Manifiesto europeo contra las pseudociencias… Por fin

homeopatia

Esta semana se ha presentado el primer manifiesto mundial contra las pseudociencias en salud. Un manifiesto que recoge más de 2.750 firmas de científicos y profesionales de la salud de todo el mundo, impulsado por diez asociaciones científicas o escépticas europeas, de les que cinco (ARP-SAPC, APETP, Red UNE, Círculo Escéptico y Farmaciencia) tienen su sede en España. Esta, y la gran labor llevada a cabo por el científico valenciano Fernando Cervera, uno de los principales impulsores de la campaña, es lo que explica que el país más representado sea España, con 1.112 firmas, entre ellas la de quien humildemente firma estas líneas.

Si buscamos los firmantes más destacados, encontraremos al investigador en medicinas alternativas alternatives Edzard Ernst, al director del Centre National de la Recherche Scientifique de França François Leulier, al exvicepresidente del senado belga Luis Ide o al activista escéptico indio Sanal Edamaruku. Lo mejor que podemos decir es que, a diferencia de alguna iniciativa anterior, está escrito en un lenguaje directo y contundente, que no deja lugar a la ambigüedad y que explica claramente que la pseudociència en salud nos está costando vidas humanas y, por tanto, no tiene ningún sentido que prácticas faltas de cualquier evidencia científica como la homeopatía o la acupuntura cuenten con cierto reconocimiento oficial y legal.

El manifiesto cita específicamente la normativa europea 2001/83 que permite la venta de productos homeopáticos como si fueran medicamentos. No hay que olvidar que hay otras normativas donde también se hacen mención expresa a pseudomedicinas como la normativa de producción ecológica, hecho que denunciamos en estas páginas de Mètode Science Studies Journal. De momento, el manifiesto ha conseguido su primer objetivo, que es conseguir eco mediático y hacer llegar el debate a la opinión pública. Al menos mucha gente se dará cuenta que existe el problema y su gravedad. No estamos hablando de ir a una farmacia, decir que nos molesta la garganta y que nos claven un medicamento homeopático que no hace nada, aunque nos acaben de estafar 12 euros por la cara. El problema real es el de pacientes que dejan terapias efectivas para utilizar terapias sin ningún tipo de base científica y que acaban costándoles la salud o la vida. Y el otro poblema es la desprotección absoluta desde el punto de vista jurídico del paciente o la familia del paciente que ha sido víctima de estas terapias. Solo hay que ver la sentencia del caso Mario Rodríguez para descubrir la gravedad del problema.

Si conseguimos que el debate continúe en el tiempo y entre en la agenda política quizás podremos cambiar las leyes y, por fin, garantizar una protección al paciente, ya que dispondremos de herramientas legales contra universidades, colegios médicos, farmacéuticos o de enfermería que imparten o protegen el uso de este tipo de terapias, aunque luego no quieren aceptar ningún tipo de responsabilidad cuando se evidencia la desprotección del paciente y las nefastas consecuencias que se pueden derivar.

Por tanto, primero objetivo conseguido. Debemos felicitar a los proponientes, y en especial a Fernando Cervera. Pero no es tiempo aún de relajarnos. Queda mucho por hacer. Nos va la salud en el reto.

© Mètode 2020
Catedrático de Biotecnología de la Universidad Politécnica de Valencia e investigador en el Instituto de Biología Molecular y Celular de Plantas (CSIC-UPV).