Las ciencias sociales y las humanidades promueven la participación del público general y generan un conocimiento cocreado en el ámbito de la ciencia ciudadana.
El debate entre las ciencias sociales y las ciencias experimentales ha desbordado el entorno académico para entrar a las sobremesas de todo el mundo.
El concepto de ciencia ciudadana trae consigo tensiones sobre la naturaleza social de la verdad científica
En la última década la investigación científica basada en la colaboración de la ciudadanía ha crecido exponencialmente.
La participación activa de la sociedad en la ciencia no es nueva. Hay ámbitos como la astronomía o la botánica, por poner solo dos ejemplos preclaros, en los que el peso de las personas aficionadas o amateurs ha sido considerable. Aun así, la progresiva profesionalización
Este monográfico responde a la idea de saber más, de ayudar a entender mejor las relaciones entre sociedad, alimentación y salud.
Comprender la estandarización como una forma de ordenación social visibiliza aspectos de los estándares que de lo contrario quedarían ocultos. Nos permite ir más allá de la información a la que podemos acceder inmediatamente en la mesa de trabajo, en la pantalla y en las conversaciones orales o escritas.
El bioquímico Héctor Tejero y el antropólogo Emilio Santiago dejan clara una cosa: el Green New Deal no es la solución definitiva al cambio climático.
Es muy probable que los individuos adultos y los más mayores se hayan preguntado siempre cómo se las arreglarán los pequeños que van creciendo para sobrevivir en el mundo que les dejen. En este momento de la historia esta es una pregunta central de nuestros debates y para resolverla no podemos dejar de acudir a la ciencia.
La pseudociencia es un subproducto del prestigio de la ciencia como empresa social y como medio de obtención de conocimiento. Su carácter es inherentemente negativo, dado que, por definición, la pseudociencia es un fraude intelectual consistente en productos, prácticas o ideas ajenas a la racionalidad científica que,