Las películas y series de ciencia ficción, como Star Wars, a menudo presentan fallos en las leyes de la naturaleza tal y como la conocemos.
Las películas de Star Wars tienen fallos en la física y la biología, pero hay un aspecto donde toda la saga, y las series derivadas, fallan estrepitosamente: la ecología. Mucha ficción, pero poca ciencia.
Jack tenía que morir y no tenía forma de salvarse. La realidad objetiva existe, y la ciencia es la mejor forma de explicar esta realidad, incluso la ficción, como la última escena de Titanic.
La Jungla de Cristal tiene un agujero de guion, que se justificaría si se utilizara el principio de incertidumbre de Heisenberg, por el cual no pueden establecerse con precisión determinadas parejas de variables físicas.
Gene Tierney contrajo la rubeola estando embarazada por culpa de la imprudencia de una fan. La historia nos recuerda la importancia de que todo el mundo se vacune.
Si nos pusiéramos electrodos para sacarnos energía, colapsaríamos porque no nos quedaría nada para mantener el corazón latiendo, así que que si las máquinas quieren dominarnos, que nos compren placas solares.
Gracias a la seguridad alimentaria, el tifus y el cólera prácticamente han desaparecido, mientras que la salmonelosis o la listeriosis están controladas.
Una epidemia como la vivida puede hacer que salgan los peores miedos. El cine y la literatura han empleado este miedo para construir guiones donde una epidemia es el centro de la historia o la excusa de fondo.
Alicia hace un viaje en el que aparecen peculiares personajes que le dicen lo que tiene que beber o comer. ¿No parece todo eso un viaje psicodélico inducido por las drogas?