A principios de noviembre de 1572, una nueva estrella apareció en el cielo. Entonces, la concepción aristotélica del mundo propugnaba un cielo inmutable y, por tanto, la presencia de una estrella desafiante en la constelación de Casiopea hizo que la sociedad desconfiara del orden divino del firmamento.
Fernando Ballesteros, investigador del Observatorio Astronómico de la Universitat de València, busca, junto a su equipo, señales de exolunas, es decir, lunas alrededor de exoplanetas a través del telescopio espacial Kepler.
Pocas ramas del conocimiento tienen a tanta gente entusiasta a la hora de explicar de manera altruista su pasión como la astronomía, en la que los científicos amateurs juegan un papel esencial en muchos sentidos.
Jerónimo Muñoz, astrónomo valenciano del s. XVI, realizó importantes observaciones de la supernova que explotó en 1572, de eclipses, cometas…, así como también cartografías de todo nuestro territorio de enorme precisión.
El autor visita el tapiz de Bayeux, en la región de Normandia (Francia), considerada la primera representación del cometa Halley en el arte.
Uno de los grandes científicos valencianos olvidados es Josep Joaquim Landerer (1841-1922), geólogo, astrónomo autodidacta y también cazador de eclipses. Calculó los parámetros del eclipse total del 28 de mayo de 1900, que atravesó toda la península Ibérica.
La fotografía se ha consolidado como herramienta clave en la investigación astronómica y resulta fundamental para conocer mejor el universo.
Un campo de miles de galaxias se nos presenta a los ojos en un trozo de cielo tan pequeño como el que tapa un grano de arena sobre un dedo con el brazo extendido.
La ciencia no deja de mostrarnos nuevas miradas a nuevos universos (literales o figurados), y La Pipeta de Ferran Martín se hace eco.
Tycho Brahe fue un astrónomo destacado: inventó nuevos instrumentos de observación astronómicay determinó la posición de centenares de estrellas antes del telescopio.