Los colores realmente son ondas de diferentes longitudes, y el conjunto de todas las longitudes que podemos ver se conoce como espectro visible. Las longitudes de onda más cortas es lo que percibimos como azul, y las más largas serían los rojos, como se puede observar en la figura 1.
Una vez estos conos transmiten sus respuestas a áreas superiores del cerebro, es el córtex visual el que combina estas respuestas para decirnos si un color es rojizo, verdoso, amarillento o azulado (que son las cuatro dimensiones básicas del tono), si tienen más o menos luminosidad e incluso si tienen o no mucho colorido.
La visión del color se ve alterada por dos causas: cuando hay una carencia de alguno de estos conos o cuando los conos están presentes pero hay una anomalía en alguno de ellos. Incluso, aunque es raro, se ha descrito la acromatopsia, que es la carencia de los tres conos, siendo su visión en blanco y negro.
Por todo esto, las personas daltónicas ven los colores diferentes porque a la hora de combinar las respuestas de estos conos en el cerebro, no cuentan con toda la información necesaria de los conos L, M y S. Solo tendrán dos tipos de conos para poder hacer esta combinación, alterando así su percepción del color. Un símil sería intentar obtener con pinturas diferentes colores mezclando los tres colores primarios, pero en vez de estos tres, solo contáramos con dos, por lo que nunca podríamos obtener toda la gama de colores existentes.
Además, no todos los daltónicos ven igual, su visión dependerá del cono que se encuentre alterado o ausente, como se ha simulado en la figura 2. Así, una persona que carece de conos rojos (protanope) percibe los colores como amarillentos o azules; además, pueden confundir ciertos rojos con ciertos verdes, y el morado con el azul. Si hay una carencia de los conos verdes (deuteranope), la percepción es parecida a los protanopes porque, en general, perciben los colores como amarillentos o azules, pero en diferentes coloridos. También confunden los verdes con los rojos, pero en este caso los colores verdes se perciben como amarillentos-marrones. Y, por último, la ausencia de conos azules (tritanope) hace que el amarillo lo perciban rosado y el azul lo pueden confundir con el verde. En cambio, cuando todos los conos están presentes, pero hay una anomalía en alguno de ellos, mantienen la percepción de distintos tonos y el efecto es parecido al descrito antes pero mucho más leve.
Las alteraciones en el rojo y verde son las más habituales. Suelen ser congénitas y están ligadas al cromosoma X, por lo que se manifiesta en hombres, pero las portadoras son las mujeres. La alteración del pigmento azul suele ser adquirida por alguna enfermedad como la sífilis, degeneración macular asociada a la edad (DMAE), cataratas, glaucoma o incluso el consumo excesivo de alcohol y tabaco, y afecta de igual manera a hombres y mujeres.
Responden Amparo Gil Casas, optometrista de la Clínica Optométrica de la Fundación Lluís Alcanyís de la Universitat de València, y María José Luque, profesora del Departamento de Óptica y Optometría y Ciencias de la Visión de la Universitat de València.
Pregunta enviada por Aida Moreno Rus.
«Los Porqués de Mètode» es un consultorio de ciencia donde lectores y lectoras mandan su pregunta o duda científica y una persona experta las responde. Podéis enviar vuestras preguntas a través de este formulario. Entre todas las que publiquemos entre el 1 de julio y el 20 de septiembre sortearemos un lote de publicaciones de Mètode.