Aun conocemos pocos casos de especies bacterianas gigantes, puede ser como consecuencia del poco tiempo dedicado a estudiarlas. Pero, seguramente el gigantismo bacteriano no es tan inusual como creíamos.
La pandemia de la covid-19 alteró las rutinas de infección de otras enfermedades respiratorias y, en algunos casos, nos ha hecho más vulnerables. El método ancestral de inmunización de los tiempos prevacunales es, precisamente, la infección.
La microbiota humana es el conjunto de microorganismos que habitan las superficies externas e internas de nuestro cuerpo.
Esta semana la pipeta se inspira en el artículo «Microplàsticos» de Ramon Folch publicado en Mètode.
La microbiota, hablando términos generales, significa «comunidad microbiana». Se trata de una población de microrganismos que viven en un ambiente muy concreto. Responde Àngela Vidal, investigadora del grupo de Biotecnología y Biología sintética en el I2SysBio.
Algunos mamíferos experimentan una sensación de picor y quemazón al probar frutos con capsaicina. Esta mutación ha persistido con la evolución de los mamíferos.
El entusiasmo de Simonetta Gribaldo hacia las arqueas es evidente. No en vano les ha dedicado prácticamente toda su trayectoria científica, cosa que no fue fácil. Pero dentro del mundo de la microbiología, el estudio de las arqueas ha tenido baja prioridad hasta hace poco.
Las nuevas herramientas biotecnológicas, como la edición génica o la biología sintética, ayudarán a incrementar la producción agrícola de forma sostenible.
Los miasmas –un nombre espantoso que escondía un desconocimiento sólido– eran los supuestos vapores portadores de partículas de «materia corrompida» que causaban las dolencias infecciosas. Lo creía todo el mundo hasta que se reconoció el papel de los microbios.
Los avances tecnológicos, como los telescopios y los microscopios, nos han permitido agrandar nuestro mundo, hacia arriba y hacia abajo. Los microbios son un ejemplo de las dos escalas, las pequeñas y las grandes.