El virus del Zika y la propagación de la alarma social

El entomólogo Ricardo Jiménez nos asesora en la búsqueda de las claves de esta enfermedad

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Aedes_aegypti_portadaUS Department of Agriculture | Aedes aegypti, en la imagen, es uno de los tres mosquitos más peligrosos junto con el mosquito tigre (Aedes albopictus) y el de la malaria (Anopheles gambiae).

El rebrote de una enfermedad copaba los medios de comunicación al inicio del 2016: el zika. El foco de gravedad se encuentra en el Tercer Mundo, donde se une el hambre de la población con un sistema sanitario deficiente. Existe la posibilidad de que se extienda por Europa, pero es muy remota, afirma Ricardo Jiménez, catedrático en entomología y control de plagas en la Universitat de València. Además, el entomólogo no considera preocupantes los casos de zika que encontramos en España porque «el periodo de tiempo en que el mosquito puede picar y transmitir el virus es corto». No obstante, advierte que es necesaria «protección, protección, y más protección».

SÍNTOMAS Y VÍAS DE CONTAGIO

El Zika es un arbovirus que afecta al ser humano y se transmite por picaduras del mosquito Aedes aegypti y también de Aedes albopictus, el mosquito tigre. Jiménez explica que lo que diferencia a una persona infectada por el virus Zika de una infectada por otros arbovirus –virus transmitidos por artrópodos– es un sarpullido: «Aparecas manchas rojas en la cara y bajan hasta el cuerpo.» Otros síntomas son dolor de cabeza, vómitos, malestar general, dolor de articulaciones y elevación de la temperatura corporal por encima de los 37 grados.

Una de cada cuatro personas infectadas es asintomática. «Alguien puede adquirir la enfermedad y por respuesta de su sistema inmunológico tener muy poca reacción y no darse cuenta», explica Jiménez. Precisamente, la dificultad para detectar estas virosis es el hecho de que muchas pasan desapercibidas por no tener una sintomatología clara. «Un médico puede pensar que se está pasando una gripe», asegura el entomólogo.

El proceso desde que el mosquito pica hasta que se inicia y se acaba la enfermedad dura aproximadamente doce días. Se manifiesta sobre el tercer día y a partir del quinto se entra en la viremia, cuando el mosquito puede picar y transmitir el virus. Este estado dura aproximadamente dos días, una duración inferior que en otros virus y, por lo tanto, una probabilidad menor de expansión de la enfermedad.

ENTENDER LA EXPANSIÓN GEOGRÁFICA DEL VIRUS DEL ZIKA

Hay casos de virus del Zika en Brasil, Colombia, Barbados, Ecuador, El Salvador, Guatemala, la Guayana francesa, la Guyana, Martinica, Méjico, Panamá, Paraguay, Puerto Rico, San Martín, Guadalupe, Uganda, Haití, Honduras, Venezuela y Bolivia. En España hay pocos y están controlados.

La capacidad reproductiva del mosquito

«La rápida expansión del virus es un proceso normal –afirma el entomólogo– teniendo en cuenta la enorme capacidad reproductiva de estos insectos i de las plagas en general». Si aumenta mucho la población de los mosquitos, con pocos casos de personas infectadas puede crecer la posibilidad de expansión de la enfermedad. Jiménez advierte que «en estos insectos hay una cosa que no es habitual: la acción transovárica». Es decir, la descendencia de una hembra de mosquito infectada estará contagiada sin la necesidad de picar a un enfermo. Eso significa que habrá nuevas hembras con el virus y, por tanto, más contacto con el zika y más posibilidad de contagio.

La globalización

La llegada del virus a Europa no es casual. «Igual que viene el pescado, puede llegar el mosquito», dice Jiménez. La globalización es la explicación. Aún así, el entomólogo insiste en que la expansión en territorio «es poco probable, pero la probabilidad está ahí, tenemos que estar alerta».

El cambio climático

El incremento de la temperatura hace que el desarrollo de los insectos sea más rápido. El cambio climático facilita que haya más generaciones de mosquitos al año. Resume el entomólogo: «Más bichos, más posibilidad de contacto con los humanos».

