La salud de las plantas del huerto

Mucho hemos hablado hasta ahora de los cultivos del huerto, pero casi no hemos dicho nada de las plagas y enfermedades que pueden afectarles. Es un asunto que preocupa mucho a los nuevos agricultores: muchos probablemente han tenido ya alguna experiencia negativa y han sufrido al ver cómo morían sus plantas sin saber qué hacer. Para el nuevo labrador, parece que un montón de insectos, ácaros, nematodos, hongos, bacterias, virus y otros seres vivos están pendientes de merendarse nuestras plantas.

La salud de las plantas del huerto hay que afrontarla con tranquilidad y método. Tenemos que conocer a los seres vivos implicados y su relación con los factores ambientales –como el clima, por ejemplo– y con los momentos y la intensidad de las prácticas de cultivo. Aquí los agricultores tenemos que ser buenos observadores y evaluar las consecuencias de los trabajos realizados. Los asuntos relacionados con la sanidad de las plantas son una parte muy importante de nuestra tarea como productores de alimentos y, según cómo lo miremos, pueden ser una oportunidad excelente para conocer y admirar la complejidad de las relaciones entre los organismos de nuestro huerto.

Un famoso micólogo y botánico francés, Charles-Marie Messiaen, al retirarse tras una larga trayectoria profesional como patólogo del Instituto Nacional de Investigación Agronómica de Montpellier, dio unos consejos para conseguir un huerto sano y con pocos problemas sanitarios. Nos dijo qué haría él si tuviera que mantener su huerto con todo lo que conocía.

Decía Messiaen, antes que nada, que en nuestro huerto hay que aplicar buenas prácticas agrarias; es decir, una buena rotación de cultivos, abonos verdes de descanso, una fertilización equilibrada y un manejo adecuado del agua y el riego. Todo esto con la finalidad de convertir el lugar en desfavorable para los parásitos, al mismo tiempo que se beneficia a sus antagonistas naturales y a nuestros cultivos.

«La salud de las plantas del huerto hay que afrontarla con tranquilidad y método»

Después evitaremos las transmisiones entre plantas, actuando de manera preventiva y eliminando físicamente los primeros focos. Aquí hay que ser radicales: mejor quitar una mata enferma antes de que se extienda el problema. A continuación, Messiaen recomienda fortalecer las plantas cultivadas para hacerlas más resistentes a los patógenos, ya que nuestros cultivos, con el proceso histórico de domesticación, se han vuelto más delicados que sus parientes salvajes. Las fortaleceremos aprovechando la adaptación local y la genética de nuestras variedades.

Como último recurso, señala Messiaen, queda la actuación directa contra el patógeno, utilizando medios biológicos, físicos y químicos. Así, potenciaremos los mecanismos de control natural y biológico de las plagas y enfermedades, ayudando a la presencia de depredadores y parásitos de las plagas con zonas de refugio en los setos del huerto. También en la tierra se dan mecanismos de supresión de enfermedades. Conservaremos los auxiliares, unos y otros, sin tratar la planta y el entorno con tóxicos, y si es preciso, los introduciremos de otros huertos donde se encuentren. En último lugar, cuando ya todo es insuficiente, aplicaremos productos de control directo, siempre empezando por los más suaves, ya que tenemos opciones muy diversas.

Este «testamento agronómico» de Messiaen es compatible con la visión del modelo de agricultura sostenible actual, en la que la sanidad de las plantas de cultivo es la expresión de la salud del agrosistema, que está directamente relacionada con la cantidad de diversidad biológica presente y con las técnicas de cultivo que realiza el agricultor.

Así que ya tenemos algunos criterios para fundamentar la salud de nuestro huerto. Aún necesitamos aprender más, pero ya iremos haciendo camino. Ahora tenemos claro el objetivo buscado, que es conseguir cosechas sanas y sostenibles en el tiempo, en un huerto diverso y equilibrado.

© Mètode 2018 - 98. Elogio de la vida - Verano 2018
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Técnico agrícola. Estación Experimental Agrícola de Carcaixent.