La Universitat de València apaga las alarmas sobre el coronavirus

Mireia Coscollà, Santiago F. Elena, Ron Geller y Fernando González-Candelas desmontan los mitos sobre la epidemia 

coronavirus en la universitat de valència

Desde hace varias semanas, el SARS-CoV-2 se ha presentado ante la población mundial como si de un villano de película se tratara. Junto a su expansión, las voces de alarma han inundado los medios de comunicación y las redes sociales hasta generar un estado colectivo de nervios fruto del desconocimiento. Ante esta situación, la Universitat de València reunió este lunes a un comité de expertos  para aportar datos científicos y resolver dudas en un debate público sobre la nueva epidemia de neumonía COVID-19. 

Mireia Coscollà, Santiago F. Elena, Ron Geller y Fernando González-Candelas, miembros del programa de Investigación de Biología de Sistemas Patógenos del Instituto de Biología Integrativa de Sistemas (Universitat de València-CSIC), fueron los encargados de explicar de qué manera afecta el coronavirus a España y resolver las dudas planteadas durante el debate. 

El SARS-CoV-2 pertenece a una extensa familia de virus, causantes de enfermedades humanas. Una de sus particularidades es que tiene una tasa de mutación muy baja debido a su largura: entre 26 y 32 kilobases frente a las 10 kilobases habituales de los virus de RNA –ácido ribonucleico—. Según destacaron los expertos, esto es relevante porque produce menos cambios en su genoma a lo largo del proceso epidémico que otros virus que tienen una tasa de mutación más alta, por lo que tenemos que desarrollar más respuestas inmunitarias, como en el caso de la gripe. El virus SARS-CoV-2 es el que puede producir la enfermedad, llamada COVID-19.

¿Zoonosis de murciélago?

Los expertos explicaron que cualquiera de los coronavirus emergentes tiene un animal reservorio: roedores, primates, aves, equinos… En un momento dado, el virus presente en el animal salta a los humanos y se replica en éstos. Este proceso se llama zoonosis, una enfermedad animal que es transmitida a humanos. En el caso del coronavirus, a pesar de que todo apunta a que se debe a una zoonosis de murciélago, todavía no se ha encontrado un virus lo suficientemente parecido, pero las probabilidades de que provenga de ésta especie son altas. Lo que todavía no se ha descubierto es el huésped intermediario, porque las posibilidades barajadas han ido destacándose, como la serpiente o el pangolín, según explicó Santiago F. Elena, profesor de investigación del CSIC. 

Un momento del debate sobre el coronavirus en la Universitat de València. / Foto: Diana Moret i Soler

¿Afecta a todos por igual? 

Sabemos que el SARS-CoV-2 se transmite a través de las gotas de la saliva al hablar o al estornudar o por superficies contaminadas, donde el virus se deposita y permanece activo durante unas horas hasta que se degrada por completo. Según expuso Fernando González-Candelas, catedrático de Genética de la Universitat de València, se han encontrado diferencias entre los contagiados. «Dentro de los casos de COVID-19, hay un sesgo de mortalidad entre hombres y mujeres, y jóvenes y ancianos», afirmó. La distinción de sexo se debe a que los hombres expresan más el receptor —ACE2—, la proteína de la membrana celular que el virus utiliza para introducirse en nuestro cuerpo. Así, los hombre ancianos son uno de los grupos con más riesgo de mortalidad por el coronavirus, sobre todo cuando se asocia a enfermedades respiratorias, cardiopatías o diabetes. ¿Y si uno de los grupos más sensibles son las personas de mayor edad, por qué hay personal sanitario joven que ha muerto por el virus? Según González-Candelas, cuando una persona joven se infecta y desarrolla una patología que puede acabar con la muerte, el mecanismo de reacción del cuerpo es muy distinto de lo que ocurre con personas de edad avanzada e inmunocomprometidas: «Los jóvenes tienen un sistema inmunitario tan bien preparado para una infección que se desarrolla una «tormenta de citoquinas» que termina colapsando sus pulmones por el exceso de respuesta frente a una infección novedosa, como ocurre en algunos casos de gripe», explicó el investigador. 

¿La reinfección es posible?

