A la búsqueda de exolunas
Fernando Ballesteros, investigador del Observatorio Astronómico de la Universidad de Valencia
Trabajo en el Observatorio de la Universitat de València y durante diez años fui jefe de instrumentación del Observatorio de la estación de Aras de los Olmos. Actualmente, mi equipo y yo estamos buscando, con datos del telescopio espacial Kepler, señales de exolunas, es decir, lunas alrededor de exoplanetas. Por otro lado, estoy trabajando en una rama más biológica para estudiar el origen de la vida, con el genoma de 30.000 organismos, buscando transiciones de fase, es decir, momentos en los que el genoma comienza a mutar de una manera diferente.
Cuando estoy en el despacho, la rutina habitual es trabajo de ordenador con la herramienta de programación Python. En Aras de los Olmos es otra historia, es un día de llave inglesa y martillo y, además, trabajamos por las noches, y como el jet-lag, tenemos «astrolag».
Creo que al público en general les interesa la ciencia como concepto y, sobre todo, aquella que tiene una aplicación práctica para ellos, mientras que las ciencias más puras no son tan relevantes. Aun así, en astronomía tenemos un poco más de suerte, ya que la astronomía tiene unas imágenes que son bonitas, y eso, también le da cierta sex appeal. Hay astrónomos aficionados, meteorólogos aficionados, pero no hay físicos de partículas aficionados. Para acercar nuestra figura a la gente de a pie, creo que la divulgación es el mejor camino. Para la futura sociedad es importante acercarse a los institutos a crear vocaciones, a crear interés en ciencia.
Mi proyecto preferido siempre es el último en el que estoy trabajando, aunque también disfruté mucho mi tesis doctoral, donde hice el diseño de una pieza de un telescopio espacial.
Realización de la entrevistas y edición del texto: Marta Gutiérrez e Inés Pérez Peris