La pobreza

No es lo mismo estar en España que en Bolivia. Jiménez piensa que «en los territorios pobres las personas bajan la guardia frente a estas amenazas de los insectos porque su necesidad imperiosa es otra». Explica que en el Tercer Mundo están desprotegidos y la posibilidad de contagio es mucho mayor, «no solo con el Zika, sino con cualquier enfermedad contagiada por vectores».

Cómo combatir la enfermedad

El virus del Zika no tiene vacuna, como el chikunguña y el dengue. Según el experto, la acción prioritaria para reducir el riesgo es extremar las vigilancias en la entrada de gente que pueda venir enferma. Jiménez dice que «no se trata de aislar a nadie, pero sí de controlar las personas que vienen de los paises donde hay zika».

También hay que poner en marcha un protocolo–«que ya tenemos», remarca Jiménez– para los casos de enfermos de zika. Esto requiere una vigilancia epidemiológica y una entomológica. La primera consiste en que los médicos hagan un recorrido de la persona en todo el periodo de tiempo en que ha podido infectarse- donde ha estado, qué trayecto ha hecho para llegar, como ha ido…-. Más tarde, «los entomólogos hacemos captura de todas las zonas en las que ha estado esta persona y lo revisamos todo palmo por palmó: plantas, macetas… todos esos sitios donde pensamos que puede haber mosquitos hembra adultos o que pueden estar criando», añade Jiménez.

Zika y microcefalia

Se ha confirmado la relación entre el virus del Zika y la microcefalia, si bien Jiménez matiza que «hay reparo en verificar al cien por cien que una embarazada enferma de zika tenga que tener un bebé con microcefalia». Ante la duda, recomienda que toda mujer embarazada se proteja para evitar ser picada, y recuerda que «la protección tiene que ser constante porque la actividad de estos mosquitos es diurna fundamentalmente». En el caso de que una embarazada se tanga que traslladar a un país donde está el virus del Zika, Jiménez advierte que es necesario el uso de manga larga, pantalón largo y repelente, tanto encima de la ropa como en las zonas de piel descubiertas. Y si es posible, incluso dormir con mosquiteras para evitar que se cuelen insectos.

El entomólogo añade que estas medidas valen para toda la población y no solo para el virus del Zika. Pone el ejemplo del mosquito tigre, que «ha llegado para quedarse, no nos lo quitaremos de encima», pero se está llevando a cabo una campaña para reducir los problemas que se derivan de su expansión. Jiménez apuesta de nuevo por la previsión y la prevención: «Cuantos menos mosquitos, menos posibilidades de contacto vector-persona y menos posibilidades de adquirir la enfermedad».

tratamiento informativo

El Comité de Emergencia de la Organización Mundial de la Salud declaró a principios de febrero el virus del Zika como una emergencia de salud pública de importancia internacional. En relación con este hecho, el entomólogo hace referencia al informe que vinculaba el consumo excesivo de carnes con el cáncer de colon y de recto, como a ejemplo de lo que debería hacerse. «A veces tengo la sensación de que no se explica suficientemente bien a la población lo que ocurre. En el caso del zika creo que se tenia que lanzar la alerta internacional, pero no hacer sonar todas las alarmas innecesariamente», apunta.

También dedica unes palabras a los medios de comunicación: «Desgraciadamente la prensa en nuestro país es muy sensacionalista», afirma con vehemencia, y señala que echa de menos un contexto: «El hecho de hacer ver a la ciudadanía que tiene todas las garantías, que existe un protocolo, que debe ir al médico.»

Ricardo Jiménez no está preocupado por el virus del Zika en estos momentos. «No te digo que no lo esté el día de mañana», puntualiza. «Pero que no esté preocupado no significa que no sea necesario tener previsión con el crecimiento y la expansión del mosquito», concluye.

Marta Navarro. Estudiante de Periodismo de la Universitat de València.
© Mètode 2016.

© Mètode 2016

Estudiante de periodismo de la Universitat de València.