Cuando se habla de la revolución neolítica, siempre se menciona la domesticación de las plantas y de los animales, pero hubo una tercera: la de los microbios.
Todos los nutricionistas hemos visto dietas para personas con diabetes que prohíben el plátano o la uva y limitan las legumbres mientras que aconsejan desayunarse con cuatro galletas maría.
Tenemos que recurrir a frases menos cómodas y más enrevesadas como materia prima o producto sin procesar, porque corremos el riesgo de que la próxima vez que le digamos a un paciente que coma productos «naturales», acabe comprando un caldo, pan refinado o un zumo.
Habrá que vigilar la presencia de un exceso de sonoridad e incluso la disminución o ausencia de ruidos abdominales. Lo explica Joan Lloret, pediatra y colaborador científico en el Instituto de Historia de la Medicina y de la Ciencia de la Universitat de València.
Nos lo explica María Soledad Prats Moya, del Departamento de Química Analítica, Nutrición y Bromatología de la Universidad de Alicante.
El catedrático de Tecnología de los Alimentos de la Universitat de València Daniel Ramón recupera este monográfico de Mètode dedicado a la alimentación.
Son muchas las preguntas que se puede hacer el lector deseoso de entender qué son los transgénicos y qué hay de cierto y falso en torno a estos productos, y muchas las respuestas argumentadas que encontrará a lo largo de las páginas del libro.
Las algas se pueden cultivar en grandes cantidades de forma sostenible y, por ello, se considera que, en el futuro, llegarán a constituir una proporción importante de la ingesta de alimentos a nivel mundial y paliarán el problema del hambre.
El aceite de palma es un aceite vegetal compuesto por grasas saturadas, que incrementan el colesterol y el riesgo cardiovascular. Pero el problema de este aceite no radica sólo en su composición nutricional.
Cuando los alimentos frescos no se consumen y se dejan sin conservar, pueden pasar dos cosas. O se pudren y no se pueden ingerir, o se modifican y se pueden ingerir de forma segura.