo debe estar haciéndose mal si las cifras siguen aumentando», subraya Arancha. En el mismo sentido, «garantizar la salud de las futuras generaciones pasa por educar a la población sobre cómo llevar una vida saludable, dotarla de los instrumentos necesarios para la prevención de esta dolencia y asegurar que quienes la padecen reciben la atención y el apoyo adecuados», sentencia la Andrea López.