La importancia de Valencia en la antigua ruta de la seda ha propiciado la entrada de la ciudad en el Programa de la Ruta de la Seda de la Organización Mundial de Turismo, una iniciativa que une territorios y proyectos de investigación desde el Japón hasta Portugal. Los expertos aprovechan la ocasión para recordar y hacer valer el patrimonio histórico, artístico y paisajístico valenciano.
[caption id="attachment_14805" align="alignleft" width="550"] Adrià BesóTanto el huerto de naranjos como el huerto de moreras parten del modelo del huerto jardín valenciano y tienen su origen en el contexto de la Ilustración y del pensamiento fisiocrático. En la imagen, Hort de Sant Carles (Alzira).[/caption]
El paisaje
Los procedimientos metafóricos son la base del lenguaje técnico y popular que ha segregado el mundo de la sericicultura. Además, el gusano de seda es un animal fascinante sobre el que recaen muchas interpretaciones simbólicas. Un animal doméstico que, durante el
«Fer anyades» (cosechas), «criar cucs» (“gusanos”) o «collir seda» son algunos de los nombres que recibe en el País Valenciano la actividad agrícola que designamos con el tecnicismo de «sericicultura». Una práctica que precisa de unos procedimientos y dedicación constantes.
Les paraules de la seda se sitúa en un territorio de frontera entre varias disciplinas. Se trata, no cabe duda, del libro de dos filólogos: lexicografía y dialectología bien trabajadas. Sin embargo, deliberadamente, se han acercado a un ámbito de conocimiento caracterizado por ser territorio de encrucijada, donde la filología confluye, cuanto menos, con la etnología y la historia.
El Thesaurus Puerilis de Onofre Pou, publicado en Valencia en 1575, incluye el apartado «Història dels cucs i robes de seda», inspirado en el poema del siglo XVI titulado «De Bombyce» del italiano Marco Girolamo Vida, que fue durante cerca de tres siglos un código para la crianza de la seda para todos los sederos. Gregorio Mayans fue un firme defensor de la cultura de la seda: «Uno de los frutos naturales que, según la economía de la Divina Providencia, tocó al reino de Valencia, es la cría de los gusanos de la seda», sentenció.