Un estudio analiza cuáles son los mitos sobre el cáncer más extendidos entre los futuros periodistas

Una encuesta a 249 estudiantes de periodismo muestra la pervivencia de diversas creencias erróneas

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A pesar de que cada vez hay más información sobre el cáncer, todavía existen mitos y concepciones erróneas que persisten entre los estudiantes de periodismo. A esta conclusión ha llegado un reciente estudio, realizado por el Observatorio de las Dos Culturas, grupo de investigación de la Universitat de València y dirigido por el profesor de Periodismo Martí Domínguez.

La investigación, publicada en la revista European Journal of Cancer Care y llevada a cabo por Martí Domínguez i Lucía Sapiña, analiza las respuestas de 249 estudiantes de periodismo a una encuesta sobre algunos de los mitos más recurrentes en cáncer.

Según estos datos, los tres mitos sobre el cáncer más extendidos entre los participantes son: que la actitud puede ser decisiva en el riesgo de desarrollar un cáncer y en su desenlace (52,2%), que los teléfonos móviles pueden causar cáncer (48,2%) y que los edulcorantes también pueden causar la enfermedad (40,2%).

La encuesta, que también incluye preguntas para conocer las fuentes más empleadas, muestra que el medio más habitual para informarse sobre cuestiones de salud es Internet (75,1%), seguido de la televisión (67,9%). La mayoría (61%) también considera la familia como fuente principal de información sobre estos temas, por delante de los profesionales médicos (43,8%) y de los amigos (33,3%).

Los resultados también muestran que aquellos que confían en la familia, los amigos y en Facebook para estar informados sobre salud son más proclives a creer en determinados mitos. Por edades, estas creencias son más comunes en el grupo de menos edad (17 a 19 años) que en el de mayores de 20 años.

La falsa idea de que todo provoca cáncer

El cáncer es uno de los principales problemas de salud en la actualidad. La falsa idea que todo produce cáncer puede contribuir a una percepción del riesgo exagerada en algunos casos y minimizada en otros, ante riesgos probados.

Dada la gran cantidad de información sin contrastar que hay en circulación es más importante que nunca atender exclusivamente a fuentes de información fiables. Las bases del conocimiento de las rutinas productivas para un periodista se establecen en la universidad. Es más, resulta especialmente necesario incrementar el valor de esta formación en un contexto en que muchos medios de comunicación han recortado plantillas y no hay tiempo para enseñar el oficio a los nuevos informadores.

Atendiendo a los resultados, los investigadores consideran que se tendría que incrementar la formación de los estudiantes de periodismo desde los primeros años de la carrera con conocimientos de medicina basada en la evidencia y de cómo minimizar los sesgos en la información sobre salud.

Finalmente, habría que estudiar con más profundidad el papel que tienen las familias como fuente de información en temas de salud y considerarlas como agentes destacados en cualquier campaña informativa o de concienciación sobre enfermedades en general y sobre el cáncer en particular.

Domínguez, M., & Sapiña, L. (2919). From sweeteners to cell phones—Cancer myths and beliefs among journalism undergraduates. European Journal of Cancer Care, e13180. doi: 10.1111/ecc.13180

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