¿Por qué se ponen rojos los ojos?

Responde BEGOÑA DOMENECH AMIGOT:

El ojo rojo es un signo de inflamación ocular que se manifiesta por una dilatación e irritación de los vasos sanguíneos de la superficie ocular, observándose hiperemia (enrojecimiento) localizada o difusa en la superficie anterior del ojo. Es uno de los principales motivos de consulta a los profesionales de la visión así como en atención primaria y la más frecuente de las urgencia oftalmológicas. Existen numerosas causas que pueden producir el enrojecimiento ocular, y muchas de ellas no revisten gravedad, como fatiga visual, exceso en las horas de uso de la lente de contacto, sequedad ocular, la presencia de un cuerpo extraño en el ojo o conjuntivitis alérgica. Sin embargo, en algunos casos, el ojo rojo es el signo clínico de una patología ocular más grave.

En función del tipo de enrojecimiento o hiperemia se pueden establecer varias categorías clínicas:

  • Hiperemia de los vasos sanguíneos más superficiales o inyección conjuntival. Disminuye al acercarnos al limbo esclerocorneal, se asocia a patología de párpado y conjuntiva y no suele revestir gravedad. 
  • Hiperemia de los vasos conjuntivales más profundos o inyección ciliar. Más acusada a nivel del limbo esclerocorneal y se asocia a patología más severa del segmento anterior, es decir, a inflamación en córnea, iris o cuerpo ciliar.
  • Hiperemia de vasos superficiales y profundos o inyección mixta, que se asocia al glaucoma agudo.
  • Hiposfagma o esquemosis subconjuntival. Es un derrame sanguíneo, de aparición súbita y asintomática provocada por una rotura vascular. Ocasionalmente puede producirse en casos de hipertensión arterial, aunque es más frecuente su aparición tras realizar un esfuerzo, después de un traumatismo o con cambios bruscos de temperatura. No suele requerir tratamiento y normalmente evoluciona con la reabsorción en pocas semanas.

La conjuntivitis y el hiposfagma suelen ser las causas más frecuentes de aparición de ojo rojo y se consideran procesos relativamente benignos. Ahora bien, si el enrojecimiento ocular va asociado a dolor, visión borrosa, secreciones oculares, presión intraocular anormal u otras alteraciones del polo anterior posiblemente estemos ante un proceso de mayor gravedad. Por ello, una correcta anamnesis y exploración del segmento anterior orientado al diagnóstico diferencial del ojo rojo permitirá identificar patologías oculares que requieren una evaluación oftalmológica urgente.

Begoña Domenech Amigot es profesora del Departamento de Óptica, Farmacología y Anatomía de la Universidad de Alicante.

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