«Las mujeres que liderarán la ciencia en 2030 están ahora formándose en diferentes niveles. Es esencial dejar de lado los prejuicios y estereotipos de género para no frustrarlas.»
El modelo generalizado de evaluación de la producción científica encaja en el sistema conocido como accountability, una medición de la ciencia que no acostumbra a reconocer los desequilibrios de género de las instituciones académicas. Partimos de la necesidad de repensar este sistema y los indicadores
Capitolina Díaz, Antonio Ariño y Pilar Campins conversan sobre la ciencia con perspectiva de género, protagonista del nuevo número de Mètode.
Analizamos la situación de las mujeres en la ciencia, los efectos de los sesgos androcéntricos en la investigación y los potenciales cambios que representarían unas prácticas inclusivas.
La ausencia de mujeres científicas entre los galardonados de la edición 2016 de los Premios Nobel evidencia la desigualdad que existe todavía en los premios más importantes del ámbito de la ciencia.
[vc_row][vc_column][vc_column_text]El pasado 11 de febrero de 2016 será un día difícil de olvidar para las personas que formamos parte de la Facultad de Física de la Universitat de València. Tres acontecimientos importantes coincidieron para hacer ese día perdurable para siempre. En primer lugar, uno de
Jocelyn Bell es conocida como la descubridora del primer señal de un púlsar, pero también como protagonista de un injusto episodio en la historia de los Nobel.
Doctora en Sociología por la Universidad de Londres, Capitolina Díaz es una mujer con una importante trayectoria académica y profesional. Directora de la Unidad de Mujeres y Ciencia o directora general para la Igualdad en el Empleo son algunos de los cargos que ha desarrollado
Viejos estereotipos con argumentos nuevos. Así es como define la profesora Cordelia Fine el «neurosexismo», un término que hace referencia al uso de la neurociencia para justificar los roles de género tradicionales. Unos roles que no incluyen el estereotipo de la mujer científica. Quizás eso
El acceso de las mujeres a profesiones tenidas tradicionalmente por propias de hombres como la medicina, el profesorado y también la investigación ha sido problemático hasta fechas relativamente recientes. Algunas, sin embargo, como las tres que presenta como ejemplo el artículo, han sido pioneras en algunas de las disciplinas y espacios más difíciles y comprometidos.