Hablamos con los autores de 'Treinta años, treinta miradas' sobre el estado de la Albufera, el primer parque natural del País Valencià
El cultivo del arroz plantea actualmente un grave problema y es que va ligado a la presencia de una gran cantidad de material sobrante.
El futuro de lo que queda de la huerta de Valencia es muy incierto por la falta de protección institucional ante la especulación urbanística y de relevo generacional entre los labradores. Uno de los elementos patrimoniales mejor preservados de L’Horta de Valencia es la toponimia, a causa del carácter arcaizante propio del lenguaje de los nombres de lugar.
Un simposio organizado por la Universitat de València ha reunido a expertos en el Parque Natural de La Albufera para analizar su estado actual en su 30 aniversario y dibujar las líneas futuras de actuación para garantizar su conservación.
El profesor Ignacio Docavo en un fotograma del programa Vida salvaje de Félix Rodríguez de la Fuente, emitido por TVE el 28 de junio de 1970. Este programa significó la primera voz de alarma por el estado de conservación de la Albufera de Valencia y
«Las del territorio valenciano pueden ser unas de las zonas húmedas europeas más afectadas por el cambio climático» El 2 de febrero se celebra el Día Mundial de las Zonas Húmedas en conmemoración de la fecha del acuerdo del Convenio de Ramsar de 1971. El título
«En la Albufera se están vertiendo desechos de fábricas, se están vertiendo infiltraciones del DDT de los arrozales, se están vertiendo sustancias que no solamente acaban con la pureza de las aguas sino que matan a la fauna ictiológica de la Albufera.» Con su peculiar
La Dehesa de El Saler, en la Albufera de Valencia, se puede considerar como una de las áreas costeras más importantes del Mediterráneo occidental. Su estado actual de conservación se puede atribuir en pimer lugar a la presión ejercida por los conservacionistas locales, lo que
«Diseminados por la Dehesa, los primeros edificios que se construyeron aún permanecen en pie» «Las presiones urbanísticas en la Albufera de Valencia continuarán en los próximos años. Esta batalla no se ha acabado.» Con estas palabras, el arquitecto Carles Dolç subrayaba el jueves pasado la necesidad
Y así, uno por uno, los pescadores de El Palmar van eligiendo sus puestos de pesca o redolins a medida que se les nombra por sorteo. Los primeros han sido afortunados: este año el azar les permitirá obtener mayores beneficios, puesto que, en los lugares elegidos, la pesca es más abundante.