Entrevista a Clara Grima

«El futuro está hecho de matemáticas»

Doctora en Matemáticas, catedrática en la Universidad de Sevilla y divulgadora

Clara Grima

A Clara Grima la predilección por los números le viene desde muy pequeña. La asignatura más temida por la mayoría de los niños en el colegio fue para ella la materia más sencilla de todas, y es que detrás de cada operación, de cada cálculo, imperaba una lógica que no encontró en ninguna otra área. Grima, dice, tuvo que aprender el nombre del río Guadalquivir «porque alguien decidió ponérselo», un razonamiento mucho más arbitrario del que le ofrecían las reglas matemáticas. Después de interesarse por la filosofía y llegar incluso a probar suerte en la licenciatura de periodismo en la Universidad Complutense, no fue hasta entrar en la Facultad de Matemáticas de Sevilla cuando se dio cuenta de la belleza de su estudio. Ha sido en esta institución donde ha forjado su carrera como investigadora y docente especializada en teoría de grados y geometría computacional, y por el camino, fue madre. Son sus hijos la verdadera razón por la que Grima se sumergió en el mundo de la divulgación con el blog Mati y sus mateaventuras, un proyecto modesto, humilde, que con el tiempo le abriría las puertas de Naukas, Jotdown y Órbita Laika. Unas colaboraciones que la han convertido en uno de los rostros más reconocidos de la divulgación matemática española.

¿Qué tienen de especial las matemáticas?
Las matemáticas son una cosa sorprendente porque, aunque al principio puedan parecer un simple juego diseñado por la mente humana, conforman un lenguaje que se repite en toda la naturaleza. Cuando hablamos de «hacer matemáticas», lo que estamos haciendo es jugar con unos objetos que hemos creado, los elementos matemáticos, siguiendo las reglas que les hemos definido para observar qué ocurre con ellos, qué propiedades se verifican y qué fenómenos se repiten. Después, el mismo universo nos da la razón, porque cualquier proceso natural puede describirse utilizando los objetos y las reglas matemáticas que nosotros hemos establecido.

¿De qué manera influyen en nuestra sociedad?
Las posibilidades de la disciplina son infinitas, sobretodo en estos momentos teniendo en cuenta toda la tecnología que tenemos a nuestro alcance, porque todo está hecho a base de matemáticas. El mundo actual está controlado por las personas que saben trabajar con números. Como decía el matemático Edward Frenkel, «la élite que nos controla lo hace con matemáticas». Ni Trump, ni Merkel. Quienes realmente controlan el presente son Google, Facebook, Amazon… Las plataformas digitales tienen un poder impresionante, y es que si por ejemplo Google eliminara todos los resultados de búsqueda relacionados con un país, ¡sería como si este territorio no existiera! Incluso ahora que se está investigando qué llevó a Trump a la Casa Blanca, algunos estudios apuntan al uso y control de las redes sociales, una labor que requiere de amplios conocimientos matemáticos. El futuro está hecho de matemáticas.

«El mundo actual esta controlado por las personas que saben trabajar con números»

Siendo una disciplina tan relevante, ¿por qué cuesta tanto acercarla a la gente?
Este es un problema con muchas caras, muchas aristas. Por un lado tenemos el mito de que las matemáticas son difíciles, feas y aburridas. Escuchar la manera en que la gente de tu alrededor rechaza las matemáticas influye en la percepción que se tiene de ellas desde bien pequeños, de la misma forma en que los niños aprenden a odiar la verdura sin siquiera haberla probado. No es muy difícil tampoco encontrar a algún tertuliano que presuma de ser un analfabeto matemático en televisión. De tanto repetir lo mismo, la gente se lo acaba creyendo. Por otra parte, la educación también tiene sus problemas a la hora de enseñar matemáticas, pero el problema no se encuentra dentro de las aulas, sino en las escuelas de magisterio. Las facultades no exigen conocimientos matemáticos a los futuros maestros, que salen de las clases sabiendo muy poco o casi nada al respecto porque no están en su programa, y aunque se imparta mucha didáctica, es imposible enseñar un concepto que tú mismo desconoces, por muchas estrategias que tengas a tu alcance.

