Un paso más en la protección de las abejas

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abelles1Foto: SINC

La Comisión Europea ha dado luz verde al veto de tres plaguicidas, potencialmente perjudiciales para la población de abejas productoras de miel, durante un período de dos años gracias al respaldo de 15 de los 27 Estados miembros (España entre ellos). Así, los ecologistas y apicultores que desde hace años piden soluciones para combatir la desaparición del insecto se anotan un tanto a favor frente a las grandes multinacionales que fabrican los pesticidas afectados, Bayer y Syngenta. La restricción de los químicos, que pertenecen a la familia de los neonicotinoides, (imidacloprid, clothiandin y tiametoxan), estaba en un principio prevista para entrar en vigor este mes de julio, pero se ha pospuesto para el próximo 1 de diciembre. La Comisión Europea ha aducido a «razones legales», porque «la mayoría de agricultores ya había comprado o pedido las semillas para verano».

La polémica votación llegó a Bruselas de la mano de un estudio realizado por la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) como respuesta a la preocupación creciente entre los apicultores, que se publicó el pasado 16 de enero. El informe concluía que las sustancias neonicotinoides utilizadas para evitar plagas en cultivos como girasoles, maíz, algodón o colza, afectan el sistema nervioso central de las abejas melíferas y son en buena parte responsables del Desorden del Colapso de las Colonias (CCD). Este síndrome puede provocar que muchas abejas mueran desorientadas e incluso potenciar deficiencias fisiológicas y neurológicas. Por ejemplo, «genera problemas de comunicación y coordinación en la abeja obrera, que deja de trabajar en la colmena, o problemas de fertilidad en la reina. Estas carencias en un animal social como es la abeja son una bomba», explica Enric Simó, apicultor de la Agrupación de Defensa Sanitaria Apícola (APIADS).

De hecho, el pasado mes de febrero activistas de Greenpeace, Ecologistas en Acción y la Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos (COAG) exigieron a la Comisión Europea que retirase del mercado los pesticidas neonicotinoides. Argumentaban que la desaparición de las abejas de miel perjudica gravemente a la economía porque «el 84% de la producción alimentaria depende estrechamente de la polinización desarrollada por las abejas». Según alertó COAG al diario Cinco Días, la actividad polinizadora supone un volumen aproximado de  165.000 millones anuales a nivel mundial y cerca de 22.000 a Europa. Pero no sólo se trata de una cuestión económica. Como advierte Enric Simó, «está en juego todo el ecosistema. Se van a cargar el equilibrio de la biodiversidad si las colonias de abejas continúan disminuyendo».

 

 

«El 84% de la producción alimentaria depende de la polinización llevada a cabo por las abejas»

abelles2Foto: SINC  

 

«En Valencia, donde la mortalidad ha aumentado hasta el 50%, se han detectado “dosis suficientes” para envenenar al insecto en los cultivos analizados»

Menos abejas en la Comunidad Valenciana

Precisamente APIADS sigue desde hace más de diez años la incidencia del CCD en la Comunidad Valenciana, donde hay más de 400.000 colmenas y casi 1.900 apicultores. Mediante un convenio con la Facultad de Farmacia de la Universitat de Valencia, analizan abejas y material vegetal en cultivos donde se han dado casos de intoxicación del animal. «Los datos demuestran que la mortalidad de las abejas, que en casos normales sería de un 15% y en los últimos años llega hasta el 40 o 50%, es a causa de los pesticidas. Hemos detectado en las plantas dosis suficientes para provocar la muerte del insecto», explica. En la región valenciana, caracterizada por el cultivo del cítrico, el problema yace en que «los labradores pulverizan los naranjos o mandarinos en época de floración. La abeja siente gran atracción por las flores y come un alimento envenenado que la mata sutilmente», lamenta.

Posturas enfrentadas

Como era de esperar las dos compañías implicadas, Bayer y Syngenta, no se han tomado bien la prohibición. Según recoge El País, un portavoz de la multinacional alemana, que produceclothianidin y tiametoxam, asegura que «los neonicotinoides son seguros para las abejas si se utilizan correctamente según las instrucciones». La normativa europea permite usarlos fuera de la temporada de actividad de las abejas. Pese a ello, «los agricultores los emplean en época de floración. Por mucho que en el prospecto se advierta contra esta práctica, no hay ningún control efectivo por parte de la administración», manifiesta Enric Simó.

Otro de los argumentos a los que ha recurrido Bayer es que «la disminución de la población en abejas existía antes de la comercialización de estos pesticidas». A esto también contesta el apicultor valenciano: «Hay evidencias de que en países como España, Francia o Italia, donde se ha disparado la venta de químicos neonicotinoides, ésta es directamente proporcional a la muerte de abejas».  

Desde APIADS aplauden el triunfo que significa para las abejas el veto de los tres pesticidas tóxicos, aunque no pueden ocultar su sorpresa. «Estas empresas multinacionales se están jugando buena parte de sus ingresos. Cuentan con recursos que ni nos podemos imaginar, una maquinaria jurídica enorme. Esto ha sido desde el principio como David contra Goliat», afirma Enric Simó. De todos modos, son conscientes de que les queda un largo camino por recorrer: «Es un primer paso, pero continuaremos recogiendo datos para demostrar a la Unión Europea que hay argumentos para la prohibición total de estos productos», concluye.

Laura Garsando. Estudiante de Periodismo de la Universitat de València.
© Mètode 2013.

 

 

«Recogeremos más datos para probar a la Unión Europea que existe motivo para prohibir definitivamente los pesticidas neonicotinoides»

Enric Simò

 

© Mètode 2013