En alguna de esas sobremesas familiares en las que te enteras de tus historias ancestrales, mi padre contó que en el pueblo, de niño, jugaba con la honda. Desde mi infancia urbanita, sin lagartijas, flautas de caña o árboles a los que subir, yo imaginaba a David y el lanzamiento certero –más divino que humano– que dejó KO a Goliat. No hace mucho supe que la realidad supera el mito, porque nada tenía más puntería y poder mortífero que el proyectil de un hondero balear. Citados en numerosas fuentes clásicas, los honderos baleares lucharon contra los griegos en las guerras sicilianas (s. vi-iii a. C.) y en las púnicas (s. III-I a. C.). Aníbal consideraba irremplazables a sus dos mil honderos, que actuaban en primera línea rompiendo las defensas enemigas. Ya como tropas auxiliares romanas, los funditores (por la funda u honda) combatieron también en Galia y Britania con Julio César.
De probable origen paleolítico y presente en las más remotas civilizaciones, la honda es antigua y ubicua no solo como arma, también como paradigma del movimiento circular, en el que la dirección de la velocidad cambia continuamente, aunque su valor sea constante. Como puede verse en la ilustración (izquierda) y en el grabado (parte superior derecha) –extraído de Principia philosophiae de Descartes–, el objeto o proyectil de la honda se mueve en círculo por los puntos ABF… L. Seguiría la línea recta (puntos ACG) si no actuara sobre él la tensión del hilo, una fuerza dirigida hacia el centro del círculo que continuamente lo desvía (igual y opuesta a la que actúa sobre la mano). ¿Qué sucede cuando el hondero suelta la honda o se rompe el hilo (por ejemplo, en A)? La tensión del hilo desaparece y el proyectil sale por la tangente ACG con la velocidad que llevaba antes de desprenderse.
«La honda es antigua y ubicua no solo como arma, también como paradigma del movimiento circular»
Los cuerpos se mueven en línea recta y velocidad constante salvo que sobre ellos actúen fuerzas. Si el movimiento es circular, debe haber alguna fuerza dirigida hacia el centro del círculo: un vehículo recorre una pista curva por el rozamiento lateral de las ruedas con el suelo (¿qué sucede si hay hielo?). La fuerza de contacto con la pared del tambor de la lavadora obliga a la ropa a girar (no al agua, que sale en línea recta por los agujeros). Los electrones circulan por el anillo del sincrotrón por la fuerza magnética (hay imanes, ¿qué pasa si los apago?). Nuestra Luna orbita alrededor de la Tierra por la fuerza gravitatoria (que no se puede eliminar). Lo mismo sucede con la Tierra alrededor del Sol y con este alrededor del centro de nuestra galaxia.
Es posible que Kepler, Galileo o Newton recordaran su honda infantil cuando leían a Plutarco (s. i d. C.) en De facie quae in orbe lunae apparet: «A la Luna le impide caer su propio movimiento y la rapidez de su revolución, al igual que el proyectil de la honda no cae debido a su giro circular. Ya que el movimiento natural guía todas las cosas, salvo que algo las desvíe.» Y puede que Anaxágoras (s. vi a. C.), a quien Plutarco atribuye esta idea, la formulara pensando en un hondero balear. No solo la Luna o la honda dan vueltas.
ATRÉVETE: Prueba una honda con lo primero que encuentres a mano: un llavero atado a un hilo o una patata dentro de un fular. Ponla a girar encima de tu cabeza (¡cuidado!) con velocidad constante manteniendo el hilo horizontal. Sientes la tensión del hilo sobre tu mano, igual y opuesta a la que actúa sobre el objeto que gira. Observa: el tiempo que tarda el cuerpo en completar una vuelta (periodo t) aumenta a medida que alargas la longitud r del hilo. Con el cronómetro (o vídeo) del móvil, puedes acumular diez vueltas y obtener t. Con mi honda, para r = 20 cm se completan 10 giros en 4,9 segundos (t = 0,49 s). Cuando r = 80 cm obtengo t = 0,98 s, el doble. Esto significa que r / t2 (relacionado con la tensión y la aceleración centrípetas) es constante y aquí vale 0,8 para ambos. Continúa experimentando con la Demo 116 de la «Colección de Demostraciones de Física de la Universitat de València», accesible en http://go.uv.es/ferrerch/honda |