El cacahuete valenciano es una planta y una cosecha singular por muchos motivos. Destacaremos con detalle solo un par de estas particularidades, de gran importancia para cultivarlo.
Entrevistamos a Daniel Climent y Ferran Zurriaga, autores de Herbari. Viure amb les plantes, la última monografía editada por la revista Mètode. Los dos etnobotánicos reflexionan sobre el contenido del libro, la importancia de divulgar la ciencia y la necesidad de repensar la relación de
Simón de Rojas Cosme Damián Clemente y Rubio nació el 27 de septiembre de 1777 en el seno de una familia de labradores relativamente acomodada de Titaguas (Valencia). Su abuelo paterno, José Clemente, fue en su tiempo y según palabras del
[caption id="attachment_10071" align="alignleft" width="200"] Manual para la conservación de germoplasma y el cultivo de la flora valenciana amenazada / Varios autores / Conselleria d'Infraestructures, Territori i Medi Ambient. Valencia, 2012. 248 páginas.[/caption] Seguro que muchos de nosotros aún podemos recordar durante nuestra infancia cómo jugábamos con
Ya de antiguo había habido uno en el jardín viejo, bajo el pino piñonero, junto al limonero de más al norte, que daba unas rosas bellísimas, intensamente perfumadas, de pétalos aterciopelados de color rojo oscuro, casi granate, pero lo secamos con una poda equivocada.
La península de los Balcanes es el área más diversa de Europa en cuanto a plantas vasculares: entre 7.000 y 8.000 especies catalogadas. Los habitantes de esta región comparten una herencia en cuanto a usos de los recursos naturales y hablan lenguas similares.
Aunque habitualmente suelen ser como arbustos, los dos llorets –así los llamábamos, llorets– que teníamos en el huerto, dispuestos simétricamente, uno a cada lado del jardín, eran tan antiguos y se habían regado tanto que habían alcanzado un porte poco común, enorme, como de árbol, hasta el punto de que el tronco superaba el medio metro de diámetro.
La pérdida de diversidad agrícola que se viene produciendo desde hace décadas hace urgente la realización de estudios específicos para recuperar y conservar las variedades locales y el conocimiento relacionado con estos cultivos.
Dábamos este nombre a tres plantas ornamentales diferentes que identificábamos por el color de las flores: azul, amarillo o blanco. Pero solo este último, el blanco, era, propiamente, el gesminer, el arbusto delicadísimo cuyas ramas –de corteza leñosa a partir del segundo o tercer año de vida–, para mantenerlas levantadas, necesitaban alguna clase de enrejado, de sombrajo o de pórtico, de pérgola, de valla o de pared.
Raro y gracioso, el zapatito (o zueco) de Venus (o de dama) es un campeón jugando al escondite. Desde el siglo xviii aparece en las publicaciones botánicas para desvanecerse después en largos silencios que niegan su existencia en los Pirineos.