Ron Geller, investigador del Grupo de Biología Viral de la Universitat de València, apuntó que, en principio, hay pocas posibilidades de que se de una reinfección por SARS-CoV-2 pero en ese caso, el cuerpo responderá con mayor inmunidad que las anteriores veces, generando una mortalidad más baja. Según González-Candelas, hay artículos que hablan de la posibilidad de reinfección del virus, es decir, pacientes que han sido dados de alta y que al cabo del tiempo vuelven a dar positivo para la prueba diagnóstica del virus —PCR positivo— pero todavía no se sabe si eso corresponde a una reinfección o a la posibilidad de que haya algún tipo de reservorio no descubierto que produzca pequeñas cantidades de virus sin repercusiones clínicas. 

¿Ha habido casos de COVID-19 sin detectar durante el invierno? 

Según Mireia Coscollà, investigadora del Grupo de Patogenómica Bacteriana de la Universitat de València, es muy difícil que en España haya habido casos de infección durante los últimos meses de 2019, porque todas las estimas de datación del origen del virus se sitúan en China a partir del mes de diciembre. Además, explicó que también es difícil confundir el COVID-19 con otra infección como la gripe, ya que lo único que tienen en común es la fiebre alta pero mientras una produce mucosidad y dolor muscular elevado, la nueva infección provoca sensación de asfixia. «Con el COVID-19 aparentemente no existe ese dolor generalizado muscular, por lo tanto sintomatologicamente no son fáciles de confundir», comentó.    

¿Habrá infección en verano?

La temperatura no es una garantía de disminución de la infección. González-Candelas explicó que existen coronavirus estacionales pero no sabemos si el SARS-CoV-2 es uno de ellos. Es posible que la desaparición amplia comunitaria de un virus se dé durante el verano, pero esto no quiere decir que sea consecuencia de ésta época del año, porque también han habido casos de gripe durante los meses de julio y agosto, como la epidemia de gripe de 2009. De todos modos, aún no se tienen datos suficientes para comprobar si el nuevo virus se extinguirá con la subida de las temperaturas.           

coronavirus en la Universitat de València

Santiago F. Elena durante su exposición sobre el coronavirus en la Universitat de València./ Foto: Diana Moret

¿Cuál es la preparación de España? 

En esta etapa de la epidemia, la preparación consiste en tener claro de dónde puede venir la infección, cuáles son los casos y como se pueden diagnosticar con fiabilidad, y tener preparado el sistema sanitario para acoger a aquellos pacientes que lo necesiten. Como medida informativa, el Ministerio de Sanidad ha publicado diversos documentos destinados a informar de manera actualizada sobre la situación y a marcar pautas a seguir ante la epidemia, destinados tanto a los profesionales como a la ciudadanía. Uno de los objetivos actuales es evitar la circulación comunitaria del virus, como ocurre en otras partes del mundo como por ejemplo Estados Unidos.

En este momento, la situación epidemiológica en España está controlada, aseguraron los expertos, y añadieron que medidas como la cancelación de grandes eventos se han considerado inconvenientes por el momento. Aunque el comité de investigadores espera que se desarrolle un tratamiento que pueda generar una respuesta inmunitaria al SARS-CoV-2, González-Candelas recordó que a finales de los años sesenta se pensó que se había acabado con las infecciones. «Desde entonces hemos tenido nuevos patógenos desconocidos hasta el momento, que no serán los últimos», explicó el catedrático de Genética, que añadió que la sociedad actual no vive «en una caja aislada» y que «la globalización funciona en todos los sentidos».  

«La mejor medida antiviral sería cerrar Twitter»

Santiago F. Elena utilizó esta frase para denunciar la cantidad de bulos surgidos a raíz de la expansión del SARS-CoV-2. En momentos de alarma social, las redes sociales y los medios de comunicación pueden contribuir a la desinformación generalizada y esto entorpece la comunicación científica y la posibilidad de tomar acciones colectivas para hacer frente a la epidemia. Los expertos concluyeron el debate apelando al sentido común de la ciudadanía para promover el uso de fuentes fiables y evitar que se agoten las reservas de mascarillas de las farmacias que, por otra parte, no protegen frente al virus. Pero por si aún quedan dudas sobre las pseudo informaciones que circulan por internet, la OMS ha publicado un documento donde desmiente los rumores más bizarros sobre el SARS-CoV-2 que se han comentado hasta el momento.

© Mètode 2020
Periodista, revista Mètode.