¿Pero son verdaderamente difíciles las matemáticas?
Por encima de todo, las matemáticas son apasionantes. Es verdad que pueden no ser sencillas, pero igual que tampoco lo son muchas otras disciplinas que generalmente gustan más. A partir de más o menos cuarto de la ESO, cuando se empieza a dar matemática abstracta, es normal que haya gente a quien le cueste entender algunos conceptos, pero a nivel de primaria, las matemáticas son accesibles para cualquier alumno. La ciencia en general es muy dura, no es un camino de rosas, pero al mismo tiempo es apasionante. La situación de la educación me entristece muchísimo porque las matemáticas pueden enseñarse de manera entretenida y con mucho contexto pero los profesores se conforman con impartirlas de manera casi mecánica. Así es normal que los niños las encuentren aburridas o difíciles, y los acabamos perdiendo por el camino.

Clara Grima

Fotografía de Susana Torres Moreno

¿Qué papel juega la divulgación en el mundo de las matemáticas?
Antes de abrir mi blog en 2011, no sabía casi nada de divulgación. Ahora entiendo perfectamente que juega un rol fundamental. Por un lado, tiene la función de hacer entender a la gente la trascendencia que tienen las matemáticas en su vida diaria. Es una manera de introducir al público general cuestiones que puedan llamarles la atención o que puedan relacionar con su día a día, como pueden ser una elecciones legislativas, para presentar las matemáticas como una disciplina útil e interesante. La divulgación también realiza una tarea muy importante en el sector educativo porque ofrece a los profesores nuevas herramientas con las que poder mejorar su manera de impartir las clases para hacer entender a sus alumnos la utilidad de las matemáticas.

«La divulgación es una herramienta indispensable para captar vocaciones entre la gente joven»

¿De qué manera puede influir la labor divulgativa en los más pequeños?
Por encima de todo, la divulgación es una herramienta indispensable para captar vocaciones entre la gente joven. El sector atraviesa una falta de vocación importante, y tal y como he observado durante las charlas que he ofrecido en escuelas e institutos, esta pérdida de interés por las matemáticas afecta mucho más pronto a las niñas que a los niños. Esto no tiene ningún sentido. Más allá de las matemáticas, la divulgación del conocimiento científico permite entender la importancia de la investigación, un tema importantísimo no porque los niños acaben siendo científicos, sino porque sea cual sea su futuro entiendan por qué se ha de invertir en ciencia, que sin ciencia no se puede progresar y que, si evaden impuestos, estarán perjudicando el futuro de la ciencia y del resto de la sociedad.

¿Qué le ha aportado personalmente la divulgación?
Mi primer contacto con el mundo divulgativo el año 2011 fue un punto de inflexión en mi vida. Desde entonces he aprendido muchos aspectos de las matemáticas que antes desconocía, porque para poder divulgar, primero debes conocer. Esta labor de estudio también la disfruté mucho, tanto como la confección de mi blog y los reconocimientos que obtuve con él, los actos en los que he ido participando desde entonces y las experiencias que he vivido de la mano de Naukas y Órbita Laika. Por otro lado, creo que también me ha permitido mejorar mi docencia. Divulgar te hace replantearte la manera de impartir las clases, y aunque siempre haya intentado motivar a mis alumnos con ejemplos prácticos de la vida cotidiana, ahora tengo más herramientas a mi alcance para conseguirlo. La labor divulgativa también me ha permitido conocer a gente especializada en diversos campos de estudio con quienes he podido compartir investigaciones. Muchas veces, los investigadores tendemos a relacionarnos tan solo con gente con quienes compartimos área de estudio y nos acabamos agrupando en guetos dentro de las universidades y laboratorios, pero gracias a la divulgación he podido formar parte de grupos interdisciplinares con físicos, biólogos y muchos otros expertos.

¿Y qué cree que ha aportado usted a la divulgación?
Es verdad que me ha ido relativamente bien en este mundo, pero ya habían divulgadores matemáticos antes de que creara mi blog; yo no he inventado nada, no soy ni la primera ni la última. A pesar de ello, he intentado dar una visión diferente de cómo se pueden enseñar las matemáticas, teniendo también muy presente el hecho de ser mujer. Ya no solo en las matemáticas, sino que las ciencias en general cuentan con pocas divulgadoras, cosa que por otro lado no se entiende, porque mujeres científicas hay muchísimas. Lo que ocurre es que exponerte públicamente comporta unos riesgos que no pesan a los hombres, y hay quienes prefieren evitarlos.

