Entrevista a Pablo García-Salinas

«Un océano sin tiburones es mucho más peligroso»

Biólogo e investigador en la Fundación Oceanogràfic, la asociación LAMNA y la Universitat Politècnica de València

Los tiburones son uno de los vertebrados más amenazados del planeta, solo por detrás de los anfibios. El cambio climático, la sobrepesca y una legislación aún débil están contribuyendo a poner en peligro la existencia de estos animales. La desaparición de las distintas especies de tiburones no solo afecta a la pérdida de pesquerías comerciales, sino también al debilitamiento de ecosistemas como los arrecifes de coral. Con el objetivo de tratar la urgente conservación de tiburones, rayas y quimeras, cientos de expertos se han reunido esta semana en el Oceanogràfic de València para el congreso Sharks International, que por primera vez se celebra en Europa. Hablamos con Pablo García-Salinas, biólogo e investigador de la Fundación Oceanogràfic, la asociación LAMNA  la Universitat Politècnica de València.

¿Qué podemos encontrar en el congreso Sharks International?

En este congreso hemos conseguido reunir a algunos de los mejores especialistas en la investigación, comunicación y gestión política de tiburones del mundo. Nuestro objetivo es establecer redes fuertes que permitan que nuestra comunidad tenga más fuerza a la hora de avanzar en la conservación de estos animales.

¿Qué papel ha tenido el Oceanogràfic en la gestión y organización?

El Oceanogràfic nos ha servido como casa. Para celebrar el Sharks International nos juntamos tres asociaciones: LAMNA, que trabaja con tiburones y rayas en la Comunitat Valenciana; otra es Submon, un grupo a nivel estatal, y después Shark Trust, del Reino Unido, uno de los referentes mundiales en cuanto a conservación de estos animales. Los tres somos los anfitriones, y gracias al Oceanogràfic tenemos un lugar donde acoger a los ponentes. Además, en los últimos años el Oceanogràfic se ha convertido en un motor en la promoción de conservación, investigación y divulgación. Se están haciendo muchos proyectos para conseguir proteger no solo a los tiburones, sino a muchas otras especies. Somos mucho más que el típico acuario al que vienes a ver animales. Queremos ser activos en la conservación de estos animales.

Además de este congreso, ¿puede destacar algún otro proyecto actual que esté trabajando para la protección de los tiburones?

Dentro de poco se celebra en Panamá la reunión CITES (la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazas de Fauna y Flora Silvestres). En esta reunión se va a abordar si se incluye o no a algunas especies de tiburones en sus apéndices. Si eso sucede, sería muy importante porque quedarían protegidos y evitaría que los animales capturados en un país pudieran ser vendidos a otros. Para nosotros, conseguir incluir alguna de las especies en los catálogos de CITES sería una pequeña victoria.

Es la primera vez que el congreso se celebra en España. ¿Cómo se tomó la decisión de hacerlo aquí, concretamente en València?

Sharks International se ha ido celebrando cada cierto tiempo en diferentes sitios del mundo, porque la idea es que al celebrarlo cada vez en un continente diferente siempre pueda acudir gente de países diferentes a los habituales, o dar la oportunidad a alumnos con menos recursos para poder presentar sus investigaciones sin tener que viajar a grandes congresos en la otra punta del mundo. Por este motivo, se celebró primero en Australia, luego en Sudáfrica y después en Brasil. Y ahora nos quedaba Asia, Norteamérica y Europa, así que el comité decidió que se hiciera en Europa. ¿Y por qué en España y en València? Por diversos motivos. En primer lugar, València está junto al Mediterráneo, que es un mar muy castigado para estos animales. Se trata de un punto que abarca mucha biodiversidad de tiburones y rayas, pero hay una presión muy importante sobre ellos. Y más generalmente, se eligió España porque actualmente es el principal motor de la Unión Europea en cuanto a sobrepesca de estos animales. España siempre está en el top 3 de países que lideran el ránking de exportadores, es decir, que pescan y exportan productos derivados del tiburón.

El congreso Sharks International, celebrado en el Oceanogràfic de València, reúne a los mayores expertos mundiales en tiburones. Este es el primer año que el encuentro se realiza en el continente europeo.

Como ha comentado, esta es una zona doblemente castigada. ¿Afecta también el aumento de la temperatura del agua debido al cambio climático?

Todavía no sabemos exactamente si la temperatura del agua afecta a los tiburones. Es uno de los aspectos que se está empezando a estudiar y que se van a exponer aquí. Se están reuniendo grupos para analizar exactamente cómo el cambio climático va a afectarles. Una de las hipótesis que se baraja es que puede ser que el aumento de las temperaturas del agua no afecte a los tiburones, porque pueden aguantarlo bien, pero sí a sus presas. Y este tipo de variaciones en la distribución de las presas sí puede afectar y amenazar a las poblaciones de tiburones.

¿Piensa que la legislación relacionada con la pesca de los tiburones debería reformarse?

Ese es uno de los objetivos que tenemos que alcanzar. Necesitamos, primero, contar con una información muy potente y de buena calidad para poder analizar si necesitamos tomar medidas a nivel de legislación o no, porque para algunas especies sí lo tenemos muy claro, pero para otras todavía no tenemos suficiente información como para hacer presión.

¿A qué amenazas se enfrentan los tiburones a nivel mundial?

La principal amenaza, sin ninguna duda, es la sobrepesca. Es el motor principal detrás de su desaparición, ya sea una pesca dirigida exclusivamente a obtener estos animales como una pesca accesoria, que es el gran problema. Muchos tiburones se capturan de manera accidental, sin intención por parte de los pescadores, pero se capturan, aun así. Por otra parte, es cierto que hoy en día hay lugares en el mundo, sobre todo algunos desfavorecidos, donde la carne de tiburón es necesaria para la supervivencia de las comunidades. Hay un equilibrio muy inestable entre las diferentes áreas del mundo y los distintos actores que intervienen en la pesca.

Se trata, por lo tanto, de una cuestión con muchos matices. ¿Cómo piensa que se debería actuar para la conservación de las diferentes especies de tiburones?

Lo principal para cualquier tema de conservación de estas características pasa por que el consumidor esté informado. La ciudadanía tiene que saber que la musola, el cazón, la tintorera y otros peces son nombres diferentes para tiburones. Llevamos mucho tiempo comiendo estos animales. Y no solo en platos tradicionales: con los restos de estas especies se hacen harinas de pescado, que se usan para alimentar a otros animales. Se hace comida para mascotas, suplementos de colágeno para deportistas, cosméticos… . Al final, estamos consumiendo derivados del tiburón sin ser conscientes de que lo estamos haciendo. Educar a la ciudadanía en este sentido es otro de los papeles clave que puede jugar el Oceanogràfic, para conseguir que el público entienda lo que está pasando con los tiburones y lo que eso implica. Las cifras son abrumadoras, estamos hablando de cien millones de tiburones capturados al año, unos 180 por minuto. El problema es que los números en muchas ocasiones quedan demasiado impersonales, y no se llega a apreciar la gravedad de la situación, que es muy crítica para algunas especies. Debemos tener en cuenta que un océano sin tiburones y sin rayas es mucho más peligroso. Está totalmente desequilibrado, y eso nos afecta de manera directa. Aunque sea por un acto completa y absolutamente egoísta, deberíamos estar protegiendo estos animales.

© Mètode 2022
Graduada en Periodismo por la Universitat de València.