La lógica de los monstruos
¿Hay alternativas a la naturaleza tal como la conocemos?
Ricard Solé
Tusquets. Barcelona, 2016. 245 páginas.
«¿Hay alternativas a la naturaleza, tal y como la conocemos?» Con este subtítulo comienza el nuevo libro de divulgación científica de Ricard Solé. En La lógica de los monstruos, Solé intenta abordar un tema de una gran complejidad: los límites de la naturaleza. Consideremos el siguiente tipo de preguntas: ¿no podría la biología variar sin fin para dar cualquier forma que nos podamos imaginar? ¿Por qué no lo vemos? ¿Por qué el universo que percibimos tiene tres dimensiones espaciales y una temporal? Estas cuestiones parecen no tener una contestación definitiva a priori y, en efecto, así es por norma general. Sin embargo, el conocimiento científico sobre los temas fundamentales de la naturaleza ha avanzado lo bastante en los últimos años como para darles una respuesta, al menos de forma aproximada. Y eso es lo que intenta el autor en este libro. De la mano de su buen conocimiento histórico y científico, Ricard Solé va desarrollando poco a poco lo que la ciencia sabe de por qué el universo es tal y como lo percibimos y conocemos. Parafraseando a uno de mis ídolos científicos, Richard Feynman, «la imaginación de la naturaleza es mucho, mucho mayor que la del hombre», y las respuestas que ofrece este libro demuestran que, por mucho que creamos saber, la naturaleza siempre encuentra una forma de sorprendernos y sobrecogernos.
El libro tiene una clara progresión desde lo pequeño hasta lo más grande. A lo largo de sus siete capítulos, Ricard Solé nos transporta desde los simples bits de información de la máquina de Turing, pasando por la biología molecular, la evolución de organismos vivos, la mente humana y su capacidad de comunicación, las sociedades que se forman en la biosfera, hasta llegar al propio universo en su conjunto. Todos los capítulos tienen un esquema similar, se parte de una introducción que establece las bases del problema y plantea cuestiones que poco a poco va desarrollando, uniendo y contestando hábilmente. Siempre hay un ejemplo que sorprende y te hace pensar.
«De la mano de su buen conocimiento histórico y científico, Solé va desarrollando poco a poco lo que la ciencia sabe de por qué el universo es tal y como lo percibimos y conocemos»
Personalmente, tres de ellos me llamaron mucho la atención. El primero trata sobre la estructura de nuestro código genético, el cual parece estar moldeado por la evolución para minimizar casi al máximo posible los errores que puede cometer. Podría parecer que el código existente hoy en la práctica totalidad de los seres vivos sobre este planeta podría ser de otra forma y funcionar con la misma fiabilidad, pero por lo visto no es así. El segundo ejemplo corresponde al sorprendente caso de ojos compuestos de una sola célula. Es asombroso ver cómo una estructura a priori tan compleja como un ojo puede formarse dentro de un organismo unicelular. El tercer ejemplo está relacionado con nuestra capacidad de hablar y la existencia de palabras ambiguas, ya que, además de útiles, parece que es necesaria la existencia de estas palabras para que nuestro cerebro navegue por el espacio de posibilidades de una manera mucho más eficaz. Pongamos por ejemplo la palabra cosa, ampliamente utilizada en muchos idiomas y cuyo significado depende en gran parte del contexto. Todos estos ejemplos nos muestran que en la naturaleza existen diferentes mecanismos para acceder a la misma solución, lo cual nos permite reflexionar sobre lo necesario y lo contingente. Incluso con todas las posibles opciones que nos permite la naturaleza, solo se explora una pequeña fracción debido a las restricciones que operan múltiples fuerzas originadas por las propias leyes de la física. Y a pesar de todo, es curioso ver el éxito de nuestra biosfera, por poner un ejemplo.
Sin embargo, ningún libro es perfecto y en este en particular encuentro un par de detalles que me gustaría apuntar, siempre desde un punto de vista constructivo. Lo primero de todo es que, quizás por la complejidad del tema del libro, a veces parece que el autor se pone a divagar sin rumbo fijo por argumentos e ideas propias. En mi opinión, estos momentos son un aliciente cuando están bien delimitados, pero unas pocas veces la unión de conceptos no es igual de fuerte que en otras partes de la obra. Por otra parte, hay ciertos momentos en los que el autor deja caer algún comentario de cariz político que no casa muy bien con el estilo del libro, algo que creo que resta puntos a una obra tan interesante per se, y que no necesita este tipo de herramientas para divertir. Por último, el nivel de lo que se explica es a veces muy básico si eres alguien con un poco de cultura científica, lo cual tiene un efecto claramente positivo en aquellas personas profanas en la materia, pero que quizás eche para atrás a gente ya curtida en el campo. Sin embargo, tal y como un buen amigo me dice en muchas ocasiones, «que nadie te quite el placer de escuchar cosas que ya sabes». El libro merece la pena independientemente de la experiencia científica que se tenga.
«Tenemos entre manos un libro que hará cuestionarse a más de uno la naturaleza de la que estamos hechos»
La lógica de los monstruos es altamente recomendable, que no os quepa ninguna duda. Es divulgación científica, pero con un objetivo más ambicioso que el de muchos de los libros que te puedes encontrar en las estanterías de las librerías hoy en día. La labor de Ricard Solé por aunar información tan variada ofrece un buen resultado, imagino que en gran parte debido a su doble formación como biólogo y físico, además de su gran habilidad a la hora de escribir y explicar conceptos complejos de una forma muy llana, simple y entendible. Como resultado, tenemos entre manos un libro que hará cuestionarse a más de uno la propia naturaleza de la que estamos hechos. Y no será mal resultado si al final de todo acabas con más preguntas de las que empezaste, ya que al fin y al cabo el avance y la ciencia se nutren de la pasión generada por esas preguntas interesantes por responder.