¿Com ha sido su experiencia como mujer en el campo de las matemáticas?
Personalmente, en mi caso no he sentido que mi género fuera relevante porque ningún colega me ha hecho sentir nunca menospreciada o favorecida, desde el punto de vista del paternalismo, por el hecho de ser mujer. Ahora bien, no puedo decir los mismo del sistema académico español, que a la hora de permitirte avanzar en tu carrera como investigadora no tiene en cuenta una característica que tan solo afecta a las mujeres: el parto. Aunque los hombres también pueden ser padres, quien da a luz es la mujer, y eso requiere de unas condiciones que no están contempladas. Yo tuve la suerte de haber asentado mi carrera antes de quedarme embarazada con treinta años, pero el sistema permite que esta decisión te desconecte de la investigación y te retrase con respecto a los demás. Después, cuando tienes que reprender las cosas, tienes que hacerlo desde el principio, y te plantas con tres o cuatro fuera del sistema. Nadie tiene en cuenta la maternidad, pero no se nos puede obligar a decidir entre la maternidad y la divulgación.

«No se nos puede obligar a decidir entre la maternidad y la investigación»

¿Y dentro del mundo de la divulgación?
En este sentido soy consciente de que el hecho de ser mujer es la razón fundamental por la que me han invitado a tantos eventos. Mujeres divulgadoras hay muy pocas, y hay que cubrir el cupo. Muchas veces acepto las propuestas por esa misma razón, porque sé que si no me presento allí, será un acto sin mujeres, y porque para que las investigadoras se decidan a comunicar sus trabajos y divulgar su materia, necesitan referentes. Las que ya somos divulgadoras tenemos la obligación de que se nos vea todo lo posible.

El año pasado participaste en la elaboración del libro El secreto de los números, de Julio Mulero, Lorena Segura y Juan Matías Sepulcre, editado por la Universidad de Alicante.
Fue una colaboración que me hizo mucha ilusión porque pertenecen a una asociación de divulgadores joven muy pequeña pero que viene con mucha fuerza. A la hora de escribir mi capítulo me decanté por la teoría de grafos, una de mis especialidades, para hablar sobre la teoría de los seis grados de separación. Básicamente, la idea es que dos personas de cualquier parte del mundo podrían comunicarse a través de un máximo de cinco personas, es decir, seis pasos. Aunque la idea viene de lejos, está muy relacionada con las redes sociales y la hiperconectividad de la sociedad actual. De hecho, el año pasado Facebook realizó un grafo para medir la distancia entre sus usuarios y la redujo a menos de cuatro personas. En general, el libro es un trabajo muy bonito que permite encontrar las matemáticas en los lugares más insospechados.

Clara Grima

Fotografía de Susana Torres Moreno

Por curiosidad, ¿conoce los llamados «problemas del milenio»?
Sí, claro, pero por desgracia todavía no he podido reclamar ningún millón de dólares.

«El problema de P versus NP puede cambiar por completo nuestra percepción del mundo»

¿Cómo influiría en la sociedad actual su resolución?
Algunos no lo tengo muy claro, pero por ejemplo, el problema de P versus NP puede cambiar por completo nuestra percepción del mundo. Es un tema complicado de divulgar, pero básicamente lo que plantea es que existen dos tipos de problemas, los P y los NP, que de momento se suponen diferentes. Si alguien fuera capaz de demostrar que los dos tipos son en realidad iguales, tendríamos que cambiar toda la criptografía a escala mundial porque los sistemas de seguridad informática se basan en su diferencia. A mis alumnos siempre les digo que si demuestran que P es distinto de NP, corran a reclamar su millón de euros, pero que si prueban que son iguales, se deshagan de todos los documentos y se escondan bien, porque sería muy peligroso. Como cuenta la película Travelling Salesman, a cualquier gobierno le saldría más barato acabar con un grupo de informáticos que cambiar la criptografía mundial.

¿Qué le diría a alguien que se planteara dedicarse a las matemáticas?
Primero que nada, que no conocerá de verdad lo que son las matemáticas hasta que llegue a la universidad. Lo que se encontrará allí no tendrá nada que ver con lo que ha aprendido hasta el momento, pero será mucho mejor. Que lo afronte con motivación y valentía, porque a pesar de su complejidad, es un reto tan interesante como maravilloso. Y por supuesto, que sepa que pasará a formar parte de la élite que domina el mundo.

© Mètode 2017
Periodista, revista Mètode.