Implicar a la ciudadanía en el debate sobre la salud mental

Convenció ciutadana sobre salut mental

Este sábado se ha celebrado en Valencia la primera jornada de la Convención ciudadana sobre salud mental, un proyecto impulsado desde el comisionado de la Presidencia de la Generalitat Valenciana y que busca implicar a la sociedad en el diseño del que será el Plan Valenciano de Acción para la Salud Mental, Drogodependencias y Conductas Adictivas.

Las setenta personas participantes en la Convención ciudadana han sido elegidas por sorteo cívico de forma que representen a la diversidad de la población de todo el territorio valenciano. Este grupo participará en cuatro jornadas a lo largo de las próximas semanas que les permitirán conocer de primera mano el testimonio tanto de personas afectadas como de familiares, así como de asociaciones y de voces expertas.

La primera jornada, celebrada este sábado 5 de marzo en el Centro Cultural la Nau de la Universitat de València, ha servido como inicio oficial de este proceso que está basado en una metodología participativa validada por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) y que, por primera vez, se aplica al tema de la salud mental.

El comisionado de la Presidencia de la Generalitat para la Salud Mental, Rafael Tabarés, dio la bienvenida a los presentes y destacó que hay que fomentar la participación y reunir en un mismo espacio a personas no expertas y expertas para que puedan reflexionar y aportar ideas en un proceso deliberativo que puede ser, como en este caso, un buen punto de partida. Por su parte, la rectora de la Universitat de València, Mavi Mestre, agradeció también la implicación ciudadana y remarcó el compromiso de la Universitat de València con la solución a los problemas mentales.

Testimonios en primera persona

Después de una explicación sobre el funcionamiento de la jornada, los setenta ciudadanos y ciudadanas empezaron a trabajar y deliberar en grupos reducidos. La mañana finalizó con las intervenciones de personas afectadas por trastornos mentales y familiares.

Gonzalo Nielfa, vicepresidente de la Asociación por la Salud Integral de los Enfermos Mentales (ASIEM), fue el primero en hablar en estos espacios de aprendizaje, que se podían seguir en línea por parte del público general. Nielfa explicó su experiencia con el diagnóstico de esquizofrenia y los ingresos en dos centros con un funcionamiento muy distinto, uno más cerrado y «con un personal quemado» y otro más abierto y en el que buena parte de los trabajadores «estaban muy implicados y se coordinaban entre ellos». También destacó la importancia de les asociaciones. A él, reconoce, el movimiento asociativo le aportó, además de amistades, un proyecto de vida: «Y para una persona con trastorno mental grave es importante tener un proyecto de vida».

Lea  intervenciones continuaron Rosa Bayarri, presidenta de la Federación Salud Mental Comunitat Valenciana, quien relató su experiencia como hermana de una persona con trastornos psicóticos y como toda la familia se ve afectada ante situaciones tan complejas de gestionar.

Alba Ruipérez ofreció el último testimonio de la mañana y explicó cómo su trastorno de la conducta alimentaria desembocó en ansiedad, depresión y dos intentos de suicidio. Lamentó la insuficiente atención psicológica recibida en la salud pública: «Yo también fui tratada una vez al mes, no llegaba ni a una hora. Abandoné. Dejé de ir. Y como yo, mucha gente. Ahora, por suerte, me puedo pagar un psicólogo privado, pero hay personas que no». Alba comentó que le hubiese gustado disponer de un número de prevención del suicidio cuando ella se encontraba tan mal y pidió que el 024 (número que se instaurará a partir de mayo para ayudar a las personas con riesgo de conducta suicida) se publicite y llegue a mucha gente porque cuando una persona no se encuentra bien no busca información sino que le ha de llegar.

Diálogo con personas expertas

Después de un descanso y una nueva sesión de trabajo en grupos pequeños, los setenta representantes de la ciudadanía pudieron escuchar y dialogar con varias personas expertas en la atención sociosanitaria a personas con trastornos mentales.

José Romeu, psiquiatra y jefe de servicio de Salud mental del departamento de la Ribera, habló de los tipos de trastornos mentales (comunes, graves y adicciones) así como la necesidad de abordarlos con equipos multidisciplinares y con la participación de los pacientes expertos. Diferenció también estos trastornos del malestar emocional, provocado por las dificultades de la vida cotidiana, y para el que habría que trabajar más desde la prevención, de forma que todos contásemos con herramientas para saberlo gestionar y no acabara medicalizándose cómo se está haciendo actualmente.

Begoña Bevia, enfermera especializada en salud mental, enfatizó en la distorsión que la sociedad tiene normalmente de las personas con trastornos mentales como violentas, incurables, débiles e incapaces de decidir por sí solas. «Todo esto genera miedo y prejuicio, que conduce a la discriminación y al estigma».

En esta línea insistió María Fuster, abogada especializada en salud mental y adiciones, quien destacó que «son personas que conforman un colectivo vulnerable, en riesgo de exclusión social» y que hay que trabajar para desjudicializar los problemas de las personas con trastornos mentales y para garantizar su derecho a trabajar y a vivir de forma independiente.

Participación ciudadana

Los setenta ciudadanos y ciudadanas hicieron preguntas con mucho interés a todas las personas que participaron en las diversas sesiones sobre diversos temas abordados durante la jornada. También anotaron datos y compartieron reflexiones en voz alta. Las conclusiones se recogerán de forma que, al final de las cuatro jornadas, se presenten propuestas a la pregunta planteada: «¿Cómo tiene que abordarse la salud mental, drogodependencias y conductas adictas en la Comunidad Valenciana?». Las propuestas aportadas por la convención ciudadana serán supervisadas por la comisión de seguimiento formada por representantes de los grupos parlamentarios en las Cortes, asociaciones de enfermos y familiares, agentes sociales, sociedades científicas y colegios profesionales del ámbito de la salud mental. Las jornadas continuarán el sábado 12 de marzo en Castellón, el 26 de marzo en Alicante y finalizarán, de nuevo en València, el próximo 2 de abril.

Más allá de su dimensión biológica, las enfermedades son también construcciones sociales. No constituyen conceptos estáticos sino que se desarrollan en un contexto social. Esto hace que la vivencia personal de la enfermedad vaya normalmente ligada a la percepción que la sociedad tiene de esta. Si está estigmatizada, se vivirá con estigma; si está aceptada, se podrá vivir con mayor aceptación. En este sentido, la convención ciudadana permite no solo debatir, sino también reconceptualizar qué entendemos por salud mental y cómo queremos, como sociedad, abordar esta cuestión. No es un tema baladí. Tal y como manifestó Rafael Tabarés en la presentación de la jornada, son tiempos en los que «hay necesidad de inspiración, de utopía». Y quizás no haya nada más inspirador y utópico en estos momentos que dar la voz y la posibilidad de influir en las políticas sobre salud a la ciudadanía. La misma Alba Ruipérez comentó en un momento de su intervención: «Si nos hacen caso, será la bomba».

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Periodista. Revista Mètode.