Una puerta abierta a la divulgación de las matemáticas

La Facultad de Matemáticas de la Universitat de València acoge la presentación del número de Mètode dedicado a los problemas del milenio  

presentación número matemáticas

El pasado viernes, 16 de junio, la Facultad de Ciencias Matemáticas de la Universitat de València acogió la presentación del nuevo número de Mètode. Estudiantes, profesorado y alguna persona curiosa se reunieron en el Salón de Grados de la facultad para conocer esta revista dedicada a los problemas del milenio. En la presentación participaron Juan Monterde, decano de la facultad, Sergio Segura, coordinador del monográfico, y Martí Domínguez, director de la revista Mètode.

Foto: Nuria Server

Juan Monterde repasó los diferentes números que Mètode ha dedicado a las matemáticas, como Tiempo de matemáticas, en el año 2000, Fondo y forma, en 2003, o Las cifras de la ciencia, en 2014, además de La mirada de Galileo, en 2009, y El universo violento, en 2016. También mencionó la noticia «La invisibilidad mediática de las matemáticas», publicada en el Observatorio de las Dos Culturas, la entrevista a Antonio Marquina, o el artículo dedicado a Karl Weierstrass. Finalmente, Monterde se centró en los protagonistas del último número de Mètode: los problemas del milenio. Después de hacer una breve explicación de cada uno de los siete retos propuestos por el Instituto Clay, el decano de la facultad que acogía la presentación concluyó que «las matemáticas siempre han bebido mucho de los problemas de física». Las últimas palabras de la intervención de Monterde estaban dedicadas a los doctorandos del Departamento de Análisis Matemático, protagonistas, junto con pizarras llenas de ecuaciones, de las fotos de Ana Yturralde que acompañan los textos del monográfico.

Sergio Segura aprovechó su turno para contar cómo nació y se desarrolló el número: «La primera vez que se habló de hacer un monográfico de matemáticas fue en una reunión sobre los cincuenta años de la facultad, y lo dijo Olga [Gil Medrano, catedrática del Departamento de Geometría y Topologia]». Una vez decidido el tema, los problemas del milenio, el siguiente paso fue la toma de contacto con el director de la revista y, también, con posibles autores y autoras para los artículos. «Yo pensaba que encontrar colaboradores sería difícil. ¡Pero fue más duro aún! Algunos ni siquiera respondieron», se lamentaba Segura. También destacó la dificultad para encontrar revisores, dos por artículo, y cómo se terminó solucionando todo: «En Mètode tienen profesionales muy buenos, y esto hay que decirlo».

«Intentamos que las matemáticas se entiendan por un público culto, con interés, pero no especializado en el tema», aclaró Martí Domínguez, destacando el miedo que podía surgir al adentrarse en un territorio inexplorado. Dirigiéndose a los matemáticos y matemáticas presentes en la sala, les dijo que buscar otro estilo a la hora de presentar las ideas es una tarea importante, al igual que la tarea de Mètode es «la popularización de la ciencia». Y concluyó: «Tenéis en Mètode una herramienta importante para difundir vuestro conocimiento». O, como ya había dicho Monterde en su intervención, «la revista Mètode es una puerta abierta a la divulgación de las matemáticas».

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